Main logo

El club de "Los 12 Apóstoles" de García Luna

Todos ello con dos rasgos característicos: un oscuro pasado y fieles a Genaro García Luna.

Escrito en NACIÓN el

Para “alinear” a los nuevos mandos de la Policía Federal, el entonces secretario de Seguridad Pública Federal, durante la administración de Felipe Calderón, Genaro García Luna, enviaba a un grupo de hombres de confianza conocidos como los 12 apóstoles.

Así lo asegura Javier Herrera Valles, excomisario de la Policía Federal en entrevista a Emeequis

Herrera Valles llegó al dicho puesto a mediados de 2007, en el inicio del calderonismo, cuando se implementó la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”, para ese entonces ya tenía experiencia al comandar operativos conjuntos en Michoacán, Guerrero, Nuevo León y Tamaulipas.

Sin embargo, el excomisario se dio cuenta que el verdadero problema no estaba en las calles y en los cárteles, sino dentro del propio gobierno, el área de seguridad particularmente, encabezado por García Luna y su círculo cercano apodado como “Los 12 apóstoles”.

“Supe de esto en agosto de 2007[...] Yo ya había detectado que la mal llamada guerra contra el narcotráfico era pura simulación. Se anunciaban los operativos como para prevenir a los delincuentes, no se hacían labores de inteligencia y se ponía en riesgo a los compañeros policías”, dijo Herrera Valles a la revista digital. 

El exmando de la Policía Federal relata que un hombre llegó a su oficina, era un comandante de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), liderada por García Luna en el sexenio de Vicente Fox. 

El misterioso hombre, calificado como soberbio y turbio, se presentó como nuevo comisario regional, un cargo que tenía que autorizar Herrera Valles y que no lo había hecho. Cuándo él le preguntó quién le había asignado dicho puesto, este le dijo que la orden venía de “arriba”.

Este nuevo comisario regional, descubrió Herrera Valles, había sido destituido de su cargo por presuntos nexos con el crimen organizado, había reprobado sus exámenes de control y confianza, sin mencionar que tenía mala reputación en el gremio.

En la entrevista, el entonces comisario de la Policía Federal detalló que él no sería el único que lo visitaría, sino que se sumarían 11 hombres más: “Los 12 Apóstoles”.

Todos ello, recalca Herrera Valles, con dos rasgos característicos: un oscuro pasado y fieles a Genaro García Luna. 

“Después me enteré por un conocido que, para pasar de mandos destituidos en la AFI a comisarios o directores generales adjuntos en la Policía Federal, había que pagar 50 mil dólares”, narra Herrera Valles. 

Continúa: “Yo, por supuesto, los rechacé. No les firmé sus ingresos, pero en octubre me los pusieron a la fuerza (...) Después, claro, no fueron sólo 12. Fueron muchos los que pagaban para entrar y lo hacían en dólares, porque a los jefes no les gustaba la moneda nacional. Todo lo pedían en dólares”. 

Entre ellos estaban altos funcionarios del calderonismo se encontraban, según el excomisario, Nahúm García Martínez, jefe de la sección 1 del Estado Mayor; Héctor Moreno Mendoza, director general de Puertos y Fronteras; o Benito Roa, director general del área antisecuestros de la Policía Federal.

Los “Apóstoles” siempre llegaban a puestos que, convenientemente, eran importantes para el Cártel de Sinaloa, de acuerdo con Emeequis y explica: “(se encontraban en) carreteras por donde la organización movían su droga, regiones donde debían golpear a sus enemigos, aeropuertos, puertos marítimos, zonas turísticas de alto interés”.

Javier Herrera Valles, cuenta, intentó sacar a “Los Apostóles” de la estructura de la Policía Federal, pero le fue imposible. Lo más que logró fue apartarse de ellos.

“Édgar Millán (coordinador general de Seguridad Regional de la Policía Federal y mano derecha García Luna) quien era mi jefe inmediato, los movía a diferentes partes del país sin mi conocimiento. Estaban adscritos a mi área, pero yo no tenía control sobre ellos”.

Javier también sostiene que dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal “Los Apóstoles” comenzaron a generar ingresos ilícitos.

El excomisario no supo más, pues en 2008 fue detenido. Herrera Valles sostiene que dicha captura fue en consecuencia a un par de cartas que escribió al entonces presidente Felipe Calderón. 

