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El virus del narco se volvió letal con “Los Zetas”

En entrevista con La Silla Rota, Ricardo Raphael nos habla sobre su más reciente libro "Hijo de la Guerra", sobre una serie de entrevistas que tuvo con "El Z-9"

Escrito en NACIÓN el

Si México fuera un ser vivo y el narcotráfico una enfermedad, le pregunta sería “¿Cuándo este virus se volvió tan letal?”, lanza Ricardo Raphael la pregunta al aire y él mismo la responde: “el virus mutó, se volvió letal con ‘Los Zetas’ y el Estado es el responsable de esta mutación”.

Escritor y periodista, habla en entrevista con La Silla Rota sobre su más reciente libro “Hijo de la Guerra”, una novela de no ficción sobre una serie de entrevistas que tuvo, en el penal de Chiconautla, con quien dice ser Galdino Mellado Cruz, “El Z-9”, uno de los lideres fundadores de dicho organización criminal.

El problema aquí es que Mellado Cruz fue dado por muerto por el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2014. 

“Un día me llama un buen amigo, me dice ‘acabo de estar en la prisión de Chiconautla y hay un sujeto que afirma ser El Z-9, es uno de los fundadores, lo dio por muerto el gobierno, pero él dice que es el verdadero y quiere contar su historia', a partir de ahí, en enero de 2015, comenzó todo”.

El largo historial del gobierno mexicano sobre capos criminales que ha dado por muerto en extrañas condiciones, como Heriberto Lazcano, “El Lazca”; Nazario Moreno, “El Chayo”; e incluso Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”; podría otorgarle el beneficio de la duda a quien dice ser Mellado Cruz.

No solo eso, los dichos de “El Z-9”, un peritaje forense y demás pruebas puestas sobre la mesa por Ricardo Raphael hacen que las piezas de rompecabezas encajen.

“Le tomé a fotografías a ‘El Z-9’ y las mande a con una antropóloga forense junto con fotos de él cuando era joven, estaba en el Ejército […] luego, me dice que hay un 80% de probabilidad de que esta persona sea quien dice ser […] no es la única prueba, pero cuando ella me llegó esa prueba forense, seguí adelante”.

El libro nace, relata Ricardo Raphael, por una necesidad imperiosa por explicarse cómo habíamos llegado a estos niveles históricos de violencia y ante la insatisfacción que generan las explicaciones de las autoridades, en ese sentido “Los Zetas” fueron la mejor opción para intentar responder dichas dudas.

“Crimen organizado ha habido siempre, es un tema que viene desde antes de la Revolución, pero ¿en qué momento estas empresas criminales se volvieron tan mortíferas para nuestra sociedad?, yo no tengo duda, el virus mutó y se volvió letal con ‘Los Zetas’.”.

 

Ricardo Raphael, al respecto, lo tiene claro, el responsable de esta mutación del narcotráfico es del Estado Mexicano.

“(La mutación del virus del narcotráfico) ocurrió por intervención del Estado, el estado los reclutó, los formó, los puso en cargos claves y se los entregó al crimen organizado, en el libro está narrado, desde la experiencia personal de “El Z-9”, que el estado es el responsable”

Para Raphael, tras el nacimiento de “Los Zetas”, otras organizaciones criminales –el las llama empresas– abrieron su “departamento de paramilitares” para proteger su negocio y defenderse de otras organizaciones como los propios “Zetas”.

“No hay duda de que ‘Los Zetas’ son el vínculo entre el poder político y el poder criminal […] La primera prueba que yo presentaría ante un juez ante la hipótesis de que el Estado está detrás de la violencia y criminalidad que vivimos sería el caso de ‘Los Zetas’.”.

Por ello, a Ricardo Raphael le pareció indispensable encontrar un victimario que hubiese estado colocado en buena circunstancia para contar su historia personal y lo que le tocó ver.

“Hemos preguntado insuficientemente a quien tiene una parte de explicación, que son los perpetradores, poseen piezas de información que tienen que estar en el debate público”

Al explicar la premisa de entrevistar a un perpetrador criminal para entender el ya largo camino de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, Ricardo pone sobre la mesa una metáfora.

“Durante muchos siglos estuvo prohibida la nigromancia, es decir, abrir un cadáver para averiguar por qué había muerto, no fue hasta que se acabaron las prohibiciones religiosas que se pudieron abrir los cadáveres, entonces hubo varios avances médicos a la humanidad”, relata el escritor.

Y continúa: “En ese sentido se necesita hacer ‘autopsias’ a los casos y por ende a los criminales, sin embargo, vivimos en un país donde una vez que se cierra el caso, se entierra el criminal y nadie puede hablar con él, no hay manera de hacer las preguntas pertinentes, de hacer la autopsia del caso criminal”

Pero ¿por qué un zeta dado por muerto, viviendo bajo la identidad de alguien quien no es, decide hacer público su secreto, uno que lo expone y podría poner en riesgo su vida?

“En realidad no hay ningún riesgo para él, ya está muerto, el gobierno lo dio por muerto, es un Conde de Montecristo, no mayor impunidad que estar muerto, él está liberado para contar lo que quiera”, responde Ricardo Raphael.

Y sigue: “Hay que decirlo, si la victima necesita hablar, el victimario mucho más, contar su historia, no puede dormir, contarlo se va volviendo una manera de terapia que le va permitiendo ir procesando lo que él vivió, hay una necesidad humana y vital de contar”

Sobre lo relatado por “El Z-9” y expuesto en su libro, Ricardo Raphael reconoce que por bastante tiempo perdió el sueño y cuando dormía tenía pesadilla, que salía a la calle y veía la cara del capo criminal por todas partes, sin embargo, aseguró que aprendió a domesticar su paranoia.

Estar una vez a la semana y durante seis meses en el penal de Chiconautla no es cosa menor, para el autor de libro este penal es un reflejo de lo que está pasando en todo el país.

“En un principio Chiconautla iba a albergar mil 200 personas y para hacerlo decidieron cerrar el basurero que está cerca, pero pasaron dos cosas: no se cerró el basurero y ahí adentro hay 4 mil 200 personas”, comienza explicando Ricardo Raphael.

Prosigue: “Vivimos una sociedad que tira bolsas de plástico, comida, papel, desperdicio y hace lo mismo con los seres humanos: ‘ya cierren la puerta, ya no los quiero ver en la sociedad’, cuando te metes ahí, los custodios te dicen es que la mitad de los reos son inocentes y que apenas 100 son peligrosos, sí hay algo muy alevoso de arrojar vidas humanas al basurero”.

Para el periodista y escritor, esta cárcel reproduce la geografía criminal del país: adentro hay zonas que son de “La Familia Michoacana”, de “Los Zetas”, de los Beltrán Leyva, “resulta que el país entero está en Choconautla”.

Finalmente, Ricardo Raphael aborda el caso Culiacán, donde el gobierno federal en un operativo fallido detuvo y liberó Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.  

“En Sinaloa, el cártel le recordó al gobierno de López Obrador la realidad y más aún, que el estado mexicano no tiene todavía capacidad para recuperar su territorio […] el presidente fue un ingenuo al pensar que podía enfrentarse a un aparato tan grande con un operativo chiquitito”.

Para Raphael, el 40% del territorio mexicano está tomado por estas fuerzas criminales, mismas que no solo trafican drogas, son gobierno alternos, empresas que controlan territorio: “Esto es una guerra entre empresas criminales y nosotros estamos en medio”.