Pocos minutos después de que ocurriera el sismo del martes pasado, Sherinne Celedón, de 31 años años de edad, comenzó a recibir alertas de mensajes en su celular, las 30 mujeres bikers del grupo al que pertenece se organizaban para el traslado de ayuda, de personas o de lo que fuera necesario.
Después del temblor, muchas vialidades habían sido cerradas, siendo las motocicletas las únicas que podían pasar, con el paso de las horas, sólo se escuchaba silencio, indicaciones de brigadistas, ambulancias y los motores de una buena cantidad de motocicletas.
Sigue aquí nuestra cobertura por el sismo del 19 de septiembre.
Sherinne pertenece al grupo de Mujeres Bikers Unidas y desde ahí se comenzaron a organizar; sin embargo, al rodar en algunas de las entonces desoladas calles observó otras agrupaciones grandes que acudían a distribuir comida, trasladar víveres y movilizar a personas.
El movimiento biker tiene como filosofía la ayuda en el camino entre conocidos y desconocidos, ideología que por esos días se extendió a todas las personas, “a mí me tocó ir a la Cruz Roja, había muchísimas motos, los surtían de 10 en 10, a mí me tocó rodar a distribuir comida con gente que yo no conocía”.
Recordó que durante las primeras horas después del sismo del martes pasado, cada integrante de ese grupo se organizó para acudir a los lugares lo más rápido posible y ese día estuvo rodando más de nueve horas constantes en las colonias Roma, Narvarte y en donde hiciera falta, comentó.
“Se me fue el hambre”, explicó Sherinne al mencionar que el martes fue a diversos puntos de la ciudad con un plátano y un poco de agua en el estómago, “estábamos trabajando, así que ni tiempo nos dio de comer”.
“Es algo que te quita el hambre, que te quita el sueño, te sientes como rarita”, refirió al señalar que colaboró en los traslados desde el martes hasta el jueves.
“Ayudamos demasiado, más de lo que la gente esperaba de nosotros, yo creo que nadie pensó que los bikers ayudáramos así”, explicó Sherinne Celedón; y expuso que los amantes de la vida sobre ruedas no son sólo aquellos que se meten entre los coches o que “manejan mal”, sino que también son aquellos que ayudaron ese día “éramos muchos”.
La motociclista explicó que no sólo fue ella y la organización de mujeres a la que participa, sino que eran varios bikers los que por esos días movilizaron la ciudad al acceder a los lugares en los que nadie podía, “hicimos de todo, traslado de víveres, material de curación, de alimentos y de personas que necesitaban llegar como médicos”.
“Todos los bikers nos unimos, nos apoyamos, si alguien necesitaba algo otro biker iba y lo ayudaba”, añadió, al referir que dio una buena cantidad de vueltas, las cuales además eran complicadas por los congestionamientos viales, las personas en las calles y la histeria colectiva.
ams