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Detención de García Luna, más importante que la de "El Chapo": Anabel Hernández

En entrevista con La Silla Rota, Anabel Hernández habla sobre el falso liderazgo de Guzmán Loera en el cártel de Sinaloa y lo que significa la detención de García Luna

Escrito en NACIÓN el

La detención de Genaro García Luna en Estados Unidos es más importante que la de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, así lo considera la escritora y periodista, Anabel Hernández.

“Genaro García Luna durante muchos años fue un factor importante de protección al cártel de Sinaloa”.

En entrevista con La Silla Rota, la autora de “El Traidor: El diario secreto del hijo del Mayo”, explica que de no ser por el exsecretario de Seguridad Pública durante la administración de Felipe Calderón, el cártel de Sinaloa no se hubiera convertido en la organización criminal trasnacional que es hoy.

“Estamos hablando de un hombre que ha sido un factor, si no hubiera sido porque la Policía Federal, la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la entonces Agencia Federal de Investigación, fungieron como ejercito del cártel de Sinaloa, éste jamás hubiera podido acabar con ‘Los Zetas’, los Arellano Félix, el cartel del Golfo y los Beltrán Leyva; en esos años claves estaba García Luna”.

Por ello, menciona Anabel Hernández, la importancia de García Luna implica que el acuerdo que éste podía alcanzar con las autoridades estadounidenses para evitar la cadena perpetua es señalar a un “pez gordo” más grande que él.   

“Para tener un acuerdo con Estados Unidos, tiene que dar peces más gordos que él y un pez más gordo que García Luna es muy difícil de obtener, solo puede ser un expresidente o funcionarios americanos y es ahí donde está el nodo principal del caso, no solo puede abrir a expresidentes como Peña Nieto, Calderón y Fox, sino exmandatarios de más atrás e incluso altos funcionarios de la DEA que en su momento lo protegieron”.

Ese no sería un problema para Genaro, pues la escritora detalló que desde el sexenio de Fox, hasta el de Enrique Peña Nieto, tuvo un poder político importante.  

“Genaro llegó a tener demasiada confianza en el sexenio de Vicente Fox, tanto poder acumulado en el de Felipe Calderón y muchísima protección en el margen de maniobra en el de Enrique Peña Nieto”.

El mito de “El Chapo”

“Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, no era el mandamás del cártel de Sinaloa, nunca lo ha sido, no tenía el perfil para hacerlo”, responde Anabel Hernández a pregunta expresa.

La escritora, que ha dedicado gran parte de su trabajo a indagar en las entrañas del cártel de Sinaloa, califica a Guzmán Loera como un personaje “inflado”, una especie de “chivo expiatorio”.

“No quiero decir que no sea un criminal peligroso o un narcotraficante muy importante, pero sin duda alguna ‘El Chapo’, desde 1993 cuando fue detenido por primera vez en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, acusado de participar en el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ha sido siempre un personaje inflado, una especie de chivo expiatorio”.

Si no lo es él, entonces quién, Hernández responde: “Guzmán Loera no es el gran líder que el gobierno de Estados Unidos y México nos hicieron creer, el verdadero gran líder es Ismael Zambada García, ‘El Mayo’.”.

Para Anabel Hernández, cuando “El Chapo” escapó del penal de Puente Grande en 2001, se convirtió en un símbolo del cártel de Sinaloa, pero detrás de todo este personaje estaba “El Mayo”.

“Quien realmente estaba detrás y tomaba las decisiones, quien consultaba Guzmán Loera sobre si podía o no hacer determinadas cosas, era con Zambada García. Durante muchos años ‘El Chapo’ gozó de la protección del gobierno de Estados Unidos, de una parte de la DEA y del gobierno de México”.

La creación de este símbolo, del mito que se convirtió “El Chapo”, se debió, según sostiene Anabel Hernández, a que Guzmán Loera era útil para “El Mayo” y el día que dejó de serlo este lo traicionó y fue detenido, así como extraditado a Estados Unidos, donde hoy cumple una cadena perpetua.    

