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Los nómadas del desempleo en tiempos del coronavirus

Los mexicanos realizan “tours” por las filas de empresas que tienen vacantes, entre la necesidad y la emergencia de la covid

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Escrito en NACIÓN el

Vi la fila y me formé, pero no fui la única. Detrás de mi llegaron tres más preguntando ¿Para qué es? Cuando les señalé la solicitud de empleo que tenía el hombre que estaba delante, comprendieron. Uno de ellos sacó de su mochila una solicitud llena, sentí vergüenza, yo no llevaba ninguna. Dijo que tenía preparadas varias porque iba a hacer un “tour” en esta zona de fábricas localizada en la zona oriente de la Ciudad de México. Su esperanza era que alguna “pegara”, igual que “el gordo” de la Lotería.

La búsqueda de empleo en medio de la pandemia del coronavirus es así; y en esta unifila las historias que se escuchan son todas iguales, aunque cada protagonista es diferente. Todos los que están ahí, o son parte del medio millón de desempleados que cuantificó el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) o parte de los doce millones “no ocupados” que contabilizó el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). Da igual, el caso es que ninguno tiene ni trabajo ni dinero. Escuchar sus historias dibuja de manera precisa el contexto en que ocurrieron todos estos despidos porque las suplicas, sugerencias y exhortos tanto del presidente López Obrador, como de la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y la Secretaría del Trabajo, no hicieron ni cosquillas en las empresas, fueran del tamaño que fueran.

“Iba para la Coca Cola que está aquí adelante, pero vi la fila y vine”, me cuenta don Javier, el hombre formado frente a mí. “Tengo mes y medio sin empleo, estaba en la Bonafina, pero hubo recorte y nos dieron el finiquito. Ni hablar, nos tocó, esperemos colocarnos pronto”.

-¿Y aquí de que están contratando?, pregunta don Roberto quien acaba de llegar y se integra a la plática para enterarse que la empresa de mensajería Fedex informó vía internet que buscaba auxiliares para almacén. No obstante, muchos de los formados confían en que igual y los contraten como choferes.

“Llevo tres meses sin trabajo”, nos platica don Gregorio, el último de la fila. “Estaba en un taller de imprenta y nos liquidaron”. Luego interviene el señor Augusto, “a mí primero me descansaron, estaba en el Estadio Azteca pero luego la empresa me mandó a un teatro, hacía puro mantenimiento; de ahí nos dijeron que ya no y no me dieron nada. De todos modos, aunque me peleara, los patrones se declararon en números rojos, no pude hacer nada”, lamenta.

“Yo también traigo varias solicitudes llenas”, agrega don Roberto. “Fui a la Cemex (Cementos Mexicanos) que está aquí cerca, dejé solicitud y quedaron que entre mañana y pasado me hablan para ser ayudante. Cuando me despidieron de mi trabajo por el virus, el patrón me dijo que me iba a depositar el 50 por ciento del sueldo, pero no me dio nada”.

“Así nos hicieron a casi todos”, dice don Rubén que, hasta ese momento, solo había guardado silencio. “Nos engañaron de esa forma porque también a mí me dijeron así y a la mera hora, nada. El gobierno está coludido con las empresas, al presidente no le conviene echárselas encima. Le sé a todo: pintura, pasta, albañilería, electricidad; he estado buscando, pero no hay nada. Todo está cerrado y siempre te dicen que regreses después del día 15, del 15; y la verdad es que ahorita, pues lo que caiga”.

Es mi turno en la entrevista de trabajo y me veo de tú a tú (de cubrebocas a cubrebocas), con la licenciada Cinthya quien atiende a quienes estamos formados en la calle. Su primera sorpresa es que yo sea mujer.

-Vi la fila y me formé, busco trabajo. ¿Qué tengo que traer?

-Tengo lugar para auxiliares de almacén, pueden ser mujeres siempre y cuando puedan hacer las funciones de carga y descarga. No quiere decir que les voy a poner cosas muy pesadas, pero sí que tengan la disponibilidad. Solo tengo vacantes por Metro Nopalera en Tláhuac.

-¿Le traigo algún documento? ¿Cartas de recomendación?

-De momento solo tu solicitud de empleo.

-¿Hay límite de edad?

