En las campañas electorales, por cada peso legal utilizado por los partidos al menos 25 son por debajo de la mesa, aseguran Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), y Ximena Mata Zenteno.
Ambos son autores del libro “Dinero bajo la mesa: Financiamiento y gasto ilegal de las campañas políticas en México”, junto con María Amparo Casar, Presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, así como Leonardo Núñez González.
En entrevista con La Silla Rota, Ugalde y Mata sostienen que la corrupción en las campañas electorales es la semilla en la corrupción gubernamental.
“Un funcionario no puede portarse bien si, apenas se siente en la silla, ya debe 50 millones de pesos. O se resuelve el problema de la corrupción en las campañas o no se puede eliminar la corrupción en el gobierno”, sentencia Luis Carlos Ugalde.
Y agrega: “Si Andrés Manuel López Obrador no se dedican a atacar el dinero por debajo de la mesa, su lucha contra la corrupción será un fracaso”
Mata Zenteno por su parte, explicó de donde viene la financiación ilegal de las campañas: dinero público, privado o crimen organizado.
Este dinero, refiere Ximena, proviene de –por ejemplo– un amigo gobernante, empresario o criminal, quienes financian la campaña de un candidato para, llegando al poder, le deban favores.
El caso más común, refieren ambos, es con empresarios quienes reciben contratos gubernamentales en adjudicaciones directas como forma de “pago”.
Ugalde precisa que este dinero ilegal difícilmente es rastreable debido a que son pagos en efectivo o en especie.
Los autores señalan que tanto los recursos que los candidatos reciben, como los que estos dan se dan de dicha manera.
“Una empresa utiliza a su publicista para hacerle la campaña de publicidad al candidato”, menciona Ugalde y añade: “Un gobierno usa gente dentro de su nómina para ser operador político del candidato”.
Ugalde y Mata ahondan en la publicidad que los gobiernos, y las campañas, destinan a los medios de comunicación.
“Muchos medios se volvieron adictos al dinero público, se duplicaron los nuevos medios”, refiere Luis Carlos, la prensa, principalmente local, se convirtió en un ente que extorsiona al candidato pidiéndole dinero para cubrir su campaña o golpeándolo para detenerse a cambio de recursos del erario.
O al revés, los candidatos condicionan a los medios para que hablen bien de ellos y mal de sus adversarios a cambio de recursos públicos.
Para que esto no suceda, Ximena propone que no solo sea el INE el que se encargue de la fiscalización de los partidos, sino que se sumen otras instituciones como la Auditoria Superior de la Federación (ASF), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la Unidad de Inteligencia Financiera y el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
También proponen hacer el voto obligatorio y poner sanciones, no multas, para quienes no lo hagan.
