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Escuelas privadas contra padres de familia por el pago de colegiaturas

Escuelas continúan con labores a distancia y argumentan válidas las colegiaturas al 100%; familias piden descuento y Profeco sólo pide que las partes concilien

Escrito en NACIÓN el

Sí los ven, pero no los escuchan. Son las escuelas privadas de educación básica que política y cortésmente informan a los padres de familia que el pago de colegiaturas continúa con normalidad, sin tomar en cuenta la pandemia que atraviesa el país por coronavirus y el desempleo que éste ha dejado a su paso.

Los argumentos de ambos lados parecen válidos. “La escuela sigue funcionando a distancia”, dicen las escuelas. “Sí, pero yo no tengo empleo o no completo el pago total”, responden algunos padres. “Concilien y alcancen un acuerdo”, sugiere Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor). Sin embargo, el tema sigue dando de qué hablar y habiendo dinero de por medio en un momento como éste, difícilmente alguien cederá. ¿A quién dar la razón?

Descuento no, recargos sí

En el colegio “Conservatorio de las Rosas” en Morelia, Michoacán, ningún padre de familia se ha negado a pagar la colegiatura correspondiente por la educación privada de sus hijos, en una entidad donde la educación pública está al mando de la Coordinadora Nacional de Maestros CNTE. No obstante, los padres sugirieron a la directiva del colegio sensibilidad al tema con el fin de alcanzar un descuento justo. Pero la respuesta nunca llegó.

 

“No hubo descuentos ni nada para nadie”, explica a La Silla Rota Azucena Ramírez, madre divorciada cuya hija estudia ahí la secundaria. “Un grupo de mamás nos organizamos y expusimos agarren la onda, ustedes se están ahorrando algunos pesos porque los niños no están gastando agua, luz, insumos. Pedimos solidaridad por las circunstancias, pero no quisieron. Dijeron que solo habrá descuento en recargos si nos llegamos a retrasar; pero cuando no pagamos por alguna razón, nos envían un cobrador a nuestro domicilio”. O al menos eso precisó la circular que recibieron por e-mail y mensajería.

“Se les informa que se contará con la opción de realizar cobros a domicilio… con tarjeta de débito o crédito… para poder agendar los cobros se solicita se comuniquen con las directoras de cada nivel… También seguirá abriendo el área de cajas… Agradeciendo su comprensión y apoyo ante esta situación”, informa.

Consciente de que toda escuela privada es su negocio, Azucena sabe que los propietarios no bajarán un escalón en el tema de los pagos. “El argumento que nos dan es que los maestros tienen que percibir su salario igual que el personal que soporta la escuela, etcétera. Es un argumento válido; pero también es innegable que la escuela generará un ahorro con clases no presenciales, pero no ceden en ese aspecto”, precisa.

En el caso de su hija, que cursa primer año, debe pagar cinco mil pesos mensuales de colegiatura. “No sé qué voy a hacer”, acepta, “me parece que esto es más un asunto de política pura, porque nosotros hemos presionado como padres de familia, háganos un descuento o díganos como vamos a reponer las clases, el conocimiento perdido, para que nadie pierda ni nosotros nuestro dinero ni ustedes que los molestemos con el descuento”.

Han pasado ya dos meses y nada; la realidad es que no sucederá nada porque la escuela advierte que gastaron en plataformas digitales para educar a distancia; pero, aunque nadie estaba preparado para esta pandemia, sí me parece un poco injusto e insensible de parte de los colegios que no quieran rebajar nada, ni un ápice. Se entiende lo de los maestros, de acuerdísimo. Pero es real que también hay un ahorro en otros insumos. Deberíamos de llegar a un punto medio ¡Eso que ni qué! Pero en mi opinión ellos no van a ceder salvo que intervenga el gobierno o la SEP, cosa que no harán. No sé a quién se pudiera acudir para llegar a un acuerdo con las escuelas
 

Negociar sola

El hijo de Mónica Fonseca estudia el último año de primaria en una escuela particular en la alcaldía Iztapalapa de CDMX. Madre soltera y cocinera en un negocio de comida, es regular que se retrase en el pago de colegiaturas de su hijo, aún cuando él tiene una modesta beca. La razón es simple: su sueldo no es mucho y debe ahorrar para pagar un promedio de tres mil pesos mensuales, si quiere heredarle una buena educación.

