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El círculo vicioso de las compras compulsivas

La falta de educación financiera no es el único peligro para los consumidores, también la depresión, ansiedad, aburrimiento, pensamientos autocríticos y hasta programas como el Buen Fin

Escrito en NACIÓN el

Liliana tuvo una buena racha financiera gracias a su trabajo como contadora y comenzó a manos llenas. Entre comprar productos, hacer préstamos a familiares y el aumento de intereses de sus siete tarjetas de crédito de pronto tenía una deuda de 500 mil pesos. Después le vino una crisis económica y se le hizo cada vez más complicado solventar sus gastos y decidió poner un freno: a partir de ese momento cambió su estilo de vida y tardó 8 años en recuperarse económicamente.

Este no es un caso aislado, la salud financiera de los mexicanos es precaria y se ve reflejada en las cifras de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), pues el 52% de los usuarios liquída solamente el mínimo de dinero que deben pagar en sus tarjetas de crédito, por lo que generan altos intereses.

No obstante, la falta de educación financiera no es el único peligro de la economía de los consumidores, pues, si no se les presta atención, las compras que se hacen de forma impulsiva pueden convertirse en una obsesión y en un futuro generar mayores problemas.

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El estudio de mercado “Buen Fin 2018” realizado por Atlantia search, basándose en datos de las compras de 2017, revela que el 28% de las compras realizadas no fueron planeadas.

Los artículos que más se compran son: Zapatos (32%), Pantallas (18%), Calzado (15%), teléfonos celulares (14%), enseres domésticos (13%), equipo de cómputo (13%), varios (10%) y muebles 8%).

Desde su primera edición, las ventas del Buen Fin han crecido en promedio 13.57% anual, y este 2018 se prevé llegue a cerca de los 10 mil millones de pesos.

Y de acuerdo con la maestra de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rosa María Ramírez de Garay, la publicidad influye mucho en que una persona compre un producto.

“Tendemos a pensar que si hay oferta tenemos que aprovechar la oportunidad y sentirnos listos por aprovecharla. Vale la pena pensar que caemos en la publicidad sin reflexionar si necesitamos o no”.

La compulsión es distinta, se relaciona más con pensamientos que conllevan a conductas repetitivas. Estos tienen su origen en la angustia, pues, “son formas de enmascarar aspectos del sujeto no resueltos. Las compulsiones calman algo que angustia, ayudan a no pensar”.

Una vez que se alcanza la compulsión es difícil detenerse, lo que puede poner en riesgo económico a la persona que realiza las compras y a su familia. Liliana decidió seguir trabajando para saldar su deuda, pero sólo lograba pagar los mínimos. Mientras tanto tuvo que evadir a los banqueros, quienes diario le llamaban, a todas horas, para invitarla a pagar.

La especialista explica que las compras compulsivas son un círculo vicioso. Primero existen padecimientos emocionales que se intentan evadir con las compulsiones. Sin embargo, luego llega la culpa y con esto el malestar se incrementa. Y así sucesivamente.

El estudio “Una revisión del trastorno de compras compulsivas” reveló que emociones negativas como depresión, ansiedad, aburrimiento, pensamientos autocríticos y enojo, son los antecedentes de los actos compulsivos. Mientras que la euforia o el alivio de estas emociones negativas son la consecuencia más común.

Por ello, Ramírez de Garay recomienda buscar ayuda psicológica, pues las compras compulsivas son “como las adicciones, la depresión o como muchos otros padecimientos emocionales. Se necesita ayuda psicológica porque lo que dice es que las compulsiones están por algo, como puede ser malestar, conflictos o algo no resuelto.”

También es importante analizar la dimensión del problema, esto es ver cuántas tarjetas tengo, cuánto debo, qué debo hacer para pagar. Por supuesto también dar de baja las tarjetas y poner en orden lo que se salió de control. Un consejo que puede ser de utilidad a la hora de verse expuesto ante las compras es hacerse acompañar de alguien más, pues es más probable hacer compras solo que al estar acompañado.

