Main logo

Desde “La Quina” hasta Lozoya: los embates presidenciales a los “peces gordos”

Exfuncionarios, líderes sindicales y hasta empresarios aparecen en esta lista, donde, recién llegados al poder, presidentes buscan legitimar su combate a la corrupción

Escrito en NACIÓN el

Con los embates del gobierno federal contra Emilio Lozoya Austin, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Andrés Manuel López Obrador repite la estrategia de sus antecesores de ir por “peces gordos”, símbolos políticos de corrupción durante los sexenios anteriores.

Junto con Lozoya Austin, también fue perseguido –y capturado– Alonso Ancira Elizondo, presidente de Altos Hornos de México. Ambos son señalados por participar en la red de corrupción de Odebrecht.

Salinas y “El Quinazo”

El 10 de enero de 1989, Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, entonces líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), fue detenido por homicidio y acopio de armas, tan solo una semanas después de que Carlos Salinas de Gortari tomara posesión como Presidente de la República.

Lo cierto es que Hernández Galicia había sido una pesadilla para el priista desde que éste se convirtió en candidato presidencial. “La Quina” se oponía a las políticas de neoliberales de Salinas de Gortari y temía que Petróleos Mexicanos (Pemex) fuera privatizado.

Las diferencias entre el líder sindical petrolero y el recién llegado presidente de la república eran evidentes. En las elecciones de 1988, Hernández Galicia habría llamado a decenas de miles de trabajadores petroleros a votar por el candidato opositor Cuauhtémoc Cárdenas.

Pese a ello, Salinas de Gortari ganó en medio de unos comicios que fueron señalados por opositores como un fraude electoral, donde el verdadero ganado habría sido Cárdenas.

La captura de “La Quina” se dio pronto, pues el presidente buscaba legitimar su administración iniciada bajo la sombra del fraude electoral, asegurando que la detención fue en el combate a la violencia y corrupción.

Tras nueve años en prisión, “La Quina” salió de prisión a la mitad del sexenio de Ernesto Zedillo, gracias a una amnistía.

Al salir de prisión, pasó los últimos años de su vida en Tampico, Tamaulipas, exigiendo que le descongelaran sus cuentas bancarias con millones de pesos. El 11 de noviembre del 2013, Joaquín Hernández Galicia falleció a los 91 años en un hospital de Tamaulipas.

Zedillo y Raúl Salinas de Gortari

El primero de marzo de 1995, Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari, fue detenido a escasos tres meses de que Ernesto Zedillo llegara a poder.

El “hermano incómodo” fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI; también de la desaparición y muerte del diputado Manuel Muñoz Rocha; sin mencionar un enriquecimiento ilícito por más de 160 millones de dólares que mantenía en una cuenta en Suiza, más 50 propiedades millonarias de las que se hizo por todo el país.

La detención Raúl fue considerada un alejamiento de Zedillo de los Salinas, así como la crisis económica que el sexenio de Carlos heredó “en alfileres” al de Ernesto.

Casi 20 años después de su detención, en 2013, Salinas de Gortari fue puesto en libertad tras no encontrar pruebas por ambos homicidios y por el enriquecimiento ilícito, a la vez que sus propiedades y cuentas bancarias le fueron regresadas.

Calderón y Raúl Muñoz Leos

En 2007, la Secretaría de la Función Pública (SFP) durante la administración entrante de Felipe Calderón, inhabilitó por 10 años a Raúl Muñoz Leos, director general de Pemex en la administración de Vicente Fox.

El exdirigente de la paraestatal también recibía una multa por 864 millones de pesos, por el supuesto quebranto de la paraestatal.

Muñoz Leos fue acusado de mil 724 millones de pesos al sindicato petrolero liderado por el polémico Carlos Romero Deschamps.

La sanción en su contra fue llevada por el propio Raúl hasta los tribunales, donde fuera de las manos del gobierno calderonista libró la multa, pero mantuvo la inhabilitación por 10 años.

Elba Esther y Peña Nieto

El 26 de febrero de 2013, a casi tres meses del inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto y al día siguiente de la promulgación de la Reforma Educativa, Elba Esther Gordillo fue detenida en el aeropuerto de Toluca por elementos de la Procuraduría General de la República, a cargo en ese entonces de Jesús Murillo Karam.

Gordillo era líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), magisterio tan poderoso que su lidereza llegó a tener la misma importancia que el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Además, Elba Esther era opositora de la Reforma Educativa, la más importante de todas las “reformas estructurales” de Peña Nieto, según las palabras del propio presidente.

La detención se hizo tras una denuncia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), liderada por Luis Videgaray, por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero.

Durante prácticamente todo el sexenio de Peña Nieto, Elba Esther se mantuvo en prisión, sin embargo, las acusaciones en su contra se fueron cayendo poco a poco, más su estado de salud que le abría las puertas para que continuara su proceso en libertad.  

No tuvo que hacerlo, el 8 de agosto del 2018, Gordillo fue absuelta de todos los cargos debido a falta de pruebas, mismas que las autoridades federales no pudieron mostrar en más de cinco años.

AMLO y Lozoya

Este martes 28 de mayo se liberó una orden de aprehensión contra Emilio Lozoya, quien fuera titular de Pemex durante los primeros años del sexenio de Peña Nieto.

Dicha orden de aprehensión se dio al día siguiente de que Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), anunció la congelación de las cuentas bancarias de Emilio Lozoya, por operaciones financieras con recursos de actividades presuntamente ilegales derivados de actos de corrupción.

Así como cinco días después de que la Secretaría de la Función Pública (SFP) lo inhabilitara por 10 años debido a que proporcionó información falsa en la declaración de situación patrimonial, además, en dos ocasiones se omitió una cuenta bancaria que registraba saldos de cientos de miles de pesos.

