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Crónica: Las preocupaciones de Rosario Robles

Minutos antes de enfrentarse al juez, Robles Berlanga dejaba ver muecas de felicidad al conversar con sus abogados

Escrito en NACIÓN el

Las manos de Rosario se entrelazaron para hacer una plegaria. Vio con detenimiento el ir y venir de las manos del juez que estaba por definir su futuro. Momentos antes de escuchar el veredicto más importante de su vida, Rosario Robles Berlanga permaneció en calma y a solas, lamentando la crónica de un presente que pudo evitar.

A bordo de una camioneta BMW Rosario hizo su aparición poco antes de las 18:00 en el Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Sur. Entre empujones, Robles Berlanga descendió del vehículo haciendo gala de un traje de diseño blanco, retocado con una mascada con vivos rojos.

El caos, originado por los medios de comunicación, se hizo presente. Paso a paso Robles caminó hasta llegar al primer estrado de enjuiciamiento que la esperaba: prensa.

“Estoy aquí, estoy aquí, hoy antes de las seis de la tarde para presentar la defensa, para demostrar mi inocencia y confío plenamente en la autonomía del Poder Judicial, y, como siempre se los he dicho, con las faldas bien puestas, tomando al toro por los cuernos y dando la cara”.

Segundos después, continúo su paso hasta ingresar al Centro de Justicia Penal Federal.

Minutos antes de enfrentarse al juez, Robles dejaba ver muecas de felicidad al conversar con sus abogados; su hija, Mariana Moguel Robles, así como su hermana Magda Robles Berlanga.

Programada a las 18:00, la audiencia de continuación a vinculación a proceso comenzó con 30 minutos de retraso. La defensa de Robles, encabezada por Julio Hernández Barrros y el despacho Olea, comenzó a refutar los datos de prueba presentados por la Fiscalía General de la República (FGR) y la Auditoria Superior de la Federación (ASF).

Los archivos de la defensa

Los abogados de Robles presentaron 32 datos de prueba ante el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna para tratar de tirar los argumentos de los seis fiscales y ministerios públicos, así como tres asesores de la ASF presentes en la sala 1.

Documentos, oficios, e incluso entrevistas, una de ellas, hecha a Rosario Robles Berlanga, fueron presentadas como evidencia durante las más de 12 horas en que duro la audiencia. La defensa de Robles, dirigida por Oscar Rogelio Ramírez, un joven de no más de 35 años, trató de defender a su cliente. Incluso, entre los argumentos dejo al aire la responsabilidad del expresidente Enrique Peña Nieto y del ex candidato a la presidencial José Antonio Meade Kuribreña.

Sin embargo, el trabajo de los dos despachos de abogados de la ex secretaría de Estado que, sólo tiene en sus cuentas 20 mil pesos, poco a poco se fue derrumbando, y con ello, hizo visible el crucifijo al que después se encomendaría Rosario Robles poco antes de las 06:00 de la mañana.

La interacción con los abogados que por momentos tuvo Rosario, poco a poco se fue desvaneciendo. El semblante de la ex secretaría de Estado se derrumbó al escuchar los argumentos de la Fiscalía.

“Qué bueno que vino a dar la cara (Rosario Robles) lamentablemente vino mucho tiempo después de habernos visto la cara a todos los mexicanos”, expuso el fiscal Manuel Granados Quiroz. Palabras más, palabras menos, le hizo ver que antes recibía la protección de Enrique Peña Nieto.

Ante la falta de resultados de su defensa, Robles pidió la palabra para argumentar su verdad y evitar que fuera ingresada a una prisión mientras dura la investigación complementaria.

“Siempre he luchado como mexicana, como mujer, por el debido proceso, por el debido proceso por presunción de inocencia… No entiendo el apetito del ministerio público, pero varios que han querido procesar están sustraídos de la justicia”, reclamó.

“A mí no se me acusa de desvío de 5 millones. A mí se me quiere juzgar a través de terceros.

“Yo no tengo los millones para irme a vivir a Canadá y luego de regresar a México…

por eso le pido que mí proceso se llevé a cabo en libertad, porque siempre he sido una mujer luchadora que he vivido en la Ciudad de México durante 24 años en Los Reyes Coyoacán”.

Sin embargo, los argumentos de Robles no fueron válidos para el juez, quien determinó que debía permanecer en prisión mientras se llevan los dos meses de investigación complementaria.

La estrategia no funcionó. Robles fue trasladada al penal de Santa Marta Acatitla, donde recordará el mensaje que le dio Enrique Peña Nieto: “No te preocupes Rosario”. Ahora Rosario Robles sí está preocupada.

AJ