Hay maneras de evitar este tipo de endeudamientos con las tarjetas y evitar el acoso de los bancos cobradores. Lo mejor es no comprar a crédito algo que no se podría pagar en efectivo de contado, afirma Peter Arriaza, asesor financiero de la aseguradora Allianz México. 

Te arriesgas a que si no tienes nada ahorrado, en el futuro te corren, te surge una emergencia y, en caso de no tener cómo reaccionar, te puedes meter en un problema de historial crediticio", afirma Arriaza.

De acuerdo con el especialista financiero, el truco de los pagos meses sin intereses es que si se deja de pagar se comienzan a generar intereses, por lo que “terminas pagando 1.4 veces lo que compras”.

Las compras impulsivas son una opción que no es recomendable. “Hay varios gurúes como Warren Buffet que dice que primero te preguntes si de verdad lo necesitas y, en segundo lugar, te cuestiones si hay consecuencias en no adquirir un producto. Si las respuesta es nada en ambos casos, no tienes por qué comprarlo.”

Robert Kiyosaki

Arriaza también recordó que, de acuerdo con Robert Kiyosaki, el autor de Padre Rico, Padre Pobre, existen dos tipos de deuda:

-       La mala, donde lo que adquieres son activos que pierden su valor con el tiempo.

-       La buena, donde lo que adquieres son activos que se aprecian con el tiempo.

En el estudio citado anteriormente se puede observar cómo desde que se instauró el Buen Fin en México, los ingresos generados han crecido año con año. En 2011 generó 39 mil 800 millones de pesos, mientras que el año anterior recabó 94 mil millones de pesos.

Y se pronostica que siga en aumento, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que se espera que en este año los ingresos generados superen los 100 mil mdp.

Quizás este aumento constante tenga que ver con la percepción de beneficio durante el Buen Fin, pues el 97% contestó que sí y sólo el 3% contestó negativamente.

TIPS CONTRA LAS COMPRAS COMPULSIVAS

Del 16 al 19 de noviembre se llevará a cabo el denominado Buen Fin, fin de semana en el que se pretende reactivar la economía y fortalecer el mercado interno del país a través de la presentación de ofertas y descuentos de servicios y productos, por lo que el riesgo de caer en la realización de compras compulsivas es alto.

Entendamos a las compras impulsivas como aquellas en las que adquirimos algo que no necesitamos y que pueden ser el resultado de encontrarnos aburridos, estresados o tristes, por ejemplo. Por ello, en LA SILLA ROTA enumeramos una lista de consejos cuya práctica te puede ayudar a que evites este tipo de compras:

  1. Sé estratégico: Implementar una estrategia de compras puede ser útil para disminuir las compras impulsivas. Establecer las responsabilidades sobre las necesidades financieras que se tienen te ayudará a recordar el objetivo de gastos a alcanzar en determinado periodo y por el cual las compras emocionales no pueden ser realizadas.
  2. Actividades alternativas: En muchas ocasiones las compras son una forma de distracción. Lo recomendable es identificar el sentimiento que está llevando a realizar la compra recurrente y cambiarlo por una actividad que traiga un mayor beneficio a la persona, como algún tipo de deporte.
  3. Limita las tentaciones: De igual forma debes evitar caer en situaciones en las que te sientas expuesto o con la necesidad de realizar una compra. Una alternativa es limitar las visitas a centros comerciales a menos que se hagan con el fin de cumplir las prioridades financieras que no afecten las finanzas personales. Entre otras soluciones se recomienda llevar únicamente la cantidad de efectivo necesario y no cargar con tarjetas de crédito.
  4. Evita compras impulsivas: Por último, hacer conciencia de si el artículo en cuestión es necesario o no y, si no lo es, desistirse de realizar la compra, permitirá disminuir de manera considerable las compras impulsivas.

AJ