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El día que el “Mayo” le pidió al “Chapo” no asesinar al "Lobito" Arellano Félix

Casi nada se sabe del menor de los hermanos integrantes del cártel de Tijuana, que se graduó como médico cirujano, y que tendría ahora 63 años

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El 8 de noviembre de 1992 los disparos surcaban el aire en la discoteca Christine de Puerto Vallarta: se celebraba el cumpleaños de Benjamín Arellano Félix, líder del cártel de Tijuana, quien se encontraba junto con su hermano Ramón y el más joven de ellos, Carlos Alberto, “El Lobito”.

Los pistoleros, liderados por un asesino a sueldo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, llamado Toño, abrieron fuego contra los guardias con metralletas, rociando a la multitud con balas. El tiroteo dejó  seis muertos.

La balacera ocurrió en el contexto de una violenta guerra entre los cárteles de Tijuana y Sinaloa, con Guzmán buscando venganza por el asesinato de la esposa y dos hijas de su mano derecha Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar a manos de sicarios de Tijuana.

El hombre responsable de los homicidios fue asesinado en una prisión de Caracas, Venezuela, y Palma recibió la promesa de Guzmán que mataría a todos los hombres responsables.

Ismael “El Mayo” Zambada García ayudó a “El Chapo” a establecer los planes para el ataque, ya que Zambada sabía que los Arellano habían cruzado la línea de la paz entre ambas organizaciones.

 

Reservó la fiesta en el club nocturno Christine, pero se negó a asistir, diciendo que la comida no le iba bien. Al recibir esta llamada telefónica, Benjamín decidió abandonar la fiesta; Ramón Arellano Félix escapó del tiroteo mientras sucedía.

El gobierno mexicano contactó al mediador entre los dos carteles, Amado Carrillo Fuentes, quien decidió que mataría a El Chapo para poner fin a la guerra. La siguiente acción importante de la guerra fue el tiroteo en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara de 1993, en donde murió el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

No obstante, la gente de “El Chapo” logró captura a Carlos Alberto Arellano Félix, “El Lobito”. Guzmán Loera estaba decidido a matarlo para corresponder la promesa que le había hecho a “El Güero” Palma de que vengaría la muerte de su esposa e hijas.

Lograron capturar al hermano menor de Arellano Félix, Lobito Arellano Félix, quien luego fue liberado sin daño por Guzmán. El tiroteo fue una señal de que la guerra continuaba a pesar de la paz previa establecida entre los dos carteles tras la redada en el almacén de Otay, y el tiroteo hizo que la gente en todo México hablara.

Sin embargo, “El Mayo” Zambada, el mismo que había planeado el ataque contra Benjamín y Ramón junto con “El Chapo”, le advirtió que el asesinato sería más costoso para la ya de por sí maltrecha tregua entre ambas organizaciones.

Guzmán Loera cedió entonces y dejó al joven al lado de una carretera para que sus hermanos lo rescataran.

Palma fue arrestado el 23 de junio de 1995 luego de que un avión Lear de 12 plazas en el que volaba para asistir a una boda se estrelló. Él viajaba de Ciudad Obregón, Sonora a Guadalajara, Jalisco, para una ceremonia cuando el avión se desvió y no pudo localizar una nueva pista de aterrizaje a tiempo.

Palma sobrevivió al accidente y luego fue arrestado por militares, originalmente evadiendo la captura viajando con uniforme completo como oficial de la Policía Judicial Federal con identificación y caravana armada del personal de Policía Judicial Federal.

Poco se sabe de Carlos Alberto “El Lobito” Arellano Félix, quien nació el 20 de agosto de 1955, y se convirtió en médico un cirujano.

Versiones dicen que “El Lobito” completó su entrenamiento quirúrgico en la Universidad Autónoma de Guadalajara y estuvo a cargo de las operaciones de lavado del cártel de Tijuana a través de varias de sus compañías, como bienes raíces, construcción, clubes nocturnos, casas de cambio y tiendas minoristas ubicadas en Mazatlán, Guadalajara y la Ciudad de México.

No existe indicio de que autoridades de Estados Unidos o México lo persigan.

JGM