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Estudiante de Yale entrega a su padre, sin querer, a migración

La joven estadounidense de padres mexicanos estudia su último año en la Universidad de Yale, donde se especializa en etnicidad, raza y migración

Escrito en NACIÓN el

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- “La mayoría de las personas jóvenes en Estados Unidos están ansiosas por cumplir 21 años para poder tomar alcohol legalmente. Para mí ese cumpleaños significaba el día en que por fin podría solicitar al gobierno cambiar el estatus migratorio de mi padre”, cuenta Viviana Andazola Marquez.

La joven estadounidense de padres mexicanos estudia su último año en la Universidad de Yale, donde se especializa en etnicidad, raza y migración. The New York Times cuenta su historia.

El padre de Viviana ha logrado sacar adelante a ella y sus tres hermanos con su trabajo en el área de construcción. Empleo con el que también paga impuestos y cumple con las obligaciones de un ciudadano.

Sin embargo, el estatus oficial de su padre es ‘indocumentado’. Llegó a Estados Unidos en 1998 y desde entonces había vivido en el estado de Colorado de manera ilegal.

Por esa razón, cuando Viviana cumplió 21 años, decidieron ponerle fin a la zozobra que los persiguió por años, con el temor de ‘la migra’.

“Mi padre y yo nos presentamos en la oficina de servicios migratorios con nuestro abogado y carpetas llenas de los documentos correspondientes. La funcionaria nos dijo que nuestra solicitud debería ser aprobada, pero no ese día. Tomamos eso como una indicación de un periodo más de espera, pero seguíamos optimistas: la funcionaria le dijo a mi padre cómo enterarse de sus derechos como residente permanente legal y reconoció que mi papá había pagado las cuotas adecuadas”, relata al diario neoyorkino.

Sin embargo, la funcionaria de migración que los atendía salió en varias ocasiones de la oficina. La última vez, regresó con un rostro diferente, serio y le pidió a Viviana que saliera del lugar. Ella se negó al principio, pero accedió cuando su padre se lo pidió.

Lo que siguió después no fue lo que esperaban de ese día: dos agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ingresaron al lugar, esposaron a su padre y lo llevaron a un centro de detención en Aurora, Colorado.

“Cuando nuestro abogado llegó de nuevo, su cara me dijo todo lo que necesitaba saber. Mi papá quería seguir las reglas. Había estado tratando de modificar su estatus con ayuda de familiares desde 2001. Presentamos el papeleo correcto, pagamos las cuotas y proporcionamos todas sus referencias, solo para que lo arrastraran fuera de la pequeña oficina y lo encerraran”, lamenta la estudiante.

Viviana se cuestiona cómo es que Migración opta por deportar a una persona que ha cumplido con todo lo posible durante su estancia en Estados Unidos, en lugar de otorgarle la residencia para permanecer con su familia.

“ICE puede elegir otorgar la residencia a mi papá, de acuerdo con lo que sugirió nuestra funcionaria de inmigración. En lugar de eso, a mi padre, un hombre que ha pagado sus impuestos todos los años, no tiene antecedentes penales y es el único proveedor de cuatro hijos, no lo pusieron ni siquiera bajo vigilancia o fianza. Aún se encuentra en el centro de detención en Aurora, Colorado, y está esperando los trámites de deportación a menos que ICE decida cancelarla”, señala la joven.

La estudiante de Yale afirma que en el gobierno de Donald Trump todas las personas sin papeles que viven en Estados Unidos son un objetivo para la deportación, sin importar su manera de vivir, lo cual califica de crueldad y un grave error en materia de seguridad nacional.

“Lo que le sucedió no es una aplicación apropiada de la ley: es crueldad. No se trata solo de la historia de mi papá. En el gobierno de Trump todas las personas sin papeles que viven en Estados Unidos son un objetivo para la deportación. Es un grave error de seguridad nacional”.

Revisa aquí la nota completa.

lrc