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Duarte y Yarrington, muestra de ‘cloaca de corrupción’

El cardenal Norberto Rivera Carrera dijo que el asombro público por la corrupción entre mandatarios no debe quedar en el asombro

Escrito en NACIÓN el

CIUDAD DE MÉXICO.- A través del semanario religioso Desde la Fe, la Arquidiócesis de México consideró que la captura de Javier Duarte de Ochoa  y de Tomás Yarrington, “demuestra la cloaca de corrupción que somete a México, donde la impunidad es el principal ingrediente”.

También menciona que a los exmandatarios se, “ensalzó como la nueva generación política del cambio contra el pasado autoritario, antidemocrático y de poder desmedido. Las refinadas formas de la política llevan detrás el grotesco manejo de la corrupción a modo, cuyo germen es la impunidad”, dando como resultado, estados desfalcadas y en quiebra, “y quienes se atrevieron a denunciar, pagaron muy caro las consecuencias de sus actos”.

La iglesia católica señala que los agravios cometidos por los exgobernadores se hicieron evidentes y la opinión púbica conoce del patrimonio exorbitante que además, contaron con cómplices corruptos para solapar sus negocios.

"Los allegados se beneficiaron de cargos inexistentes, cuentas fantasma, licitaciones o compensaciones a nombre del Estado, sin mayor explicación o transparencia. Después de la alternancia y fin del autoritarismo presidencial terminaron los pactos del poder, y los gobernadores encontraron el perfecto filón de oro para satisfacer voraces ambiciones sin responder a nadie y ejecutar el pago de favores”, se lee en el texto.

De igual forma señala que la “corrupción y democracia son el binomio perfecto del empoderamiento de estos megalómanos”.

 Agrega que durante proceso electoral federal de 2012 se mencionaba que, para el caso de una campaña para gobernador, la autoridad electoral habría puesto topes de campaña para gobernador, la autoridad electoral habría puesto topes de campaña de entre 40 y 50 millones de pesos, sin embargo se necesita más que esa suma “para amarrar el cargo”.

Menciona que una campaña ‘ganadora’ necesita entre 400 y 700 millones de pesos lo que señalaría el fraude para fondearse de recursos ilegales, “incluso del poder corruptor del crimen organizado, a través de contabilidades dobles, una para la autoridad y otra sólo para los ojos del candidato. Ese resquicio legal descompone la democracia para consolidar poderes desmedidos que rayan en lo obsceno y borde. No obstante la juramentadas declaraciones de líderes de partidos políticos de presentar hombres y mujeres intachables en los cargos, la realidad demuestra cómo es más fácil ganar con un desequilibrado que con personajes de reputada e impecable trayectoria”.

La arquidiócesis encabezada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, indica que el asombro público por la corrupción entre mandatarios no debe quedar en el asombro, “encumbrar la corrupción como arte del éxito político”.

Concluye con la editorial que la demanda de la ciudadanía es que los responsables de cualquier  acto de corrupción, reparen el daño y devuelvan la riqueza al pueblo por el fraude cometido. “Es el examen para enfrentar el fracaso del sistema federalista en obsolescencia. Por lo pronto, hoy soportamos la hediondez del poder”.













Con información de El Universal

jamp