“El día que ‘El Chapo’, y eso me lo contó Emma Coronel, pensó realmente en publicar un libro y hacer la película de su vida y contar la verdad, fue cuando todos dijeron ‘¡espérate!’, nadie quería que se contara la verdad, una verdad muy incómoda para ambos países y se convirtió en una pieza inútil”.

La periodista precisa que traicionar a Guzmán Loera era parte del plan de Ismael Zambada: “Pienso que la detención de “El Chapo”, fue una tracción de ‘El Mayo’.”.

Hoy, “El Mayo” disfruta de las mieles de la libertad e impunidad, sentencia Hernández, porque se ha convertido en un factor de estabilidad en el mercado de drogas en el mundo.

El Vicentillo, un “joker” a la mexicana

El eje central del libro más reciente del Anabel Hernández, “El Traidor: El diario secreto del hijo del Mayo”, son los escritos de Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, hijo de Ismael Zambada García, “El Mayo”; y de las conversaciones que tuvo con el abogado de la familia Zambada, Fernando  Gaxiola.

Gaxiola contactó a Hernández desahuciado por el cáncer para que publicara el diario de “El Vicentillo” y la información que éste le había dado cuando él muriera, esto sin que ningún miembro del cártel de Sinaloa lo supiera y mucho menor lo aprobara.

“Para ‘El Vicentillo” y “El Mayo”, el contenido del libro debe ser una cubetada de agua fría”.

Hernández relata que la relación entre Vicente e Ismael era contradictoria, sobretodo del lado de “El Vicentillo”, quien amaba y odiaba a la vez a su padre. Esta ambivalencia se debe a que Zambada Niebla fue utilizado de inicio a fin por Zambada García.

“‘El Mayo’ utilizó a ‘El Vicentillo’ hasta el último instante, desde que nació hasta que estuvo en la cárcel”.

Las palabras de la periodista se refieren a que, desde su extradición a Estados Unidos, Vicente Zambada Niebla se convirtió en el más valioso colaborador del gobierno estadounidense.

“Vicente sí compartió mucha información del cartel de Sinaloa con Estados Unidos, pero era información que le mandaba su propio padre, a través del abogado Gaxiola. Al final ‘El Vicentillo’ solo compartido con la información que ‘El Mayo’ quería”.

Así, explica Anabel, Zambada García “mataba dos pájaros de un tiro”: por un lado, mientras más daba información se reducían los años de cárcel de su hijo y por otro lado se deshacía de enemigos, competidores, de socios incómodos y de parientes que ya no le servían.  

“'El Mayo' es un hombre cruelmente pragmático”.

La portada del libro es un payaso con uniforme de reo, la escritora refiere que el dibujo fue realizado por el propio Vicente Zambada Niebla. 

“‘El Vicentillo’ se pinta como un Joker a la mexicana, así se venía así mismo el hijo del narcotraficante más importante de los últimos 50 años en México, se venía así porque sabía que era utilizado por su padre y por los americanos, era un hombre que era esclavo de un destino que él había aceptado”.

  

En el diario hay episodios que Hernández califica como perturbadores y macabros; narra cómo Zambada Niebla es vejado en el traslado del penal del altiplano a nuevo Laredo, los policías lo desnudan y lo revisan en cada parte de su cuerpo, después el mismo reía de su misma desgracia.

El futuro que le espera a “El Vicentillo” es complicado, pues prácticamente ya está en libertad, refiere Anabel Hernández, es difícil augurar si éste regresará a las filas del cártel de Sinaloa o se mantendrá alejado de “El Mayo”.   

“El padre lo educa para ser el verdadero heredero ¿Lo será? Parte de su condena, que es mínima, según sus abogados ya está en libertad prácticamente, es que el gobierno americano le pone cinco años de no tener contacto con ningún miembro del cártel de Sinaloa, en cinco años no vería a ‘El Mayo’ y después de eso, ¿el regresará o no regresará?”.