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Desde “El jefe de jefes” hasta “El Mencho”: la cacería de la DEA a los capos mexicanos

Los grandes jefes del narcotráfico en México viven en medio de lujos y libertades hasta que el Gobierno de Estados Unidos los pone en la mira

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Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, es actualmente el narcotraficante más buscado del país y uno de los objetivos prioritarios para el gobierno de Estados Unidos, en sus espaldas carga al menos dos recompensas una por 30 millones de pesos y otra por 10 millones de dólares.

La cacería contra el líder máximo del cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), sin embargo, comenzó hasta el final de la administración de Enrique Peña Nieto, pese a que a inicios de su gobierno la peligrosidad del mismo comenzó a hacerse evidente.   

Entonces ¿por qué el gobierno de Peña Nieto tardó tanto en colocar a Oseguera Cervantes entre los narcotraficantes más buscados?

Con el regreso del PRI al poder, el CJNG comenzó a demostrar su poderío criminal con hechos sanguinarios que conmocionaron a todo el país, como el derribo de un helicóptero de la Policía Federal en 2015 o la desaparición, y presunto asesinato, de tres estudiantes de cine en Tonalá, Jalisco.

Sin mencionar el poder económico que su brazo financiero, “Los Cuinis”, liderado por su cuñado Abigael González Valencia, “El Cuini”, consolidando así al considerado cartel del narcotráfico más importante del país.

La diferencia fue que el gobierno de Peña Nieto no actuó solo, la colocación de “El Mencho” como el enemigo público número uno vino acompañada de una cacería en su contra en colaboración con autoridades estadounidenses encabezadas por la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

A su vez que en México se hacía el anuncio, Estados Unidos también colocaba a “El Mencho” en el primer lugar de su lista de objetivos prioritarios en el combate al narcotráfico, desplazando así al ya preso Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

Actualmente, de acuerdo con autoridades mexicanas y estadunidenses, “El Mencho” se encuentra escondido en la sierra entre los límites de Jalisco, Colima y Michoacán, cercado por las Fuerzas Federales mexicanas y, ahora también, estadunidenses.

Nemesio Oseguera Cervantes es sólo uno de varios casos donde la DEA pone las reglas del juego, coloca los nombres y las organizaciones que deben caer, ordenes que el Gobierno de México no hace otra cosa más que acatar.

En La Silla Rota te enlistamos otros casos similares donde, hasta que las autoridades estadunidenses pusieron el dedo sobre el renglón, comenzó la caída de capos y organizaciones criminales.

“El Chapo”

El 2 de mayo del 2011, Osama Bin Laden fue abatido por unidades militares de élite del Gobierno de Estados Unidos; el terrorista líder de Al Qaeda y señalado como autor intelectual del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, había sido borrado del mapa.

Así, otro criminal ocupó su lugar como el hombre más buscado del mundo: Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, líder máximo del cártel de Sinaloa.

Ocupando el trono criminal a nivel mundial y luego de aparecer entre los hombres más ricos del mundo por la revista Forbes, comenzó la cacería de “El Chapo”.

Tres años después, elementos de la Secretaría de Marina (Semar) y de la DEA hicieron lo que no se logró en 10 años: capturar a Joaquín Guzmán Loera.

“El Chapo” estuvo prófugo desde enero de 2001, cuando se fugó del penal federal de máxima seguridad Puente Grande, en Jalisco y durante los dos sexenios panistas, de Vicente Fox y Felipe Calderón, no hubo pista alguna que incentivara su captura.

Sin embargo, 17 meses después de su segunda captura, en julio de 2015, lo volvió a hacer: Guzmán Loera se fugó del penal federal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.

El líder del Cártel de Sinaloa no duró mucho en libertad, seis meses después, en enero de 2015, fue recapturado por tercera ocasión y al año siguiente extraditado a Estados Unidos, considerado un regalo para el entrante presidente norteamericano, Donald Trump, quien tomo posesión al día siguiente de la llegada de “El Chapo” a tierras estadounidenses.

Hoy, Guzmán Loera se encuentra en el “Alcatraz de las Rocosas”, una de las cárceles más duras de Estados Unidos, donde pasará el resto de su vida luego de ser declarado culpable en el considerado juicio más mediático del siglo.

“Los Zetas”

El sanguinario cártel de “Los Zetas” operaba en la mitad de todo el territorio nacional, era el año 2011 y su poder criminal estaba en su auge.

Fue entonces cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, colocó a “Los Zetas” como el objetivo principal en el combate contra el narcotráfico, calificándolos de una “inusual y extraordinaria amenaza a la estabilidad de los sistemas políticos y económicos internacionales”.

Para el año siguiente, Heriberto Lazcano, “El Lazca”, líder de “Los Zetas”, fue asesinado durante un enfrentamiento con elementos de la Marina en Coahuila.

Su sucesor, Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40” fue detenido en Nuevo León, en 2013, un año después de la muerte de “El Lazca”.

Su hermano, Omar Treviño Morales, “El Z-42”, quedó al mando, pero fue capturado al poco tiempo en 2015, también en Nuevo León

Hoy, “Los Zetas” se encuentran en declive, según las propia DEA, y sufren una fractura criminal que los dividió en dos grupos rivales: el cártel del Noreste y “Los Zetas Vieja Escuela”.

Cártel de Guadalajara

Durante la segunda mitad del Siglo XX, el cártel de Guadalajara era la organización del narcotráfico más importante de México.

Sin embargo, todo cambió en 1985 con el asesinato de Enrique Camarena, agente encubierto de la DEA que se introdujo al cártel de Guadalajara y quien fue parte fundamental en los golpes contra la organización criminal.

Camarena fue levantado por agentes de la policía corruptos pagados por el cártel de Guadalajara. Lo torturaron y asesinaron para luego abandonar su cuerpo en una zona rural de La Angostura, un pueblo de Michoacán.

Las autoridades estadunidenses presionaron tanto al Gobierno de México que detuvo a los tres líderes de la organización criminal: Miguel Ángel Félix Gallardo, “El jefe de jefes”; Rafael Caro Quintero, “El narco de narcos”; y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, estos dos últimos cayeron el mismo año de la muerte de Camarena.

Investigaciones de la DEA por el asesinato de Camarena arrojaron que no sólo el cártel de Guadalajara estaba inmiscuido en el crimen, sino también el Gobierno de Miguel de la Madrid.

Y no sólo eso, en el caso también estuvo involucrado la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), dependencia estadounidense que –de acuerdo con la DEA– tenía un acuerdo con el cártel de Guadalajara: dejaba pasar su droga a Estados Unidos a cambio de financiar y armar a la Contra Nicaragüense, como parte de su combate al comunismo en América Latina.

Desde entonces, el cártel de Guadalajara está extinto. “El jefe de jefes” está en cárcel, “Don Neto” tiene prisión domiciliaria y “El narco de narcos” salió libre por violaciones al debido proceso, por lo que está prófugo.

 

rgg