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"El Chapo", delincuente corriente y "El Mencho", una escoria: expediente DEA

De acuerdo con lo entregado por la DEA al gobierno mexicano, el “H-9” reporta al “H-2”, paso a paso lo que sucede en el encuentro con “El Padrino" Cienfuegos

Escrito en NACIÓN el

Pasan de las 23 horas, es el 9 de diciembre de 2015. El “H-9” está en una casa de las Lomas de Chapultepec cenando con “El Padrino”, quien le confiesa que no ayuda a otros capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán, por ser “un delincuente corriente”; o a Nemesio Oseguera González “El Mencho”, por ser “una escoria”.

La conversación, vía mensajes de texto, entre Daniel Silva Gárate El “H-9” y Juan Francisco Patrón Sánchez El “H-2”, está plagada de faltas de ortografía y de frases casi inentendibles, pero igual llena de información sobre el primer encuentro entre los líderes del Cártel de Nayarit y del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos.

De acuerdo con el expediente que la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) entregó al gobierno mexicano, el “H-9” reporta al “H-2”, paso a paso y palabra por palabra, lo que sucede en aquella reunión, el encuentro con “El Padrino”.

Entre los mensajes que ambos capos compartieron esa noche, y que la DEA tomó como ciertas para incriminar a Cienfuegos Zepeda, cinco años después, por el delito de narcotráfico, sobresalieron varios nombres, entre ellos, el de capos más famosos.

“Y no me pase lo que les está pasando a todos por ambiciosos. Y que esos de Beltranes, pues que él, del único que recibió lana, era de Don Arturo, y nunca lo conoció, que sólo le ayudó, por encimita, pero nunca le presentó a las amistades que me van a presentar.

“Y que a Isidro nada más lo conoce, que, para él, es un delincuente corriente, al igual que “El Chapo” y que el compadre de él. Y que “El Mencho” es una escoria. Dice que, cuando Don Arturo le mandaba dinero, lo metía en un problema y dejó de hacerle favores”, relata el “H-9” en la primera conversación que registra el expediente contra Cienfuegos.

Esa misma noche, Cienfuegos le promete al “H-9” presentarlo, al día siguiente, con “su amigo el almirante” y con el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en algún club de golf, del que no especifican detalles.

El “H-2”, quien recibe toda la información sobre la reunión, le pide al “H-9” que refrende su respeto a “El Padrino” y que deje bien claro que no conoce a ningún personaje de “los Beltranes, los Zetas, los Chapos y los Menchos”.

“Dígale que nadie nos ha dado nada, desde que teníamos 13 años andamos luchando por salir adelante. Tal vez por eso sabemos ser hombres respetuosos y leales. Quiero tener 60 años, o más, y acordarme de él como si hubiera sido mi guía en este mundo tan difícil […]

“Que, primero Dios, sueño con ser grande, pero también quiero cambiar la historia de la mafia, que no me anden buscando para matarme, quiero hacer todo lo mejor que pueda, para que me quieran”, le escribe El “H-2” a Silva Gárate, a través de una Blackberry.

El episodio abarca las primeras 100 páginas del expediente que supera las 700 fojas, y que anoche dio a conocer la Secretaría de Relaciones Exteriores, ante la exigencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, de hacerlo público. 

En la cena, los líderes del Cártel de Nayarit le piden a Cienfuegos Zepeda su intervención para sacar a “los Menchos” del sur del estado, recuperar una mercancía que se cayó en lanchas mientras viajaba de Colombia a México, y a realizar “su sueño”: tener una plaza en Mazatlán, Sinaloa, “su tierra”. 

“Que nos ayude aquí, en el sur de Nayarit, para sacar a los Menchos y estar más tranquilos, nosotros solos. Agarrando a Flores, yo tengo el acuerdo con el gobierno estatal de que ya no dejemos que entre nadie […]

“Una vez, el de Guasave, me dijo que “El Mencho” estaba en una fiesta planeando cómo chingarme con los marinos. Pero después el de Guasave se hizo amigo de Mencho y ya no supe nada”, escribió el “H-2” al “H-9”, a las 23 horas con 51 minutos de ese día. 

El “H-9” sella, personalmente, el pacto de protección que Cienfuegos y el “H-2” habían apalabrado antes, y se siente “muy afortunado” de poder hacerlo. 

“Que a usted jamás se lo van a chingar con marinos ni con militares y que, a partir de mañana, tampoco con Policía Federal. Que él me va a presentar a una persona mañana, que vayamos al golf”, detalla el “H-9” y termina la conversación.

fmma