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De la felicitación al asilo: cronología del caso Evo Morales desde México

Pese a la política de no intervención, México ha sido protagonista de la crisis política que vive Bolivia

Escrito en NACIÓN el

Poco antes del mediodía de este martes, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, arribó a México luego que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ofreciera asilo político, el exmandatario sudamericano fue recibido por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Pese a la política de no intervención de la administración lopezobradorista, México ha sido pieza fundamental en la crisis política que vive Bolivia.

Todo comenzó, sin embargo, 23 días antes, el 20 de octubre, cuando en Bolivia se celebraron elecciones para renovar la Presidencia, Vicepresidencia y el Congreso. De un inicio polémicas debido a que Evo Morales no debería haber estado en la boleta electoral.

Dos años antes un referéndum celebrado en  Bolivia se rechazaba la reelección, sin embargo, el tribunal electoral haciendo lecturas cuestionables de la Constitución echó para atrás dicha consulta y colocó a Morales en la boleta.  

Consumada la elección, el 24 de octubre el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció que Evo Morales continuaría, en un cuarto mandato, al frente del país. Ganando con 47% de los votos y una diferencia de diez puntos.

Ese mismo día, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a través del subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, felicitaron a Morales de su victoria electoral.

Dos días después, el 28 de octubre, López Orador y Ebrard llamaron a Evo Morales para felicitarlo por su triunfo en “elecciones libres y democráticas”.

En tanto, en Bolivia, comenzaron a surgir protestas contra la reelección de Evo Morales, algunas más a favor del entonces presidente boliviano. Pasando los días, las marchas cada vez eran más violentas, por lo que fue declarado estado de emergencia.

Ante estos hechos, el 9 de noviembre, la cancillería se dijo preocupada por lo que sucedía en Bolivia y exhortó al diálogo “como lo ha planteado el presidente Evo Morales”.  

El 10 de noviembre, la Organizaciones de Estados Americanos (OEA) entregó una avance de la auditoria que realizó a los comicios en Bolivia, en el cual señalaba que la elección “ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente”.

Entonces, Evo Morales llamó a que se repitieran las elecciones, decisión que respaldó el gobierno de López Obrador. 

Sin embargo, ese mismo día y –ante la nula calma que dejó el llamado a nuevas elecciones de Morales– la Fuerzas Armadas y la Policía de Bolivia le pidieron a Evo que renunciara a su cargo.

Evo Morales cedió y bajo el argumento de evitar más violencia, renunció a la presidencia de Bolivia.

Marcelo Ebrard criticó de forma inmediata la dimisión de Morales, calificando los hechos como resultado de una “operación militar” y de un “golpe”.

Posteriormente, el canciller anunció que “de conformidad a su tradición de asilo y no intervención”, México había recibido a  20 exmiembros del ejecutivo y legislativo de Bolivia, a la vez que le extendió la mano a Evo Morales.

En ese momento, Morales rechazó el ofrecimiento de México, asegurando que se quedaría en Cochabamba.

Sin embargo, el plan de darle asilo político a Evo en México ya estaba definido. De acuerdo con el diario El Clarín, el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, fue quien orquestó el refugio mexicano para Morales.

En medio de la crisis política postelectoral en Bolivia, Fernández tuvo una larga visita a México, donde consumó los preparativos para que Morales tuviera donde llegar de asilado político.

Llegando el 2 de noviembre Alberto Fernández estuvo cuatro días en tierras mexicanas, hasta el 6 de noviembre que regreso a Argentina.

Fernández, quien también reconoció la victoria de Evo y descalificó el “golpe” en su contra, habló con Andrés Manuel.

Dicha plática, refiere El Clarín, resultó clave para que Morales abandone su país y se asile en México. También la cancillería argentina se contactó con Ebrard para ofrecer asistencia logística a México para instrumentar el plan de salida para Evo.

El presidente electo de Argentina incluso tenía un plan b en el dado caso de que México se negara a dar asilo a Morales y era Paraguay.

El lunes pasado, Marcelo Ebrard informó que, en efecto, se daría asilo político a Evo Morales con el fin de proteger su vida y su seguridad.  

Significó todo un viacrucis la llegada de la aeronave mexicana a Bolivia y su regreso a México, según el canciller.

Primero, la aeronave tuvo problemas para llegar a Bolivia pues fue difícil obtener los permisos, durante esas negociaciones permaneció en Lima, Perú.

Cuando se da el permiso de llevar a Bolivia para recoger a Evo Morales, se da el momento más tenso para poder regresar a México, explicó Ebrard, pues el gobierno de Perú canceló el permiso para el avión volviera a su territorio para recargar combustible.

Entonces, se contacta al canciller de Paraguay, mientras el presidente electo de Argentina habló con el mandatario paraguayo, así se consigue el permiso de ir por combustible a Asunción.

Ya en Asunción, se pidió pasar por el espacio aéreo de Perú, lo cual se concedió, al igual que Ecuador dio permiso para bajar en su territorio por combustible.

Para poder volver a cruzar espacio de Bolivia, el embajador de Brasil negoció el viaje por la línea fronteriza entre Brasil y Bolivia, además de que se tuvo que rodear Ecuador y llegar hasta aguas internacionales, donde se dirigió a la Ciudad de México.

El relato de Ebrard evidencia la participación de Fernández en la operación Evo Morales, pues fue el único que intervino sin tener responsabilidad directa en los hechos.

Poco antes del mediodía de este martes, Evo llegó a la capital mexicana recibido por el canciller. En dos breves mensajes, uno a la prensa y otro en redes sociales, aseguró que el gobierno de López Obrador le salvó la vida y confesó que le ofrecieron a su gente de seguridad que 50 mil dólares por “entregarlo”.

Ahora, en medio de críticas y aplausos, Evo Morales es el primer gran refugiado político de la Cuarta Transformación.