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Detención de Cienfuegos abre debate: ¿un civil al frente de Sedena?

En la mesa de El Heraldo y La Silla Rota, expertos ven en la caída de Cienfuegos la posibilidad de transitar a que un civil lidere las Fuerzas Armadas

Escrito en NACIÓN el

La detención del general Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por la DEA en el aeropuerto de Los Ángeles, abre el debate sobre si un civil esté al frente de las Fuerzas Armadas, coincidieron César Gutiérrez, experto en temas castrenses; Gerardo Rodríguez, profesor de seguridad nacional de la Universidad de las Américas de Puebla; y Édgar Córtez, experto en derechos humanos.

Si el general Luis Cresencio Sandoval, actual titular de la Sedena, no hace un trabajo “perfecto, limpio, donde la gente puede percibir que no hay esa supuesta corrupción en el Ejército, tal vez estaríamos viendo al último secretario de la Defensa Nacional de extracción militar”, señala César Gutiérrez, durante su participación en la mesa de análisis de El Heraldo de México y La Silla Rota. 

El experto en temas castrenses y columnista de La Silla Rota asegura que México es de los pocos países en el mundo que tiene a un militar al frente de las Fuerzas Armadas. Gerardo Rodríguez, por su parte, añade que nuestro país es además el único que tiene al Ejército y la Marina separados en dos secretarías. 

El profesor de la Universidad de las Américas de Puebla menciona que las Fuerzas Armadas están listas para esa transición, que incluso ya se tiene un plan para cuando el Presidente de la República tome esa opción, plan que prevé la unión del Ejército y la Marina para dar paso a un mando civil. 

Rodríguez señala que si bien a la Marina no le gustaría subordinarse al Ejército, la unión de ambas dependencias traería diversos beneficios como mayores capacidades de coordinación, de interoperabilidad y de fuerzas.

Sin embargo, dicho cambio en las Fuerzas Armadas no es tan fácil, es a contracorriente, particularmente en la actual administración federal, donde Andrés Manuel López Obrador les ha dado más espacios y responsabilidad, lamenta Édgar Córtez. 

Aún así, poco a poco, los civiles se han introducido a las Fuerzas Armadas. “Hace dos semanas fue nombrado por primera ocasión un civil como subdirector del Instituto Mexicano de Estudios Estratégicos en Seguridad y Defensa Nacionales (IMEESDN), es Luis Felipe Cangas”, ejemplifica Gerardo Rodríguez y añade que en la 40° generación de la Maestría del Colegio de la Defensa Nacional, ingresaron 10 civiles un grupo de 50 alumnos.

¿EL EJÉRCITO, IMPOLUTO?

Ante el cuestionamiento si el Ejército es impoluto, los expertos coinciden en que si bien ninguna institución está libre de la corrupción, los soldados son los más confiables para los mexicanos.

“Los militares no son impolutos, pero la gran mayoría de ellos son honestos [...] el Ejército es más que Cienfuegos, es la institución con mayor credibilidad junto con la Marina”, asegura César Gutiérrez, afirmación a la que se suma Gerardo Rodríguez, quien cita una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para decir que el nivel de confianza del Ejército es mayor del 80%. 

Rodríguez añade: “No tengo elementos para decir que las Fuerzas Armadas están corrompidas, al contrario, se han profesionalizado, tienen profundo respeto y amor por el país, dan su vida personal, familiar y profesional para la nación”.

El profesor de la Universidad de las Américas de Puebla asegura que el Ejército y la Marina han perfeccionado sus métodos de investigación y sanción, a tal grado que si cometen un delito contra civiles es la justicia civil, y no militar, la que los juzga. 

El problema, sin embargo, es el déficit en la procuración de justicia civil, señala Édgar Córtez, pues la Fiscalía General de la República (FGR) no tiene una alta capacidad de investigación, no alta calidad, mientras la efectividad es muy baja y pobre. 

“Ganamos que las instituciones civiles investiguen estos asuntos del Ejército, pero el problema es que no hemos tenido una transformación y cualificación en esta parte de la procuración de justicia en el ámbito civil, tenemos una marcada debilidad”, lamenta Córtez. 

En el mismos sentido, César Gutiérrez dice entender que la FGR aún no haya iniciado una investigación contra Cienfuegos tras su captura, pero asegura el que ya debería tenerla es la Sedena. 

“La justicia militar tenía que haber iniciado ya una carpeta de investigación de oficio desde que se tuvo conocimiento de la detención de Cienfuegos, así lo establece el artículo 60 del Código de Justicia Militar, luego se pondrá de acuerdo con las autoridades civiles, en este caso con la cancillería, para hacerle conocimiento al general y ahí es donde veo que nos falta capacidad de reacción en imputaciones como esta”, dice Gutiérrez.

Sobre la justicia contra militares, el experto en temas castrenses da un dato preocupante, de los 247 militares que se encuentran detenidos o sentenciados por la “famosa guerra contra el narcotráfico” ocho de cada 10 son inocentes y presos por “la justicia de mando”.

¿MÉXICO NO SABÍA QUE IBAN POR CIENFUEGOS?

César Gutiérrez duda que el gobierno mexicano no supiera que Estados Unidos iba por Salvador Cienfuegos: “Es imposible que no lo supieran, el presidente o la Sedena, cuando el presidente menciona que la embajadora le informa que existe una investigación en contra del general, para mi eso ya es un aviso de que hay algo y que están cuidándose las espaldas”. 

Por su parte, Gerardo Rodríguez asegura que el gobierno de México tiene que explica cómo y cuándo fue informado del caso Cienfuegos, si fue por canales oficiales o informales. 

Al profesor de la Universidad de las Américas no le sorprende que México no supiera, pues hubo dependencias de alto nivel en Estados Unidos que no lo supieron como el mismo Departamento de Defensa estadounidense, quienes -dioce- temen que ese hecho entorpezca las relaciones en los Ejércitos de ambos países.

A Édgar Cortéz le preocupa más saber que, si el gobierno de México estaba enterado de la orden de aprehensión contra Cienfuegos, ¿por qué no actuó?

“¿Por qué si había un nivel de información el gobierno mexicano no actuó?, porque una detención de este nivel iba a tener un efecto entre la relación entre ambos países, pero también un efecto con la Sedena y si estas instituciones son clave para el gobierno, hubiera tomado cartas en el asunto y la pregunta es ¿por qué no lo hizo?”, sentencia Cortéz.