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En el Senado, con Marcelo Ebrard, abrazos y no balazos

El canciller hizo uso de su oficio político para ganarse durante su comparecencia a los legisladores, incluso a los de oposición

Escrito en NACIÓN el

Tras casi cuatro horas comparecencia, Marcelo Ebrard sale satisfecho del pleno del Senado de la República pues llevaba en su bolsillo a los legisladores de todas las bancadas. Político con colmillo y experiencia, el Secretario de Relaciones Exteriores, supo perfectamente cómo enfrentar, incluso, a la oposición; en este caso, la bancada de senadores del PAN.

-¿Cómo le hizo para ‘echárselos’ al bolsillo?, le pregunta LSR al final del acto de su rendición de cuentas como funcionario público.

-Escuchándolos, -dice mientras sonríe y complementa-, siendo humilde.

LA ESTRATEGIA

No, no fue cuestión de humildad, sino de estrategia. Desde los primeros minutos de su intervención, Ebrard sacó los ases bajo su manga. Por eso así se dirigió a los senadores: “agradezco su paciencia y gentileza… agradezco su respaldo… el mandato que recibimos de ustedes… no habrá nada que ustedes no conozcan… les pediría nos dieran la oportunidad de hacer consultas con ustedes”. Siempre cortés y conciliatorio, negociador, pero también firme cuando lo consideró necesario.

-¿Es usted un vicepresidente en el exterior?- preguntó en su momento la senadora panista Alejandra Reynoso.

A lo que él respondió:

-No soy vicepresidente ¡Tenemos mucho presidente! No se necesita tener un vicepresidente.

Por eso habló de tú y de usted, a quien consideró necesario. “Emilio” dijo dirigiéndose al senador sin partido, Álvarez Icaza. “Senadora Paredes”, llamó respetuosamente a la priísta. Y esto, lejos de incomodar, también fue bien recibido por el pleno.

TRÁFICO DE ARMAS, GRAVE PROBLEMA

Paradójicamente, Ebrard hizo de Estados Unidos y el tema de las armas, su principal arma discursiva. “Tenemos enfrente un fenómeno de criminalidad trasnacional, de Norteamérica provienen armas, el 70 por ciento… Si Estados Unidos quiere respaldar a México, que reduzca el tráfico ilícito de armas hacia acá… Es la mejor manera de ayudarnos, no designando organizaciones como si fueran criminales… Con la Unión Europea, necesitamos que nos ayuden a reducir el flujo de armas europeas que es el otro 30 por ciento, y nos han dicho que lo ven con simpatía”, detalló.

El funcionario adelantó que tendrá una reunión en días próximos con el procurador estadounidense para hablar de este tema con el afán de mantener una relación de coexistencia con el vecino del norte. Hablarán, dijo, de asumir una carga compartida entre ambas naciones en el tema de criminalidad trasnacional, relacionado con las armas y financiamiento ilícito. Y aprovechó el momento para rechazar el adjetivo del presidente Donald Trump, de “organizaciones terroristas” para las organizaciones criminales en México.

“No veremos con buenos ojos esto pues una designación de esta naturaleza provocaría que se debilite la cooperación entre ambos países, que es la más intensa y compleja en materia de seguridad, probablemente de todo el mundo. Y más en estos momentos”, advirtió.

Y destacó que el gobierno mexicano había entregado ya al FBI, un listado de la totalidad de los casquillos encontrados en la escena del crimen en el caso de las familias Lebaron y Langford; esto, como una prueba que documenta que la totalidad de las armas utilizadas fueron de manufactura estadounidense. E informó que el 3 de enero próximo se reunirán de nuevo con ambas familias.

DE PRIÍSTAS A EXPRIÍSTA

De priístas a ex priísta, la ex secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; y la exembajadora, Beatriz Paredes, no se doblaron frente a Ebrard y fijaron posturas políticas claras y sutilmente tajantes.

“A la crisis en Venezuela, aplicamos el principio de no intervención y desatendimos el llamado internacional a que se respeten derechos humanos y se celebren elecciones limpias, justas y equitativas en aquel país… En el caso de Bolivia, se movilizaron suficientes recursos como para que un acto humanitario se perciba en buena parte de la región y del país, como un gesto más cercano a las simpatías del gobierno federal que a la tradición diplomática del Estado mexicano”, subrayó Ruiz Massieu.

Pero Ebrard solo reiteró el discurso presidencial en el Zócalo, del pasado domingo, en el sentido de la política de asilo que caracteriza a México.

Por su parte Paredes precisó. “Aprecio el tono de esta comparecencia, que en su primera exposición haya expresado el reconocimiento de la Cancillería a este Senado de la República por el acompañamiento que se realizó a algunas acciones de la política exterior… Pero en el caso de las negociaciones del Tratado, no hemos tenido una comisión plural de acompañamiento… No queremos que se nos sorprenda con acuerdos paralelos que trastocan el sentido y los alcances del T-MEC”, enlistó.

“No tenemos la misma impresión de lo que está sucediendo con la política migratoria… Reconocemos que es un gran logro y que se requirió mucha firmeza para no ser declarados tercer país seguro, pero requerimos de un replanteamiento integral de la política migratoria en consonancia con el Acuerdo de Marraquech, concebida como una política de desarrollo y no de seguridad”, agregó.

A esto, el funcionario solo respondió -respetuosamente-, que no coincidía con ella en el sentido de que México se precipitó en ratificar el T-MEC dado que todavía faltaba negociar algunos temas, como el ambiental. E informó que Jesús Seade, subsecretario para América del Norte, llegaba hoy a Estados Unidos para dar seguimiento al tema.

Marcelo salió satisfecho de su comparecencia. Por eso tardó un promedio de entre quince y veinte minutos en salir del recinto parlamentario, tiempo invertido en despedirse de cada grupo parlamentario. Y sí, en casi todos hubo selfies.

Naturalmente, primero fue con Morena donde la fotografía más destacada fue con el hoy morenista -antes expriísta-, Ricardo Monreal. Una foto amigable, con camaradería, donde Monreal posa con una mano señalando a los fotógrafos mientras Ebrard levanta el brazo con su puño cerrado.

La segunda y más peculiar fue con la oposición, la bancada azul. Xóchitl Gálvez, Gustavo Madero, Kenia López Rabadán, Alejandra Reynoso… todos formados al lado del funcionario, sonrientes, amigables. La tercera, con las senadoras del PRI, fue más política aunque también sonriente y cordial. Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu y Vanessa Rubio junto al canciller. Un abrazo para Emilio Álvarez Icaza; otro para Juan Zepeda, el experredista y actual integrante de Movimiento Ciudadano.

No había duda. Ebrard salió de una comparecencia, en general, exitosa, llevando en su bolsillo a los legisladores de la Cámara Alta, hecho que no se vio en la comparecencia de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Ni con el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo.

JGM