 

Lozoya Austin es acusado de recibir al menos 10 millones de dólares en sobornos de parte de Odebrecht a cambio de contratos gubernamentales.

De acuerdo con los señalamientos, Odebrecht se acercó con Emilio cuando este era parte de la campaña de Peña Nieto, donde le entregó 4 millones de dólares para la contienda electoral del priista; luego, tras la victoria presidencial del mexiquense y la designación como director de Pemex, Lozoya Austin recibió 6 millones de pesos más.  

Lozoya no es el único perseguido por la justicia, junto a la orden de aprehensión contra Emilio se liberó la de Alonso Ancira Elizondo, presidente de la empresa Altos Hornos de México (AHMSA), quien al poco tiempo fue detenido en Mallorca, España, por elementos de la Interpol.

Al igual que las de Lozoya Austin, las cuentas de AHMSA fueron congeladas por la UIF de la SHCP.

Ancira Elizondo es artífice de uno de los peores negocios de Pemex, la compra de una planta “chatarra” de fertilizantes Agro Nitrogenados, en Veracruz.

Esta planta, que tenía 14 años sin operar y con equipos de 30 años de antigüedad, le costó a la petrolera mexicana 475 millones de dólares, entre la adquisición de los activos y la rehabilitación de la misma.

Un mes después de la compra, Altos Hornos de México transfirió 3 millones 703 mil 540 dólares a Grangemouth Trading Company, una de las 20 firmas que Odebrecht presuntamente utilizaba para pagar los sobornos a funcionarios en varios países, entre ellos a Lozoya.

Odebrecht, a través de Emilio Lozoya, habría conseguido que Pemex comprara la planta chatarra a AHMSA. La empresa de Ancira Elizondo habría devuelto el favor con los 3 millones 703 mil 540 dólares, ni el 1% de lo que consiguió por la venta de Agro Nitrogenados.

Vicente Fox y el fobaproa Los empresarios

Ancira Elizondo no es el único empresario que recibe embates del poder.

Cuando Salinas de Gortari privatizó la banca, los bancos comenzaron a otorgar créditos de forma desmedida y sin controles rigurosos.

Por si fuera poco, banqueros como Carlos Cabal Peniche, Ángel Isidoro Rodríguez, conocido como “El Divino” y Jorge Lankenau realizaron múltiples fraudes y malos manejos en sus instituciones financieras.

Esto, sumado a la nula intervención de las autoridades hacendarias del gobierno salinista, derivó a la crisis de diciembre de 1994. Las tasas de interés se dispararon a más de 100%, se volvieron impagables los créditos hipotecarios y de consumo, los índices de morosidad se catapultaron y provocaron una insolvencia que dejó a la banca al borde de la quiebra.

Entonces, el gobierno de Zedillo decidió rescatar a los bancos, utilizando recursos públicos que se convirtieron en deuda, el famoso Fobaproa.  

Así, el sexenio de Ernesto Zedillo compró a los bancos su cartera vencida por 100 pesos, recuperó 10 y los restantes 90 los pagó con cargo al erario. Los mexicanos obtenían una deuda por 60 mil millones de dólares.

Los banqueros mencionados fueron posteriormente perseguidos e incluso detenidos por delitos como fraude, evasión de impuestos y lavado de dinero.

Jorge Lankenau fue detenido el 30 de agosto de 1997 por un presunto fraude bancario estimado en 170 millones de pesos. Solo estuvo en prisión durante ocho años, salió libren 2005 tras pagar una fianza de casi 60 millones de pesos. Murió en 2012, a la edad de 68.

Carlos Cabal Peniche fue acusado en septiembre de 1994 por la SHCP por fraudes multimillonarios. Por dichos señalamientos huyó del país hasta que fue ubicado en Australia, capturado y extraditado a México en 2001.

Actualmente libre, Cabal Peniche sigue haciendo apariciones públicas sin que se le haya detenido, pese a tener catorce cargos en su contra.

Mientras que “El Divino” fue acusado de cometer fraudes colosales, así como de haberse concedido a sí mismo 400 millones de dólares en préstamos.

Al igual que Cabal Peniche, huyó del país. Pero fue detenido en España, extraditado a México, sin embargo, obtuvo la misma suerte que sus colegas: la libertad. Fue exonerado de todos los cargos en su contra.

En 2011, durante el gobierno de Calderón, el empresario Gastón Azcárraga Andrade fue denunciado por difundir información falsa a inversionistas y en 2014, ya en el sexenio de Peña Nieto, recibió una orden de aprehensión por operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Heredero de un consorcio hotelero, primo del dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, y cercano a Vicente Fox Quesada, así como a su esposa Martha Sahagún, Azcárraga Andrade se caracterizó por irregularidades en sus negocios, acusado incluso de fraude a trabajadores, inversionistas y hasta al propio estado.

El caso más emblemático que cargó sobre sus hombros fue el de Mexicana de Aviación, empresa que adquirió en 2005 por 165 millones de dólares, gracias a la influencia del entonces presidente Fox, según señaló en su momento López Obrador.

Le bastaron cinco años al frente de la aerolínea para llevarla a la quiebra. A la vez que desaparecieron 265 millones de dólares de pasivos laborales que Gastón adquirió como descuento cuando adquirió a Mexicana.

Durante los últimos días de la administración de Peña Nieto, Alberto Elías Beltrán, encargado de despacho de la entonces PGR, intentó echar para atrás las órdenes de aprehensión contra Azcárraga Andrade, sin embargo, un juez se lo impidió. Actualmente se encuentra prófugo.