-50 años.

Entonces me percato que la mayor parte de la fila, estaba casi al límite de este requisito.


El fin del aviso oportuno

Antes del coronavirus, buscar empleo en esta sección de los periódicos significaba perderse en un promedio de ocho páginas de las cuales solo cuatro eran las efectivas. Por ejemplo, el 17 de septiembre de 2019, los anuncios estaban clasificados por profesión, puestos y oficios, por lo que un desempleado tenía opciones para hacer la lucha:  maestro, médico, gerente, estilita, auxiliar, técnico, vendedor, promotor, guardia y vigilante, cobrador, capturista, cocinero, taquero, costurero, carpintero… y la lista seguía.

Siete meses después - el 8 de mayo, en fase tres de esta pandemia- el cambio fue drástico. La misma sección equivale a dos páginas; y de esta solo la mitad de una página ofrece 41 empleos. 41 y no es broma. La mayoría -naturalmente-, son ofertas para médicos, choferes y cobradores. Pero solo hay un empleo para costurera y otro para panadero.

Un mes después, el 4 de junio (semana de la “nueva normalidad”), la cifra es similar: 46 empleos y algunos de estos son para cocina en restaurantes cercanos a hospitales en la zona sur (como consecuencia de la pandemia). La Silla Rota llamó a uno de estos empleos: un sueldo de 200 pesos diarios por una jornada de diez a once horas al día cocinando antojitos mexicanos en la plancha. También se promueven lugares para choferes, médicos, químicos farmacobiólogos y operadores de maquinaria.

¿Quién que no sea el IMSS ni el Inegi puede hablar de desempleo durante esta crisis sanitaria, de forma neutral? El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) de la Universidad Iberoamericana, ofrece algunas pistas tras la encuesta que aplicó en abril a 800 personas, vía telefónica.

Revisa aquí la encuesta 

“En la primera quincena de abril, se estima que entre 5.2 y 8.1 millones de personas perdieron su empleo, fueron ‘descansadas’ o no pudieron salir a buscar trabajo en el contexto de la pandemia de covid-19”, cita. Sí, estos números coinciden con las historias de don Javier, don Roberto, don Gregorio y don Rubén.

Y continúa: “se estima que uno de cada tres hogares observó una reducción de 50 por ciento o más en su ingreso entre febrero y marzo de 2020… 27.5 por ciento de los hogares encuestados reportaron ver afectada la cantidad y calidad de sus alimentos por falta de recursos económicos”. Sí, lo mismo me dijo Andrés, un joven de 28 años, chofer de reparto, padre de un niño, desempleado por la pandemia, quien también acudió a la mensajería Fedex a buscar el puesto de auxiliar de almacén. Sólo que él ya había pasado la primera etapa que era la entrevista inicial.

“Nos dijeron que era sólo empleo temporal en lo que se acaba esta epidemia; pero si me quedo, aunque sea bajo el sueldo, le entro, porque la gente necesita dinero y la familia quiere comer. Ojalá ya se calme todo esto para que podamos salir adelante todos, necesitamos que haya trabajo para que se vuelva a la normalidad. A muchos los corrieron sin nada, como a mí. En estos meses sin empleo trato de ver qué hago: talacha, trabajos sencillos que me saquen el día, pero ojalá encuentre un trabajo fijo porque no tenemos apoyo ni del presidente”.

Jesús León tiene 27 años y también competirá por el puesto, aunque en su empleo anterior era guardia de seguridad en el aeropuerto. “Ahorita van a bajar para entrevistarme, espero quedarme porque llevo mes y medio sin empleo y ya se me acabaron los ahorros”.

Jonathan Juárez tiene 53 años; y aunque sabe que su edad le resta méritos frente a sus competidores, confía en que su experiencia como ex repartidor de otra empresa, le sume puntos. “Me liquidaron hace seis meses, sólo nos dieron las gracias. Le digo que está muy difícil encontrar trabajo. En estos meses he trabajado de lo que se pueda: chofer de taxi o entregando paqueterías, servicios a domicilio, entregar un tipo de mercancía. Está muy difícil para todos y para todo México ¡Pero aquí estamos presentes para ver si nos dan una vacante!”.


(Luis Ramos)