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El juicio de “El Chapo” derrumbó el mito del gran capo

En entrevista con La Silla Rota, el escritor y periodista J. Jesús Esquivel señala a las autoridades estadunidenses de “inflar” al personaje de Guzmán Loera

Escrito en NACIÓN el

“Se acabó su corrido”, sentencia J. Jesús Esquivel sobre Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, exlíder del cártel de Sinaloa, quien recibió cadena perpetua en el quizá juicio más mediático en la historia de los Estados Unidos.  

En entrevista con La Silla Rota, Esquivel explica que el personaje de “El Chapo” fue “inflado” por el gobierno estadunidense y el juicio solo fue parte de la “parafernalia” para reafirmar que Guzmán Loera era el gran criminal y una amenaza para la seguridad norteamericana.

“El Chapo no era quien decía Estados Unidos, porque si hubiese sido ese personaje, el gran líder del cártel de Sinaloa, el cártel estaría desmantelado en este momento y eso no es cierto. El narcotráfico sigue igual con y sin Guzmán Loera”

Los motivos del gobierno estadunidense para crear este mito, según el corresponsal de Washington, es continuar su guerra contra las drogas y no aceptar su responsabilidad en ésta, que es mucha.  

Además, en Estados Unidos le tiene recelo a Guzmán Loera, relata Esquivel, por haberse escapado en dos ocasiones, con el sello de la corrupción, de prisiones de máxima seguridad en México, de ahí la “publicidad” sobre “El Chapo”.

Por si fuera poco, explica el periodista, el mito que los estadunidenses crearon alrededor de Guzmán Loera, la publicidad en torno del personaje, era del gusto del capo criminal, quien amaba los reflectores.

El escritor, autor de “El Juicio, crónica de la caía del Chapo”, desmiente que Guzmán Loera haya sido el máximo líder del cártel de Sinaloa, sino que era jefe de una fracción de la organización criminal.

“El Chapo es un mito, una figura que no es el capo de capos de la historia, ni tampoco fue el siglo de juicio como muchos dicen”

Actualmente hay varios líderes del cártel de Sinaloa señalados por autoridades mexicanas y estadunidenses, desde Ismael Zambada García, “El Mayo”; Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, “Los Chapitos”; Aureliano Guzmán Salazar, “El Guano”; y hasta Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”.

En un caso parecido al de Guzmán Loera, J. Jesús Esquivel pone sobre la mesa a Caro Quintero, exlíder del extinto cártel de Guadalajara, quien vive una cacería del gobierno estadunidense, mismo que asegura sigue delinquiendo ahora de la mano del cártel de Sinaloa.

“¿Cuándo estuvo relacionado a Caro Quintero con el cártel de Sinaloa?”, cuestiona Esquivel y agrega, “es un tipo que ya está viejo, que está enfermo y, off the record, te dicen los agentes estadunidenses ‘pues es que no las debe’.”

Esta supuesta deuda de “El Narco de Narcos” es el asesinato de Enrique Camarena, agente de la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) asesinado por el cártel de Guadalajara, donde uno de los principales implicados es, en efecto, Caro Quintero.  

Esquivel reconoce que estar enfrente del capo en el juicio le generó demasiada curiosidad, pero detalla que “El Chapo” no le sorprendió debido a su baja estatura, a la tranquilidad que emanaba, y las sonrisas que éste expresaba como si él no fuera el juzgado.

“Como avanzaron las audiencias, te acostumbras a verlo a diario, ya no le notas nada, pero intimidado no, al contrario, ahí el intimidado era él”.

Al verlo esposado, sin poder, sometido, el mito de Guzmán Loera se desmorona, refiere Esquivel.

Sobre los señalamientos de los testigos protegidos a altos exfuncionarios mexicanos, particularmente a expresidentes y secretarios de estado, el periodista asegura que hay que creerles muy poco, únicamente oírlos e ir atando cabos.   

¿Por qué no creerles?, Esquivel recuerda que la función de los testigos protegidos es quedar bien con la fiscalía estadunidense y recibir beneficios legales de sus declaraciones, en este caso, contra Guzmán Loera.

Pero destaca el caso, por ejemplo, de Genaro García Luna, extitular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quien siempre estuvo muy cerca de los señalamientos por corrupción y narcotráfico.  

J. Jesús Esquivel, quien cubrió de inicio a fin el proceso judicial contra “El Chapo”, regresa con un libro sobre el juicio, el cual incluye una entrevista con Emma Coronel y William Purpura, esposa y fiscal –respectivamente– del capo criminal.  

La plática con Coronel Aispuro la pactó desde el inicio de juicio, la esposa de Guzmán Loera recibió “permiso”, y la concretaron cuando terminara el juicio.

Esquivel califica a Emma Coronel como una mujer que le gusta la vanidad, inteligente, que sabe jugar su papel, mostrar la humanidad del capo, que se tenía que ver inexpresiva ante los medios dentro de la corte.

Sobre el dinero de Guzmán Loera que en los últimos días los gobiernos mexicano y estadunidense se han peleado, J. Jesús Esquivel explica:

“Nadie sabe dónde está el dinero de ‘El Chapo’ y no es esa cantidad que mencionan, se ha malinterpretado”

El dinero, que asciende a 12 mil 666 millones 191 mil 704 dólares, proviene de los encausamientos, precisa Esquivel, es el costo en el mercado negro del total de drogas que calculan “El Chapo” metió a Estados Unidos.

“En Estados Unidos no tienen nada (de dinero) y aquí (en México) no creo que tenga esas cantidades porque en una tonelada de cocaína tienes que pagar al que la produce, al que la transporta, al que la distribuye y son varios transportes, entonces se van mochando la cantidades, es el cálculo global que se hace de todas las drogas que metió ‘El Chapo’ en su carrera criminal”