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Escrituras falsas y operaciones simuladas: la transa del cártel inmobiliario

El lavado de dinero y enriquecimiento ilícito a través de la construcción de inmuebles, incluye a familiares y amigos, quienes fueron utilizados como prestanombres

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De las charlas en los pasillos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a comidas y reuniones en el puerto de Acapulco, Guerrero, la amistad entre Uriel Oliva Sánchez y Miguel Ángel Mancera Espinosa no tardó en dar frutos. El primero, titular de la notaría 215 y el segundo un político afianzado en el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ambos unidos por el Cártel Inmobiliario más grande descubierto en la Ciudad de México.

El testimonio de un declarante que integró las carpetas de investigación la  Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FJGCDMX) por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, así como enriquecimiento ilícito, relata que ambos ex alumnos de la Facultad de Derecho, con la ayuda de notarios, políticos y prestanombres, entre los que se encuentran familiares los llevaron a encabezar la organización criminal dedicada a la construcción y compra venta de departamentos y casas en la Ciudad de México, durante la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa.

La lista de negocios, incluyen, por lo menos para Uriel, la compra de 16 inmuebles en las alcaldías de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, así como en los municipios de Atizapán de Zaragoza, y zonas exclusivas en Acapulco, Guerrero.

Según la declaración de un denunciante que colabora en las investigaciones de la FGJCDMX, el lavado de dinero y enriquecimiento ilícito a través de la construcción de inmuebles, incluye a familiares y amigos, quienes fueron utilizados como prestanombres para evitar dejar rastros de las operaciones ilícitas que realizaban.

La denuncia del testigo protegido de la FGJCDMX incluye un esquema financiero y de tráfico de influencias integrado por Fausto Rico Álvarez, Juan José Pastrana Ancona, Raúl Ruiz Herrera, Fausto Ernesto Galván Escobar, Simón Neumann Landenzon, Alejandro Ruíz Herrera, Miguel Ángel Mancera, Gerardo Edmundo Martínez Ferrugía, Edgar Armando González Rojas, Jaime Slomianski Aguilar, Norton Carlos Figot Sheinberg, Pedro García Polanco, Yuri Zagorin Alazraki, Rafael Mendoza Martínez, Arronniz Sehedia María Vanessa, Jaime Mancera Reséndiz y Simón Nathan Giller Salomón.

EL NEGOCIO

“Uriel Oliva Sánchez estaba invirtiendo para desarrollar con su hijo Rodrigo Alessio Robles un conjunto habitacional. Este es un esquema que empezó a utilizar con hijos y parientes de notarios”.

De acuerdo con la denuncia de una persona que integró la FGJCDMX en la carpeta de investigación, las operaciones para el lavado de dinero a través de la edificación y compraventa de casas y departamentos, incluye negocios que se seguían efectuando en el Estado de México, e incluso en Estados Unidos.

“Es de mi conocimiento que el año 2017, Uriel Oliva Sánchez adquirió en preventa un departamento en Zona Esmeralda en Torres Valle Escondido, en el Estado de México. En marzo de 2017 adquirió en el estado de Tennessee, en los Estados Unidos, una casa con on a través de del señor Gerardo Edmundo Martínez Ferrugía, quien remodelaría la casa y posteriormente la vendaría”.

La declaración de la persona, la cual se omite su nombre, relata que el esquema de lavado de Uriel Oliva Sánchez, incluye a su propia familia, a la cual utilizaba para que le cediera documentos legales. 

Uriel Oliva, según el denunciante, pactaba transacciones con otros notarios, entre ellos, el titular de la 124, a cargo de Ranulfo Enrique Tovilla Sáenz; el titular de la Cuarta Notaría, Jesús Zacarías Ponce; el notario Manuel Enrique Oliveros Lara (notario 100); Alfonso González Alfonso (notaría 31) y Benito Iván Guerra (notaría 7).

Uriel Oliva Sánchez fue señalado como un asiduo comprador de arte desde el año 200. “En un principio, Uriel Oliva me comentaba que dichas obras de arte eran pago en especie de sus clientes y desconozco la procedencia de los recursos para adquirirlas. En distintas ocasiones me percate que hacía diferentes pagos en galerías de arte. Entre las obras adquiridas se encuentran las de Rufino Tamayo, José Luis Cuevas, Manuel Felguerez, entre otras esculturas, litografías y obras”.

El testigo menciona que le firmó poderes para que Uriel adquiriera propiedades a su nombre en el estado de Querétaro a través de una “sociedad anónima denominaba Ediciones e inmuebles de Querétaro y de Ediciones y Distribuciones Integrales S.A de C.V”, así como 18 departamentos en la Ciudad de México, Guerrero y Estado de México.

(djh)