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“Dejaron un desmadre, hay que transformar al AGN” reconoce Ruiz Abreu

El director del Archivo General de la Nación describe el estado archivístico de cómo recibió todos los acervos resguardados en el Palacio de Lecumberri

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“Dejaron un desmadre”, así describe el director del Archivo General de la Nación, Carlos Enrique Ruiz Abreu el estado archivístico de cómo recibió todos los acervos resguardados en el Palacio de Lecumberri, luego de tomar posesión el pasado 31 de diciembre.

En seis años, lo que durará su gestión, Ruiz Abreu pretende hacer una ingeniería al interior del AGN para mejorar la metodología archivística y la atención al usuario. Busca incrementar la meta de consulta por parte de investigadores.  En la actualidad en promedio hay 60 al día, el objetivo es llegar a 150.

Cuando yo era investigador en la década de los 80 y que venía al Archivo, había como 150 investigadores, que eran bien atendidos, porque había el personal suficiente. Ahora a lo mucho hay entre 60 y 80 investigadores. La meta es que crezca el número de personas que viene a consulta”.

Otro de los problemas que se enfrenta el AGN es la falta de personal. Por el momento, son 15 personas las encargadas de tres áreas: referencia, consulta y traslado. La idea es contratar a otros 20 profesionales para agilizar la atención a investigadores. 

Además de la ingeniería al interior, el AGN tiene dos retos muy importantes en esta administración: la entrada en vigor de la Ley General de Archivos el próximo 15 de junio, y recibir, clasificar y poner a consulta la información histórica de todas las dependencias del gobierno federal de 1985 a la fecha. Para que ello ocurra pasarán cerca de tres años, calcula Ruiz Abreu.

El 28 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un acuerdo por el que se establecen diversas acciones para la transferencia de documentos históricos al AGN relacionados con violaciones de derechos humanos y persecuciones políticas ligadas con movimientos sociales, así como con actos de corrupción de las dependencias y entidades de la administración pública en el periodo de 1985 a la fecha.

 

También ese día López Obrador anunció que las 7 mil 314 cajas con archivos realizados por la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), ambas extintas y que estuvieron adscritas a la Secretaría de Gobernación, estarían a disposición directa para su consulta, aunque el acceso es a través de solicitudes de información o, en su caso, versiones públicas.

A partir de ese anuncio, mucha gente llegó a Lecumberri con la idea de consultar ese acervo, que data de 1920 a 1985. A parte, han recibido 150 solicitudes de información vía transparencia, el equivalente a seis meses.

Ahorita estamos en un cuello de botella muy fuerte. No contamos con personal. Muchos de estos documentos no hay versiones públicas y nos enfrentamos a un problema de organización, de cómo habían “ordenado” ese archivo, al que yo llamo, policial de investigación”.

La gran tarea para el AGN será organizar, tanto el acervo que ya está en las galeras, como la información que llegue a partir del Acuerdo presidencial del 28 de febrero.

“En este momento no hay una metodología archivística de estos documentos y nos cuesta mucho trabajo encontrar un expediente de un acontecimiento o un personaje por como lo habían ordenado ellos”.

En 1982 llegó el AGN al Palacio de Lecumberri, sus actuales instalaciones. En 30 años el Archivo creció. Sin embargo, los gobiernos anteriores dejaron de inyectarle recursos y el personal disminuyó.

LA RUTA DE LA APERTURA DE ARCHIVOS DE 1985 A LA FECHA

A partir de la publicación del Acuerdo presidencial, el AGN tiene 30 días para emitir los lineamientos que establezcan la forma y los términos, en que las dependencias tendrán que transferir los documentos.

Después son 180 días para que las diferentes instituciones, incluyendo el Cisen, transfieran su información histórica al AGN.

En el momento que esa información sea transferida al Archivo General de la Nación, dependiendo del personal, aunque esperemos que ya sea suficiente para ordenarla como queremos, nos vamos a llevar entre dos o tres años”.

El AGN pedirá a las diferentes dependencias federales que cubran ciertas normas para la transferencia de archivos. No recibirán información en bruto.

“Nosotros tendríamos que describirla, hacer una base de datos para ponerla a consulta y que esto sea rápido. Eso es lo que viene y lo que está aquí está hecho un desmadre, porque tenemos que empezar desde el principio: identificar qué documentación es, ordenarla, clasificarla y describirla. Eso lleva tiempo”.

Señaló que una vez que las dependencias transfieran la información al AGN, no se ocultará nada a la ciudadanía ni se podrán trabas. Solo se respetará la normatividad vigente como la Ley de Seguridad Nacional, así como la de transparencia y cuidado de datos personales.

Vamos a tener una apertura total, sin esconder nada. No hay necesidad y además estamos comprometidos con la transparencia, tenemos que ser cuidadosos, respetando las leyes. No podemos dar información que contengan datos sensibles que puedan perjudicar a terceras personas”, apuntó.

El compromiso de la gestión de Ruiz Abreu al frente del AGN será de apertura. La finalidad es abrir los archivos para que haya mayor democracia y libertad en todos los sentidos. “Tener acceso a la información nos hace libres y ciudadanos más responsables”.

fmma