Un convoy conformado por más de 300 agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delitos Federales (SIEDF) avanzaba entre las montañas del municipio de Los Reyes, en Michoacán, se adentraban en terrenos del cártel de “La Familia Michoacana”.
Era marzo de 2009, los mejores años de esta organización criminal liderada por Enrique “Kike” Plancarte; Nazario Moreno González, “El Chayo”; José de Jesús Méndez Vargas, “El Chango Méndez”; y Servando Gómez Martínez, “La Tuta”.
Un par de años antes de que el cártel se fracturara y nacieran “Los Caballeros Templarios”.
Sin embargo, los uniformados no iban por drogas, armas o dinero del narcotráfico, tampoco por algún extorsionador o secuestrador de las filas de “La Familia Michoacana”, se trataba de un objetivo especial.
Los agentes federales realizaron cateos en diversos puntos del municipio michoacano, encontrando un tipo de laboratorio, pero no para la creación de estupefacientes, sino en la elaboración de piratería.
No se trataba de cualquier piratería, trabajos de inteligencia del gobierno mexicano en coordinación con autoridades estadunidenses iban tras un sofisticado anillo de software falsificado por “La Familia Michoacana”. Este software pirata era de Xbox y Microsoft.
La operación no era menor, los inmuebles cateados por los agentes de la SIEDF estaban repletos de máquinas para copiar CD y hacer versiones falsificadas de software.
Se aseguraron 4 mil 600 fonogramas, 4 mil 500 videogramas, 200 videojuegos de Microsoft y 13 aparatos electrónicos con logotipos de “La Familia Michoacana”.
Los productos ilícitos de este software pirata eran vendidos en miles de quioscos, mercados y tiendas de la región.
Además, las cabecillas de “La Familia Michoacana” les exigían a sus subordinados una cuota mínima de venta que cumplir.
Sin embargo, estos vendedores de piratería no eran los temibles sicarios, sino comerciantes, hombres, mujeres, jóvenes y hasta personas de la tercera edad, siendo como un tipo de extorsión a los comerciantes.
Una estimación de la entonces Procuraduría General de la República (PGR, hoy FGR) detalla que, con el sofisticado anillo de software falsificado y las redes de distribución, “La Familia Michoacana” ganaba 2 millones de dólares diarios.
Esta incursión de “La Familia Michoacana” en la piratería de alto nivel fue calificada por el informe “Gangs Beyond Borders” de 2014 como “uno de los desarrollos más alarmantes”.
Mientras que el informe “La situación de la violencia relacionada con las drogas en México del 2006 al 2017: ¿es un conflicto armado no Internacional?”, del ITESO y de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), asegura la piratería de “La Familia Michoacana” se vendía incluso en Nueva York.
Las ganancias de este cártel a costillas de Microsoft y Xbox eran tal que la propia empresa estadunidense solicitó al gobierno mexicano la intervención, según informó en su momento The New York Times.
Actualmente “La Familia Michoacana” vive un resurgimiento, se ha fortalecido aliándose con el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), aunque últimos reportes señalan que hay algún tipo de ruptura con los jaliscienses.
Los líderes de “La Familia Michoacana” son identificados como los hermanos Johnny Hurtado Olascoaga, alías “El Pez”, y José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias “El Fresa”.
Información de la FGR a la que La Silla Rota tuvo acceso detalla que “La Familia Michoacana” opera actualmente en Morelos, Guerrero y el Estado de México.