“La última colegiatura la pague antes de la pandemia”, explica a La Silla Rota. “Me he retrasado porque en mi caso bajó mucho el trabajo de la venta de comida, calculo que como un treinta por ciento. Y tengo que estar juntando el dinero dependiendo de cómo vengan las ventas porque también tengo otros gastos. Ahorita como que ya se quiere componer, pero no he podido juntar las dos colegiaturas que debo, de marzo y abril y lo que va de mayo; pero estas siguen corriendo normalmente”.

Sensible a su situación económica y su historia, la escuela le ha apoyado con esta situación por lo que Mónica más que negociar otro descuento a causa de la pandemia y la educación a distancia, solo pedirá una prórroga. “Es lo único que pediría además de ponerme al corriente, pero no quiero tratar el tema por teléfono sino en persona. No he podido ir directamente por el trabajo. Tal vez no todos los papás estamos en la misma situación y ellos tengan mayor solvencia económica”.

25 por ciento de descuento

Con esa noticia el colegio Cuernavaca en Morelos ganó el respaldo de los padres de familia que inscribieron ahí a sus hijos para educación primaria. Karla Torrero, abogada y madre soltera, afirma que a finales de marzo recibieron noticia tan positiva. “Lo único que nos pidieron fue enviar una carta con esta solicitud para justificar ante Hacienda la disminución de sus ingresos. Hasta donde sé la mayoría lo hemos solicitado. La colegiatura es por 3 mil 900 pesos, hoy pago 3 mil 180. En otras escuelas les hicieron solo el 2, pero otros como el Hamilton solo el diez condicionado al pago de un trimestre por adelantado. La verdad se me hizo una desfachatez de la escuela, que yo sepa el Colegio Cuernavaca fue el descuento más alto en la ciudad”.

Torrero, como el resto de los padres, considera que quizás este descuento pudo haber sido un poco mayor. “Mira, pagan menos luz porque usan paneles solares que son autosustentables, es menos el pago de agua, dejaron de pagar a la gente de servicio, pero la gente de limpia sigue ahí igual que los maestros. Solo por ellos entiendo que tal vez no hubo mayor descuento porque hay que pagarles; me consta que los docentes que no tienen computadora en su casa van a la escuela y desde ahí trabajan todo el día; me han llegado mensajes de ellos respecto a firmas o pendientes a las diez, once de la noche. Solo por eso creo que fue un acuerdo justo. Pero platica con otros padres aquí y en otros estados y ellos están peor porque las escuelas no están rebajando nada”.

Concilien: Unión Nacional de Padres de Familia

Leonardo García, presidente de la Unión de Padres de Familia, declaró a La Silla Rota que, si bien comprenden la situación, el acuerdo de descuentos por colegiaturas entre escuelas y padres de familia, debe ser individual.

Es una decisión entre particulares que no le corresponde al gobierno ¿Por qué el Estado si no le aporta ni un quinto a los particulares se debe entrometer a tomar una decisión de esa naturaleza? Al país no le conviene que empiecen a cerrar las escuelas particulares porque no caben todos en una escuela pública. Y si a eso le agregamos que el presupuesto de este año el gobierno recortó varios rubros del tema educación ¿Qué conviene? Busquemos la manera de cómo sobrevivir todos

García agregó que el gasto corriente de las escuelas continúa y que difícilmente la mayoría de estas tiene grandes cuentas bancarias. “Queremos encontrarnos el próximo año con que esas escuelas sigan viva. Habrá escuelas que, caso por caso, puedan hacer un porcentaje de descuento, otras buscarán negociar plazo. Pero lo que no puede ser es una actitud irresponsable de la escuela y padres diciendo no puedo pagar nada, porque entonces perdemos todos”.

Hay una imagen construida de que la escuela particular tienen ingresos inacabables, exorbitantes y ganancias estrambóticas. Y la información que tenemos es que, exceptuando las zonas metropolitanas, la mayoría de las escuelas son de clase media o media baja. Nosotros no podemos intervenir en un caso particular si los padres de familia no están afiliados a nuestra institución; así que solo podremos lanzar una exhortación

(María José Pardo)