Main logo

¿Qué debe de hacer la sociedad para evitar otra tragedia?

Especialistas coincidieron que la ciudadanía deberá participar directamente en la planeación urbana para evitar una tragedia similar a la que se vivió en el sismo

Por
Escrito en NACIÓN el

Para evitar una tragedia similar como la que se vivió durante y después del sismo del pasado 19 de septiembre en la Ciudad de México, la ciudadanía deberá participar directamente en la planeación urbana, vigilar las construcciones, crear protocolos de protección y coadyuvar con el gobierno en la sustentabilidad de la capital, coincidieron especialistas. 

También puedes leer: ¿Por qué el sismo de este 19 de septiembre fue tan fuerte?

José Tapia Blanco, profesor de la licenciatura en planeación territorial en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM - Xochimilco) Recomendó que los ciudadanos deben de tener un protocolo muy básico de prevención de riesgos dividido en cuatro principios: conocer las zonas de protección, por ejemplo, en caso de sismo, localizar los lugares seguros en la vía pública en caso de colapso de un edificio como lo son parques o camellones. 

El segundo, conocer los de protocolos de protección dentro de instancias privadas o monumentos. El tercero es manejar conceptos básicos de auxilio médico y el cuarto poder brindar esta ayuda a otras personas. 

Tenemos que tomarlo como parte de nuestra vida, hacerlo consciente y vemos como respondemos en el núcleo de la familia, porque hay personas que pierden la noción de entorno, que se alteran demasiado y pierden el control de su propia persona, eso aumenta el riesgo. Ante todo, son principios que lo que deben de preservar es la vida”.

Señaló que para evitar una tragedia como la que ocurrió después del sismo no se puede ser negligentes en el sentido político, social, económico y administrativo. 

Tenemos que aprender como sociedad a incidir en las normas y procedimientos legales que hay en materia de planeación urbana. Es importante que debemos tomar posicionamiento al respecto porque nuestra negligencia también ha dado paso al lucro en muchos sectores y al beneficio de unos pocos con la mercantilización del suelo y desarrollo inmobiliario”, indicó.

Agregó que hoy en día resulta evidente que hay un rezago de incumpliendo por parte de nuestras autoridades, porque no tuvieron la atención suficiente como para vigilar qué y cómo se construía, así como las dimensiones de los edificios. 

Actualmente se construye y se escarba muy profundo y eso también lesiona el suelo. Estas zonas que ya se conocían y que hoy son mucho más evidentes, que son de propagación sísmica, zonas donde tenemos fracturas, fallas, hundimientos diferenciales en la ciudad. Creo que hay que tenemos que poner atención y ser más rígidos. No jugar una doble moral al respecto”.

También para mejorar en relación con la prevención de riesgos es que se debe de generar una franja con una norma muy particular sobre los niveles de construcción, la densidad de habitantes por vivienda para tratar de mitigar el daño a futuro. 

A pesar de que después del temblor de 1985 se creó un reglamento de construcciones para fortalecer los edificios, ahora se tendrán que modificar algunas de esas normas.

El 85 nos dejó en materia de construcción una gran experiencia y hoy en día sufrimos, aunque muchas de nuestras construcciones resistieron debido a que se modificaron ciertos tipos de normas y reglamentos, ya se tenía un antecedente, pero nos relajamos, se nos olvidó y ahora nos vuelve a sorprender otro sismo, que es algo que debemos de hacer un trabajo permanente”.

Señaló que eso se tiene que hacer consciente y como ciudadanos observar que las autoridades tampoco lo dejen. 

De acuerdo con el atlas de riesgo de la Ciudad de México la zona más afectada fue la de transición y es que según el especialista esa fue una zona que se pobló de forma no planificada, porque hubo un proceso de mercantilización y politización del suelo, donde ciertos agentes políticos se beneficiaron de esos asentamientos a partir del voto. También las mismas delegaciones realizaron convenios y acuerdos para facilitar a los desarrollos inmobiliarios. 

“Todo eso fue una serie de factores que en algún momento nos cobra la ciudad una factura. Tendríamos que ser menos negligentes, normatividad y reglamentos existen, lo que necesitamos es que se apliquen”. 

La participación ciudadana, el arma de capitalinos

Jesús Álvarez Flores, urbanista de la UNAM, dijo que por el crecimiento económico se explotan de manera irracional los recursos tanto los renovables como los no y esto sin tomar en cuenta su regeneración o conservación. 

“Esto es uno de los problemas en general del país, se da de una manera desequilibrada y siempre en favor de la urbanización y de los grupos”. 

Para tener un desarrollo urbano sustentable se deben de incorporar aspectos políticos, sociales, demográficos, ecológicos y económicos. 

Uno de los grandes problemas en la ciudad es que no hay un control en los usos de suelo y por ende lo que debe de crearse comités de revisión del desarrollo urbano y ambiental, los cuales van a evaluar los cambios de uso de suelo.

En otras urbes del mundo es que el órgano que toma la decisión de las construcciones es que está ciudadanizado. Recomendó que debe de aplicarse en México y para ello se debe de modificar las leyes como la ambiental como la urbana.

Expresó que la única forma para cambiarle el rumbo a esta ciudad hacía la sustentabilidad es la participación ciudadana. 

“La participación ciudadana sería finalmente el arma que tendríamos para poder detener esta avalancha neoliberal que viene desde 1992 y que de pronto nos ha puesto inmersos en un proceso de degradación social, moral y económico”. 

El sismo del pasado 19 de septiembre en la CDMX, la ciudadanía deberá participar directamente en la planeación urbana, coincidieron especialistas.