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Entre el sargazo “puede que encuentres la cocaína que te saque de la pobreza"

Así es como el narcotráfico se beneficia de la presencia de sargazo en las costas mexicanas de Xcalak

Escrito en NACIÓN el

Las playas de Xcalak, población al interior de un municipio de Quintana Roo, se han convertido en el destino, no sólo de sargazo, sino de la mayoría de las cosas que caen o son arrojadas al Atlántico, como paquetes de cocaína lanzada por avionetas provenientes de Colombia.

Es común que dichas aeronaves arrojen al mar los paquetes de droga; posteriormente envía las coordenadas para que lanchas acudan a recoger el cargamento. Los “ladrillos” que no se alcanzan a rescatar, lo más seguro es que aparezcan flotando días después en las costas mexicanas de Xcalak. Muchas veces envueltas y confundidas entre el sargazo de la región Caribe.

“PLAYEAR” Y “PAQUETEAR”

“En este pueblo, playear es una profesión que se enseña a los jóvenes como quien enseña a pescar”, explica don Luis la práctica de buscar paquetes de droga en las costas, en el reportaje “El Caribe Turbio” realizado por El País.

¿Qué otra cosa puedes transmitir a tus hijos si dedicas toda tu vida a faenar o vender cocos y de un día para otro el vecino se construye una casa o aparece con camioneta nueva? Aquí los jóvenes son los primeros que aprenden que el futuro no está en trabajar, sino en buscar, encontrar y comprar pronto una lancha para seguir buscando. Un día puede aparecer marihuana pero, tal vez, uno o dos años después puede que encuentres la cocaína que te saque de la pobreza”, agrega.

Xcalak es un poblado de cerca de 300 habitantes, que se encuentra a dos horas de Chetumal, capital quintanarroense. La infraestructura urbana con la cuenta son “tres calles de arena paralelas al mar y otras tres que las cruzan”.

Don Luis, de 58 años de edad, vive en una casa abandonada. Podría decirse que es el primer o último mexicano en la extensión territorial del país.

Por su parte, “El Guanaco”, un salvadoreño que llegó a la región tras huir de las pandillas de su país natal, conoce la práctica como “paquetear”. “Nunca sabes donde aparecerá el ladrillo que te cambiará la vida”, comenta.

“El Guanaco” destaca que el viento es un aliado de los recolectores de droga en El Caribe. “El movimiento que hacen los bancos de sargazo en el agua señala por dónde va la corriente y nos ayuda a saber en qué parte de la orilla pueden aparecer los paquetes”, apunta.

LA RECETA LOCAL

Luego de que en 1955 el poblado fuera azotado por el huracán Janet, el cual mató a una tercera parte de la población, “el pueblo vive de las tres pes, ‘paseantes, pesca y paquetes’, ironiza ‘El Guanaco’”. Los paseantes a los que se refiere el recolector son los turistas que arriban para practicar buceo o pesca con mosca.

No obstante, “la pesca cada vez deja menos y los turistas no llegan, así que hay que esperar a que el mar envíe la suerte”, añade “El Guanaco”.

Ante la falta de oportunidades, la juventud local ha refugiado sus esperanzas de hacer su propia vida, en la recolección de paquetes de droga, así como la “cocinada” de cocaína.

Los paquetes recogidos se preparan de una manera especial, con el fin no secar la cocaína humedecida sin quemarla.

“Se coloca todo al fuego en una olla grande y se cocina a fuego lento. Hay que moverla continuamente hasta que se evapore el agua y sin quemarla. Después se pone sobre una tabla y vas cortando la cocaína con un cuchillo grande. Los grumos se van deshaciéndolos con una cuchara”, cuenta “El Guanaco”. Añade que para obtener crack se cocina a baño maría con bicarbonato de sodio.

AUTORIDADES DE XCALAK

El Guanaco recibió un montón de golpes hace dos semanas. Por sus nudillos, en carne viva, se deduce que se defendió como pudo pero fue una paliza en toda regla. Diez personas, entre ellos el alcalde, le patearon hasta dejarlo molido. Y por los silencios en su narración, da la sensación de que se pasó de listo. Estaba trabajando para uno de los capos locales, o lo que es lo mismo, cobrando por playear y buscar en el mar y, por tanto, utilizando la lancha, gastando gasolina y recibiendo algo de dinero adelantado, pero dejó a su patrón y se puso a trabajar para otro”, apunta el trabajo periodístico.

En adición, se buscó a las autoridades de Xcalak, en específico al delegado Luis Lorenzo López, y al subdelegado, segundo a su cargo, quienes junto con Obed Durón Gómez, alcalde de Mahahual, son señalados por los pobladores como los capos del lugar.

Así fue la entrevista reproducida en el reportaje del diario español:

¿Qué propone para el sargazo? ¿Quiere que el Gobierno envíe gente para su limpieza, como proponen los hoteleros?, pregunto al subdelegado.

“Que no vengan, esa no es nuestra solución, no, aquí no necesitamos que venga nadie”, contesta. Al subdelegado no le hace ni pizca de gracia la posibilidad de que comiencen a llegar cuadrillas de gente extraña a revolver las playas del pueblo.

¿Cómo atiende el problema narcotráfico y el hecho de que los jóvenes se dediquen a esta actividad?

“Yo no lo llamaría actividad. La gente es libre de caminar por donde quiera. No es un tema que nos incumba, hay autoridades para ello”, responde.

Pero es obvio que mucha gente se dedica a playear y su pueblo es un punto importante de entrada de droga.

“No sé de qué me habla. Es un tema que no nos incumbe”, contesta el alcalde y asiente su compadre.

Muchas voces los vinculan con la compra de la mercancía encontrada en el mar.

“Pueden decir lo que quieran, llamarme narcotraficante o lo que quiera, pero lo que pasa es que estamos haciendo cosas y eso molesta”, protesta el subdelegado.

¿Querrían que hubiera más policía? ¿Quieren la presencia de la Guardia Nacional?

“Mire, nosotros vigilamos a nuestra manera”, dice Obed Durán, que pasó de jefe de la policía a alcalde de Mahahual hace cuatro meses. “Y hay tres formas de resolverlo [si alguien crea problemas]. Primero, se le da una oportunidad y lo llevamos a un centro de rehabilitación sin golpearlo ni nada. Si lo vuelve a hacer, se le advierte y si se vuelve a pasar… pues un saco de cal y me evito muchos gastos”, dice con una carcajada tan grande que su compadre se incorpora y golpea la mesa.

LOS CÁRTELES

Se estima que los cárteles que operan en la región son los de Sinaloa, del Golfo y Jalisco Nueva Generación (CJNG), los cuales controlan Cancún, la Riviera Maya y la franja costera de Quintana Roo. En adición a pequeñas células de Los Zetas, el Xcalak han surgido pequeños cárteles, casi familiares, los cuales colaboran en el trasiego de droga.

En este sentido, la ruta de las sustancias ilegales es de Xcalak a Chetumal; donde se bifurca hacia el norte del país, o bien, hacia Cancún -lugar número tres en consumo de cocaína en México-; también puede ser trasladada vía terrestre a Veracruz o a Bronsville, en Texas.

En solo 24 horas un kilo de cocaína encontrado entre el sargazo deja de valer 10,000 dólares en Xcalak y pasa a costar 60 mil en Texas, detalla el reportaje.

djh