Main logo

El Altiplano: el duro penal de máxima seguridad que recibe al “Marro”

El penal de máxima seguridad es uno de los Ceferesos peor calificados por la CNDH; los vecinos de "El Marro" serán varios de los perores capos del país

Escrito en NACIÓN el

José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, líder del Cártel Santa Rosa de Lima, fue trasladado del penal de Puentecillas, en Guanajuato, al del Altiplano, en el Estado de México.

El líder huachicolero pasó de estar en uno de los mejores sistemas penitenciarios estatales del país, a una de las cárceles federales peor calificadas.

Su nombre oficial es el Centro Federal de Readaptación Social No. 1 y es tristemente célebre por ser la cárcel de máxima seguridad de la que se fugó Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, líder del Cártel de Sinaloa.

Aun así, este Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso) al que llegó “El Marro” es considerado uno de los más duros del país que alberga a los peores criminales. 

Dentro de sus gruesas paredes y fríos barrotes, en el penal del Altiplano se encuentran capos de la droga como Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de los Caballeros Templarios; Abigael González Valencia, “El Cuini”, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); y José Ángel Casarrubias, “El Mochomo”, líder de “Guerreros Unidos”.

El penal del Altiplano fue el primero que entró en operaciones en el Sistema Penitenciario Federal. 

Se construyó entre 1988 y 1990 recibiendo los primeros reclusos en noviembre de 1991. Inicialmente recibió el nombre de “Almoloya de Juárez”, más adelante cambió a “la Palma” y hoy se denomina “Altiplano”.

Esta cárcel de máxima seguridad es el tercer Cefereso peor calificado del país de acuerdo con Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Con una calificación apenas aprobatoria de 6.67 sobre 10, el penal del Altiplano solo supera a Cefereso No. 5 de Veracruz y Cefereso No. 4 de Durango.

Esta calificación otorgada por la CNDH en 2019 es la peor que el penal del Altiplano ha recibido en los últimos ocho años. De 2012 a 2018, la evaluación que el órgano autónomo dio al Cefereso No. 1 siempre rondó el siete.

Con una población de 812 reos, este Cefereso está cerca de su capacidad que es de 844 personas. 

Las principales irregularidades del penal del Altiplano, según la CNDH, es sobre las condiciones de gobernabilidad de lugar. 

Dentro de la cárcel de máxima seguridad se registran diversas actividades ilícitas protagonizadas por los reos.

Además, carece de suficiente personal de seguridad y custodia que vigile a las personas privadas de su libertad. 

La CNDH señala que en el penal del Altiplano hay deficiencias en los servicios de salud para atender a los presos.

También hay irregularidades en la reinserción social del interno, explica el órgano autónomo. 

Una deficiente separación entre procesados y sentenciados, una insuficiencia de actividades laborales y de capacitación, así como de actividades educativas y deportivas.

Por su fuera poco, la CNDH detectó una deficiente atención a adultos mayores, personas con discapacidad y quienes viven con VIH o SIDA.

Este es el nuevo hogar de “El Marro”, quien ya fue vinculado a proceso por el delito de secuestro y a espera de ser imputados por otros delitos de nivel federal.

rgg