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Ejército invisible: los médicos privados en la guerra contra la covid-19

Actualmente, 76 mil médicos especialistas, 11 mil generales, mil residentes y mil odontólogos han atendido la pandemia desde el sector privado

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Escrito en NACIÓN el

El primer paciente positivo a covid-19 que Guadalupe atendió llegó con síntomas de una gripe simple, lo recibió en su consultorio, sin medidas de protección. Cuando fueron avanzando los síntomas, supo que se trataba de la enfermedad.

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Guadalupe Angélica Toledo Lara es médico particular en Veracruz y, desde que inició la pandemia causada por el Sars-CoV2 arriesga su vida diariamente al atender hasta familias completas contagiadas del virus. Pese a ser hipertensa y haber padecido la enfermedad, todavía no recibe la vacunación. 

Durante el tiempo que lleva la emergencia sanitaria en el país, Guadalupe ya ha atendido a más de 800 pacientes, que la buscaban diario por el temor de internarse en los hospitales públicos de la entidad.

La especialista es parte de los 76 mil médicos especialistas, 11 mil médicos generales, mil residentes y mil odontólogos que han atendido la pandemia desde el sector privado y que han protestado, en varias ocasiones, porque no han sido considerados población urgente en el Plan Nacional de Vacunación contra la covid-19.

La Silla Rota le presenta cuatro historias sobre estos profesionales de la salud que, sin importar la entidad, el costo de la consulta o las madrugadas que han estado disponibles para sus pacientes, han sido un pilar que evita el colapso del sistema de salud nacional. 

CONSULTAS ECONÓMICAS

“La consulta cuesta 45 pesos, cuesta más caro cortarte el cabello”, resalta Israel Avendaño Gutiérrez, médico general que, desde hace cinco años, trabaja en un consultorio adyacente a una farmacia de medicamentos genéricos, en la Ciudad de México. 

Desde su pequeño consultorio, rentado, el médico de 29 años ha luchado contra la covid-19, atendiendo a casos sospechosos o confirmados, principalmente, de personas de bajos recursos que no cuentan con seguridad social. 

El primer caso de covid que atendió Israel llegó a su consultorio un mes y medio después de que inició la pandemia en el país, a mediados de marzo de 2020. Ese día, al volver a su casa el temor lo invadió, pero no lo doblegó. 

Al otro día de que me pasara eso, una muchacha me preguntó si no tenía miedo, le respondí que es como si un bombero le tuviera miedo a un incendio, a final de cuentas es mi trabajo y en tiempos como este es bueno ser útil

En poco más de un año de pandemia, Avendaño Gutiérrez estima que entre el 10% y el 20% de sus pacientes han sido contagiados de covid-19 y destaca que ha visto a familias enteras infectadas. 

Uno de los casos que les recuerda es el de un hombre que tenía bajo nivel de oxigenación, pero se negó a ir al hospital porque tenía la falsa idea de que “ahí los matan”. Regresó la siguiente semana, más grave y en los siguientes días murió. 

El impacto de la covid-19 también fue económico para Avendaño Gutiérrez. Antes de que el virus Sars-CoV2 cambiara la vida de todos, al consultorio llegaban entre 25 y 30 pacientes diario. En las primeras semanas del confinamiento, la cifra disminuyó a cuatro o cinco pacientes y ahora ve a cerca de 10 personas al día, por diversas enfermedades. 

En realidad cuando trabajas en un consultorio en farmacia no te va mal, pero antes del covid teníamos más gente, la verdad es que nuestro ingreso se redujo, yo trabajaba nada más de lunes a viernes, ahora tengo que trabajar de lunes a domingo, porque, si no, no llego a fin de mes

ATENDER A CIEGAS

Carlos Guerrero, director de la red de Terapia Móvil Ambulancias, en Pachuca, explica que los paramédicos privados han estado altamente expuestos al Sars-CoV2, porque la población miente sobre sus síntomas, para poder ser atendidos por el sector privado.

Carlos, quien tiene una trayectoria de 14 años como paramédico en Pachuca, comenta en entrevista que, además de faltarles las vacunas, también han requerido protocolos para tratar los casos probables o positivos de covid-19.

Hemos trabajado en riesgo constante, uno de los principales problemas que tenemos es que muchas de las personas que atendemos, para el sector privado o público –porque también llegamos a apoyar algunas instituciones de gobierno–, es que la gente nos miente para que vayamos a ver a su paciente. El personal no va preparado con todo el equipo para atender a pacientes con el virus y resulta que se trata de un caso así
 

Carlos explica que, en junio del año pasado, el gobierno hidalguense dio a conocer algunas medidas de bioseguridad para traslados, pero debido a que no eran adecuadas para su ejercicio, no las tomaron en cuenta. Con el paso de los meses, desarrollaron su propio protocolo ante la demanda de servicio.

“En temporadas fuertes –por ejemplo, en el repunte de diciembre– trasladábamos hasta seis pacientes diarios, de lunes a domingo, sin parar”. Sin importar las medias de seguridad de sus operadores de ambulancia, sus trabajadores han registrado dos casos positivos, de la plantilla de 14 personas.  

INVISIBLES PARA EL GOBIERNO

“Sí, sí nos dejaron solos, la realidad es que creo que, cuando se trató de pedir apoyo, el gobierno no dudó en decir que ‘todo el mundo tenía que ponerse la camiseta’, ‘hay que atender a los pacientes, inscríbanse en las plataformas del Insabi’, aunque sabíamos que eran contratos que ni pagaban, pero tú te inscribes por la vocación”, asegura María José Díaz, médico cirujano privado. 

La joven es una de las médicos que ha encabezado el movimiento para que se vacune contra el Sars-CoV2 a quienes laboran en el sector privado y, aunque ella ya recibió la segunda dosis de la inmunización, destacó que seguirán luchando hasta que se vacune a todos los médicos, enfermeros y paramédicos privados de todo el país.

Que María José consiguiera la inmunización no fue fácil, porque, aunque inicialmente tenía la esperanza de que recibiría la vacuna por ser personal de salud que atiende a pacientes covid, con el paso de los meses se dio cuenta de que no sería así. 

“Todos los pacientes que tenían covid no grave (que se trató como caso ambulatorio) se acercaron a médicos como yo, a médicos que atienden al lado de una farmacia, la gente que tiene sus consultorios en colonias populares, para dar seguimiento a sus síntomas. 

“Por eso me parece ilógico que tú le das al gobierno y a tu país un esfuerzo, pero ese esfuerzo no es reconocido. Que nos digan héroes no da ni quita nada;  lo único que realmente necesitamos es la vacuna, para seguir peleando”. 

Carlos Guerrero dice desconocer la definición de “personal de primera línea” en atención a la covid-19, pues, a su consideración, los paramédicos de servicios privados lo son. “Nos acercamos al personal de la Delegación del Bienestar, pero nos dijeron que ‘si sobraban vacunas’ podrían aplicárnoslas”. 

Desde Veracruz, Guadalupe Toledo ve con indignación que el gobierno dejara fuera del plan de vacunación a los médicos del sector privado. Algunos, como ella, vivieron en carne propia la falta de oxígeno, la saturación de hospitales y de pacientes que la llamaban en la madrugada suplicándole que no los dejara morir. 

Guadalupe tiene derecho a vacuna por estar entre la población de 50 a 59 años, pero no por ser médico que aún atiende a decenas de pacientes con el Sars-CoV2. Ella, al igual que 100 mil trabajadores del sector privado se enfrentan a la guerra sin armas, "por no ser parte de los médicos que trabajan en la primera línea de la covid”.

 

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