Main logo

El covid-19 desdibujó el 10 de mayo, día sagrado para los mexicanos

En México duele no celebrar y expresar amor a las mamás en su día por culpa del coronavirus que ya está presente en cualquier actividad

Escrito en NACIÓN el

Estar en casa en plena pandemia de la covid-19 no es garantía de que nos sentiremos seguros. Lo muestran las frecuentes quejas de mal sueño, de insomnio y ansiedad que reportan especialistas.

La aparición del coronavirus ha detonado a nivel masivo el trastorno del sueño, y además ya causó el desdibujamiento del Día de las Madres, algo impensable para los mexicanos, que tienen entre sus fechas sagradas el 10 de mayo.

Pero este año serán escasos los mariachis que den serenatas a las mamás, los restaurantes darán sólo servicios a domicilio y con un límite de 4 platillos, para evitar reuniones masivas.

Son dos trastornos causados por el coronavirus que duelen, el del sueño y el de expresar el amor a las mamás.

Pero además de que el coronavirus nos aterroriza, invisible en la calle pero inexorablemente peligros, también está muy presente en nuestra casa. Aunque lo queremos alejar y apenas regresamos de nuestras excursiones callejeras, limpiamos las latas, la fruta, la comida, los envases de refresco, lo que sea, el coronavirus sigue.

Está en nuestra tele, en las noticias de todo calado. Desde los noticieros que nos muestran a inconscientes que cada año no tienen problema en visitar a su santo preferido pero no creen en el dichoso virus; o los políticos que llevan agua para su molino con el tema, con críticas a los funcionarios actuales pero que olvidan el descuido mientras gobernaron, y los actuales que, cobijados en fuerzas morales, lo que eso signifique, ven conspiraciones en cualquier crítica.

Vemos en las noticias a los héroes de la pandemia, el personal médico, algunos que tristemente caen en el frente de batalla, otros que comparten su impotencia por carecer de equipo necesario (o como dice el dicho, ir a la guerra sin fúsil) y otros que son cobardemente atacados por quienes son dominados por el pánico y creen que el coronavirus usa bata u overol.

Luego vemos las historias de solidaridad de restaurantes y organizaciones que llevan comida o insumos al personal médico, y las secciones de espectáculos y deportes que muestran cómo la actriz colombiana Danna García y el argentino Paulo Dybala salen varias veces positivos de covid-19.

Pero si queremos huir de eso, las redes sociales no son la mejor opción para hacerlo. Ahí también hallamos ruido sobre covid. La Organización Mundial de la Salud advirtió que ahí también hay una pandemia: la de la falsa información, bautizada como Infodemia.

Como parte de eso en las redes se encuentran las conspiraciones, que en las crisis nunca faltan y vienen a cubrir los huecos de información, que si el virus salió de un laboratorio para desestabilizar el orden mundial y crear otro, que si se trata de una especie de examen evolutivo, que si los Iluminati, que si es culpa del neoliberalismo...

Hay que decir que algunas cosas parecen de conspiración pero no lo son. Como cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sugirió inyectar Lysol a los contagiados para curarlos. Lo peor es que hubo gente que intentó el tratamiento del propuesto por el magnate, a quien le urge volver a la actividad económica.

A ello se suma que en Instagram, la red social enfocada en mostrar y proyectar más imágenes que texto, esta plagada de anuncios de mascarillas, caretas, gel e incluso hospitales ambulantes hechos de bambú. 

Como ahora los internautas están más en casa, los influencers y las celebridades transmiten más “en vivos”, como dicen algunos. Ahí se ve a la ex estrella del Barcelona, Dany Alves, preparando comida, conversando y hasta cantando.

Se ve a la cantante Miley Cyrus conversar con otras celebridades, a la cantante Annita que es vista por más de 20 mil, o al cantante de Coldplay, Chris Martin, que canta para 72 mil personas que lo sintonizan en Instagram.


Es en la búsqueda de un buen “en vivo” que aparecen los anuncios de las mascarillas, algunas con diseños exóticos, otras de doble capa, unas más que aseguran son las anheladas y cotizadas N95 y que las mandan a cualquier parte del país. También están las caretas, los goggles y la venta de seguros, por si es necesaria la hospitalización por el covid.

Y si esos anuncios los pasamos por alto, no faltan las influencers que se toman selfies  con sus mascarillas, pues ellas siempre están a la moda y el virus está de moda, es tendencia. 

Con semejantes recordatorios del coronavirus, es normal que no conciliemos el sueño. El coronavirus está con nosotros.