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El infierno de caer preso en México

La sangrienta riña que se dio en el penal de Cieneguillas no es más que el reflejo del infierno que se vive en la gran mayoría de las cárceles del país

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El año nuevo nos recibió con una tragedia, en el penal estatal de Cieneguillas, Zacatecas, una riña entre reos dejó 16 muertos, pelea que se dio tras un partido de futbol entre miembros del cártel de Sinaloa y del Golfo.

La sangrienta riña que se dio en esta cárcel no es más que el reflejo del infierno que se vive en la gran mayoría de los centro de reclusión social del país, sin importar si son estatales o federales.

Así lo demuestra el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Los penales peor calificados son los estatales, es decir, los Centros de Readaptación Social (Cereso). A nivel nacional, estas cárceles tienen una calificación de 6.75 sobre 10.

Solamente cuatro de los 32 estados del país, tienen una calificación arriba de ocho: Querétaro, Tlaxcala, Coahuila y Guanajuato. En el resto de los penales las irregularidades son una constante.

Entre las deficiencias en los Ceresos del país destacan: la insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos, carentes servicios de salud, así como de higiene y de alimentación.

Sin mencionar el insuficiente personal de seguridad y custodia, presencia de actividades ilícitas, condiciones de autogobierno, así como un nulo procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias.

En el caso particular de Cieneguillas, Zacatecas, la CNDH ha denunciado autogobierno, corrupción, cobros de extorsión y sobornos, así como insuficiente personal de seguridad y custodia en dicho centro penitenciario. Además, se le dio una calificación reprobatoria de 5.51.

Por su parte, los penales federales, es decir, los Centros Federales de Readaptación Social (Cefereso), aunque mejor calificados, cuentan con bastas irregularidades.

Las cárceles federales tienen una calificación nacional de 7.53 sobre diez. Y aunque ninguno de los Ceferesos tiene calificación menor al seis, sólo tres de los 17 penales federales cuentan con una evolución mayor al ocho.

Los Ceferesos mexicanos tampoco cuentan con suficiente personal de seguridad y custodia, aunque no sufren de autogobierno, si tienen deficiencias en los servicios de salud, en la atención a personas adultas mayores y en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.

Sufren, además, de deficiente separación entre procesados y sentenciados, insuficientes actividades laborales y de capacitación, de actividades educativas, así como una inadecuada vinculación de la persona privada de la libertad con la sociedad.

Durante el año pasado, la CNDH reportó mil 29 incidentes, de los cuales 902 se reportaron en penales estatales y 127 en cárceles federales.

De estos incidentes, en su mayoría son riñas (606), abusos (196), desordenes (125), aunque también hay suicidios (60) y asesinatos (41).

Por su parte, los interno presentaron mil 240 quejas ante las autoridades penitenciarias, de las cuales mil 213 fueron a Ceresos y sólo 27 a Ceferesos.