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El promotor del santuario migrante llamado Tijuana

Carlos Mora busca celebrar el Día de la Migración con un mensaje que haga la diferencia

Escrito en NACIÓN el

Cada ola migratoria, cada crisis económica o política que ocurra en el mundo, tarde o temprano se expresa en Tijuana, Baja California, “la capital mundial en migración”, refirió Carlos Mora, quien encabeza los preparativos para conmemorar este fin de año el Día Nacional del Migrante con un encuentro que busca mandar una señal poderosa.

Mora, que por años ha participado en la coordinación de empresarios regionales en apoyo a esa ciudad santuario de migrantes, narró para La Silla Rota la batalla cotidiana que Tijuana libra para conservar su historia y su prestigio de metrópoli que da cobijo a seres de todo el planeta, quienes desde ahí buscan cruzar la frontera para consumar su propio “sueño americano”. Aunque muchos se quedan.

Un episodio singular vivió la ciudad entre 2016 y 2017. Un enorme flujo de ciudadanos haitianos, expulsados años antes por los terremotos de 2010 en su país, había recorrido otras regiones para buscarse la vida, pero cuando los caminos se les cerraron decidieron tomar rumbo hacia la Unión Americana, que había ofrecido abrir sus puertas por causas humanitarias. Y la ruta pasaba por Tijuana.

“Recibimos a 25 mil haitianos. Muchos de ellos vivieron años en Brasil, en donde pudieron gozar de trabajo con las construcciones y remodelaciones necesarias para el Mundial de Futbol y los Juegos Olímpicos, en 2014 y 2016, respectivamente. Pero cuando el gobierno brasileño comenzó a cancelar los permisos laborales, se vieron obligados a buscar más oportunidades, ver hacia el norte”, expuso Mora.

Después de llegar a Chiapas, la mayoría caminando, los migrantes se dirigieron a Baja California. No es la ruta más corta hacia Estados Unidos, pero en el mundo de la migración se sabe que Tijuana es sinónimo de cobijo y solidaridad

“Llegamos a sumar 25 mil migrantes haitianos, en total, pero quizá a 15 mil al mismo tiempo. Ello representó un enorme desafío, con pocos antecedentes para nosotros. Se produjo porque Estados Unidos se apoyó en territorio mexicano, virtualmente en la modalidad llamada tercer país seguro, donde los migrantes aguardan a que se resuelva su calidad migratoria”, explicó Mora.

Tijuana, expuso, ha desarrollado una capacidad de hasta de cinco mil camas o espacios para atender a migrantes. “Eso es nuestro tope. Tuvimos que habilitar como albergues todas las iglesias, de todas las denominaciones religiosas. En cierta etapa dimos cobijo a casi 10 mil haitianos, a los que había que agregar a los mexicanos, paisanos nuestros, y centroamericanos, todos deportados por miles cada mes. Y la gente seguía llegando…”.

Eventualmente, la Unión Americana aceptó a un número significativo de los haitianos migrantes refugiados en Tijuana. Pero en la espera, muchos de ellos decidieron que el destino los arraigaba en la ciudad que los recibió con calidez. Mora dio los datos: “Calculamos que 3 mil haitianos se quedaron en Tijuana o en otras ciudades cercanas. Algunos casaron con mexicanos o mexicanas. Hoy tenemos cerca de 130 niños y niñas haitianos-mexicanos en nuestra ciudad…”.

Carlos Mora (Tijuana, 1962) ha estado ligado por décadas en esa frontera a la promoción de temas sociales, culturales y empresariales, frecuentemente en torno a la repercusión de estos ámbitos con el tema migratorio. Fue regidor en el ayuntamiento de Tijuana para temas fronterizos (1998-2001), y presidente de la Comisión de Atención a Migrantes en Baja California, órgano consultor del gobierno estatal.

Alto ejecutivo de la cadena hotelera “Vidanta”, Mora elude detallar el listado de empresarios, activistas sociales y culturales, así como de líderes religiosos que cotidianamente construyen a la Tijuana hospitalaria frente al fenómeno migrante. Una labor virtualmente anónima, que marca la diferencia sobre lo que ocurre en otros puntos de la frontera mexicana. Por no mencionar al otro lado de la franja divisoria, donde sigue avanzando la xenofobia, el discurso de odio hacia el migrante. 

CELEBRAR A LA MIGRACIÓN

El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, citó Mora, “a lo largo de la historia de la humanidad la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor”. La cita este año es en Tijuana, la ciudad con más migrantes del país, y el responsable de las celebraciones es Carlos Mora, expresidente del Consejo Estatal de Atención al Migrante.

Entre los invitados inicialmente confirmados hasta ahora se encuentran el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de México, Alejandro Encinas; el senador Ricardo Monreal, el diputado Mario Delgado y la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui.

Carlos Mora explicó que el propósito de la celebración es visualizar el fenómeno migratorio enfocándose en los migrantes como personas individuales, ya que se suele pensar en ellos como un simple número. “Son seres humanos, son hermanos. No una estadística,” expuso.

La mayoría de migrantes en México, dijo, proviene de Centroamérica, principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador. Muchos de ellos están esperando que las autoridades de Estados Unidos les permitan entrar al país. Llegan a la frontera mexicana huyendo de la violencia en su entorno, por la falta de empleo y medios de sobrevivencia.

Mora destacó la capacidad de asimilación que exhibe Tijuana, a la que describió como “la capital del empleo a nivel nacional”. “Es una ciudad donde no hay desempleo, donde ves al maquilador, al industrial, al comerciante peleándose por la mano de obra. El que quiere trabajar no tiene problema. Y eso tiene que ver con las bondades del fenómeno migratorio.”

Mora dijo que tiene una opinión muy positiva sobre los migrantes que habitan en Tijuana. Reveló que los migrantes que llegaron de Haití impusieron “estándares muy altos” en los trabajos que ocuparon, mayormente manuales. “Es una gran fuerza productiva y Tijuana los absorbió como a un mexicano más. Lo digo de manera orgullosa.”

Pero destacó que a pesar de los esfuerzos librados por Baja California y otros estados en el país, falta mucho que hacer para apoyar debidamente a los migrantes que llegan a México. Refirió que una de las propuestas del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, es crear la figura del ombudsman migrante. Añadió que se necesita una instancia nacional que coordine tareas y programas que no aborda el Instituto Nacional de Migración, cuya labor es de control.

Otro de los esfuerzos que se están haciendo es intentar mantener una relación fuerte con las autoridades de Estados Unidos: “Siempre han sido actores preponderantes en el fenómeno migratorio, nuestra relación con la autoridad migratoria norteamericana es de muy buen diálogo y permanente”, concluyó Carlos Mora.

(Con la colaboración de Alejandra Ceballos Vargas).