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Creó "El Chapo" red para espiar y EU la usó para espiarlo

Ordenó a un técnico crear el sistema para monitorear a sus mujeres, pero aquél finalmente lo traicionó y colaboró con el gobierno estadounidense

Escrito en NACIÓN el

Joaquín “El Chapo” Guzmán creo una intrincada red de telecomunicaciones para espiar a su esposa y sus amantes, la cual después el gobierno de Estados Unidos aprovechó para escuchar sus conversaciones.

La vida electrónica de Guzmán se reveló gracias a la evidencia de un agente encubierto del FBI, Charles Stephen Marston, y al hombre que reclutó: el principal operador de Tecnología de la Información del cártel, Cristian Rodríguez.

Marston se había hecho pasar por un mafioso ruso para atraer a Rodríguez a revelar códigos para las comunicaciones que utilizan el protocolo de voz sobre Internet usando servidores en Holanda.

Rodríguez ya había sido mencionado, cuando el narco colombiano Jorge Cifuentes lo describió como "demasiado irresponsable" para establecer un escudo de cifrado adecuado en una de las guaridas de Guzmán. Lo que Cifuentes no sabía era que Rodríguez era peor que eso: estaba "cooperando proactivamente" con el FBI.

Rodríguez explicó cómo Guzmán le ordenó instalar un "software espía" llamado FlexiSPY en 50 "teléfonos especiales", como los llamó Guzmán.

El FlexiSPY de origen tailandés es de los más potentes softwares de espionaje y la compañía que lo vende dice que el perfil de sus clientes son padres que buscan proteger a sus hijos o dueños de empresas que pretenden monitorear a sus empleados. Sin embargo, también ha sido una importante adquisición de esposas celosas que creen que sus esposos son infieles.

El jefe del cártel se obsesionó con la tecnología y quería que Rodríguez la conectara para permitirle el acceso a las computadoras de otras personas también. En una ocasión, Rodríguez lo hizo en presencia una mujer, a quien Guzmán "distrajo", mientras el técnico instalaba el software espía.

Una serie de mensajes se presentaron como evidencia, exponiendo a Guzmán a un nivel de intimidad al que ninguna otra mafia ha sido sometida en audiencia pública: mensajes a la actual esposa de Guzmán, Emma Coronel Aispuro, y una amante, Agustina Cabanillas Acosta, quien Guzmán llama "Fiera”.


El gobierno de Estados Unidos presentó una larga lista de extensiones encriptadas que gracias a Rodríguez logró descubrir, así como imágenes de libretas que le fueron decomisadas a “El Chapo” y que contenían tales extensiones.

Emma Coronel se sentó en el tribunal para escuchar la evidencia y leer los mensajes por segunda vez, incluidos aquellos que sugieren que actuó como intermediaria en el negocio. Coronel ha negado toda actividad ilegal y conocimiento de los de su esposo.

En un mensaje, Guzmán dice de su hija María Joaquina, luego de seis meses: “Nuestra Kiki no tiene miedo. Le voy a dar un AK-47 para que pueda estar conmigo".

Con Agustina Cabanillas, Guzmán habla más de negocios que de placer: "¿Cómo van las ventas?", texteó en 2012. "Como abejas ocupadas", responde ella. "Sin parar, mi amor". Luego se queja de que Guzmán la está espiando, y él también lo es.

Entre las pruebas presentadas están los nombres encontrados en los mensajes que se intercambiaban: ReyNiTaa CoRonel/=), EmalY Y M Joaquina (el nombre de sus hijas).

 

Otra de las pruebas es una BlackBerry decomisada a Jorge Luis López Urías, María Luisa Macías y Agustina Cabanillas Acosta (amante de “El Chapo”), detenidos en febrero 22 de 2012 en Los Cabos.

Otras grabaciones fueron más comerciales, como una conversación en la que Guzmán busca la seguridad de un hombre llamado "Gato", de que un comandante de la Policía Federal favorecido está "recibiendo el pago mensual". Se le dice a un distribuidor de cocaína en Ohio que espere un envío de metanfetamina.

Hay una conversación entre un gerente del cártel y un operativo llamado "Cholo Iván", diciéndole que se abstenga de asesinar a las personas que había secuestrado y obligado "para asegurarnos de que no ejecutemos a personas inocentes". A Iván luego se le regaña por golpear a los policías: "No persigas a los policías", dice Guzmán, "ellos son los que ayudan ... Tranquiliza a la policía".

Pero hay un segundo pensamiento: "Ya los golpeaste una vez", agrega Guzmán, "deben escuchar ahora".

Aún no está claro si Rodríguez ayudó a las autoridades estadounidenses a identificar la ubicación de “El Chapo” y finalmente a capturarlo, pero los agentes de la DEA revelaron previamente que rastrearon a el capo en parte a través del uso de teléfonos celulares BlackBerry cifrados.

Rodríguez continuó trabajando para el FBI hasta 2013, y aparentemente todavía teme por su vida.

JGM