En ellas lo ponían al tanto de los presuntos nexos de García Luna y todos su círculo cercano, mismas que fueron ignoradas por el mandatario.

Durante su detención, relata, fue golpeado hasta romperle una costilla, lo acusaban de nexos con el crimen organizado.

Fue sentenciado a 10 años de prisión debido a una serie de testimonios de testigos anónimos y protegidos que supuestamente lo señalaban como receptor de sobornos en dólares por parte del crimen organizado.

En septiembre de 2012, en un tribunal federal ordenó la liberación del excomisario, tras considerar que las acusaciones eran falsas y se habían obtenido bajo tortura. 

Desde entonces, Herrera Valles se ha convertido en una figura incómoda para García Luna, insistiendo constantemente en sus vínculos con el narcotráfico. 

“Yo estaba en la Ciudad de México y me llegó un mensaje de un amigo muy cercano y me dijo que habían detenido a Genaro García Luna. Yo no lo creí, no parecía posible. Le hablé a mi esposa y le pedí que revisara en internet. Y sí, ella me confirmó que había sido detenido en Estados Unidos”.

“Sentí que se podía hacer justicia, pero frustración de que no fuera detenido aquí en México, donde agravió a tantas personas. Pero al menos hay garantía de que en Estados Unidos no va a poder librarse”.

Herrera Valles insiste en, pese a lo que ha dicho el expresidente, Calderón sabía de los nexos de su superpolicía con el crimen organizado. 

Las acusaciones contra García Luna

La fiscalía de Nueva York, la misma que consiguió la cadena perpetua para Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", acusa a García Luna de conspiración por tráfico de cocaína y de hacer declaraciones falsas.

Genaro García Luna habría recibido sobornos multimillonarios del Cártel de Sinaloa para que éste operara con impunidad en México.

"García Luna está acusado de aceptar millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa, mientras controlaba la Policía Federal y era responsable de garantizar la seguridad pública en México", dice la acusación.

A cambio del pago de sobornos, continúan los señalamientos, el Cártel de Sinaloa obtuvo "un pasaje seguro" para sus envíos de drogas, información confidencial de las fuerzas del orden mexicanas e incluso información sobre cárteles rivales.

En dos ocasiones, el Cártel de Sinaloa entregó personalmente sobornos a García Luna en maletines que contenían entre 3 y 5 millones de dólares", especifican los señalamientos.

Según los registros financieros obtenidos por el gobierno estadounidense, cuando García Luna se mudó a los Estados Unidos en 2012, había acumulado una fortuna personal de millones de dólares.

"El arresto (de García Luna) demuestra nuestra determinación de llevar ante la justicia a quienes ayudan a los cárteles a infligir daños devastadores en los Estados Unidos y México, independientemente de los cargos que mantuvieron mientras cometían sus crímenes", sentenció el propio Richard P. Donoghue.

Durante el juicio contra Joaquín Guzmán Loera surgieron varias de las acusaciones contra García Luna.

Uno de los testigos de las autoridades estadounidenses, Jesús "El Rey" Zambada, hermano de Ismael "El Mayo" Zambada, acusó a García Luna de recibir primero 50 millones de dólares de los hermanos Beltrán Leyva, cuando estos eran aliados del Cártel de Sinaloa.

Luego, detalló el propio Zambada García, le dieron 6.5 millones de dólares más Genaro. Esto sucedió durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, refieren las palabras de Zambada García.

El dinero que el Cártel de Sinaloa presuntamente le deba a Genaro era para protección, así como información sobre los cárteles enemigos e incluso para que las autoridades fueran por sus rivales y no por ellos.

A Zambada García se han sumado testigos como Sergio Villareal, "El Grande", excabecilla del cártel de los Beltrán Leyva, liberado en Estados Unidos tras acogerse en el programa de testigos protegidos.

Así como Iván Reyes Arzate, "La Reyna", exenlace de la Policía Federal con la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), detenido en 2017 en Estados Unidos acusado de recibir sobornos del narcotráfico a cambio de información y protección.

Así, Guzmán Loera pasó de ser un capo de poca monta antes de su captura en 1993 a ser el narcotraficante más poderoso del país y el más buscado del mundo, bajo el supuesto respaldo de García Luna.

 

RGG