Escrito en
NACIÓN
el
Aunque no hay alimentos que curen el cáncer, sí hay aquellos que ayudan a prevenirlo. No siempre se tiene que hacer una dieta estricta, pero sí se pueden hacer pequeños cambios y moderar el consumo de algunas comidas para prevenir y disminuir el riesgo de padecer algún tipo de cáncer.
Aquí unos consejos.
No más de 30 gramos de alcohol al día: El consumo excesivo de alcohol se relaciona con cáncer de hígado, esófago, intestino delgado y grueso, faringe, laringe, cavidad oral, mama y páncreas; por ello se recomienda que la ingesta de este producto no supere los 30 gramos al día en hombres y 20 en mujeres.
Además, ingerir alcohol en fumadores, aumenta el riesgo de contraer cáncer de tracto digestivo alto y vía aérea superior.
La cantidad de alcohol sugerida se puede ejemplificar de la siguiente manera:
- 2 cervezas (medianas).
- 3 vasos de vino.
- 1 copa de licor (combinados, cognac, whisky, otros).
Mínimo 30 gramos de fibra: Una dieta rica en fibra protege al organismo contra cáncer de colon, estómago y mama. Por lo que consumir de manera regular legumbres, cereales (como salvado, pan de centeno o harina de trigo integral), verduras (como espinacas, berros y cebolla), así como frutos secos, higos, dátiles y ciruelas ayudan a conseguir las cantidades recomendadas de fibra.
Menos ingesta de grasas: El consumo de grasas insaturadas contenidas en aceites de origen vegetal (como el de oliva, cacahuate, maíz, girasol y soya) deben aumentar, mientras que las grasas saturadas, principalmente de origen animal como carnes, huevos y lácteos, deben disminuir.
Al respecto, el ácido graso omega 3, grasa poli insaturada, procedente del pescado, podría ayudar a prevenir cáncer de mama, ovario, útero y próstata; mientras que una dieta alta en grasas saturadas puede aumentar el riesgo de contraer cáncer de colon, mama, próstata, ovario, útero y piel.
Menos consumo de alimentos con conservadores: Los benzopirenos son sustancias que están en la superficie de los alimentos ahumados y son potencialmente cancerígenas, por ello el abuso de este tipo de conservas se relaciona con cáncer de nasofaringe, esófago y estómago.
Regularizar consumo de frutas, verduras y hortalizas:Consumir frutas y verduras aporta a la dieta agua, vitaminas y minerales; y evita el exceso de grasas y proteínas.
Una dieta reducida en frutas y verduras se relaciona con cáncer de pulmón, laringe, orofaringe, esófago, estómago, colon, recto y páncreas.
Comer pescado en lugar de carnes rojas: Consumir carne de res, cerdo y cordero promueve el riesgo de contraer cáncer de colon y recto, por lo que se recomienda sustituirla por carne blanca, como pollo, conejo, pavo y pescado.
Consumir más productos ricos en antioxidantes: Los antioxidantes son un grupo de micronutrientes entre los que destacan las vitaminas A, C y E. Su consumo se relaciona con la protección contra los cánceres de orofaringe, laringe, esófago, estómago, colon, pulmón, vejiga, cuello de útero, mama y páncreas.
Cocer los alimentos correctamente: Al consumir alimentos fritos, hay que hacerlo de forma moderada y evitando la reutilización del mismo aceite. Sin embargo, asar a la parrilla, cocer al vapor, hervir y cocinar en microondas ayuda a cocinar con poca grasa (Con información de Infocáncer).
Más información Su Médico