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Conferencias “mañaneras”, comunicación con claroscuros y poca transparencia, alertan

A nueve meses, el presidente mantiene un formato de comunicación que, alertan especialistas, centraliza la agenda política y en donde se recurre a información inexacta

Escrito en NACIÓN el

Si algo distingue a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador de las administraciones pasadas es el encuentro matinal con medios de comunicación que, de lunes a viernes, el jefe del Ejecutivo sostiene desde el pasado 3 de diciembre.

Ejercicio que, si bien, supone un ofrecimiento de información de primera mano por parte de la máxima autoridad del país, resulta ser de tintes claroscuros si se le toma en cuenta como una actividad de transparencia gubernamental; consideran analistas consultados por LA SILLA ROTA.

En adición, la audiencia que acude a esta cita matutina con el presidente -al menos desde su página oficial de Facebook- continúa a la baja, como lo ha mostrado esta casa editorial en ejercicios previos dentro del marco de los días 100 y 200 de la Cuarta Transformación.

Los cuales, arrojan -en una curva descendente- que desde la primera mañanera, hasta la del pasado 23 de agosto, existe una diferencia del 81.3%.

 

En este primer punto coinciden María Elena Estavillo, consultora independiente y presidenta de la red de mujeres Conectadas; y Rodrigo Gómez, profesor titular de la UAM Cuajimalpa, y experto en comunicación política.

“Es mejor tenerlas (las mañaneras), pero el ejercicio, al final, tiene sus claroscuros”, acota Estavillo, quien agrega que “el ejercicio termina no siendo tan enriquecedor porque tenemos que, después, discriminar esos mensajes de lo que sí fue exacto, lo que no fue, lo que fueron percepciones”.

En tanto, Gómez comenta que se trata de un ejercicio en el que el presidente puede controlar la agenda pública, “o por lo menos dirigirla”.

LA AUDIENCIA SE RESISTE

Flores apunta que bajo este formato el presidente centraliza el contenido que se oferta. Lo que lleva a que existan desaciertos.

“Si hay una persona que cobra toda la importancia mediática es él, en términos políticos, (la estrategia) es también ambiciosa porque para ser sostenible se requiere también del otro lado una audiencia, se requiere también interés, atención, una cultura política que esté habituada a mantenerse informada, a que exija, que se informe, que revise y sepa qué está pasando con el gobierno”, expone.

Sin ello, es natural que exista una desatención por parte de la población hacia las conferencias matutinas de AMLO. 

“Es un ejercicio único en el mundo -asegura Gómez- (no obstante) me parece que también tiene demasiado desgaste de la figura presidencial.

“A él le funcionó durante su jefatura de gobierno y durante su jefatura de gobierno no cambiaron un milímetro en este tipo de ejercicios. Y lo seguirá haciendo, me parece, el resto de su mandato”, advierte el profesor de la UAM.

Tras coincidir en que las conferencias matutinas son un formato innovador por parte de la Presidencia, los expertos exponen que la información que se aborda debe ser de calidad para la población, lo que sería la materia pendiente de este mensaje presidencial.

A nueve meses del mandato, “muchas veces sucede en estas mañaneras tenemos algunos mensajes que, después o en ese mismo momento, podemos consultar y resulta que los datos están equivocados o que tenemos afirmaciones que no son exactamente como se dieron a entender durante la mañanera”, precisa Estavillo.

Ello resalta una dificultad para abarcar grandes espacios de información de diversos temas, sobre todo en aquellos para los que no se tiene preparada una respuesta.

“En general, hay de todo, desde temas sumamente intrascendentes en donde él extiende un tema que al final no contesta del todo, pero en otras ocasiones sí ha habido un ejercicio de rendición de cuentas interesante e importante” destaca Rodrigo Gómez. “Al ser todos los días, ésta (la calidad de la información), de alguna manera, pues va a ser variopinta. Es complicado que haya una homogeneidad”, agregó.

En lo sustantivo del mensaje, es donde todavía es insuficiente el discurso y la retórica del presidente, coinciden los analistas.

SEGURIDAD, EL PENDIENTE

“Quiero informarles que todos los días, de lunes a viernes, a las seis de la mañana, como lo hicimos hoy, nos vamos a reunir los integrantes del Gabinete de Seguridad Pública, porque éste es el tema que más preocupa a los mexicanos”: las primeras palabras de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México desde el atril de una mañanera.

Bajo este tenor, Flores considera que, a nueve meses de Gobierno, “el presidente ya debería estar anunciando un logro contundente en materia de seguridad y ese es uno de los errores y debilidades de esta estrategia de comunicación”.

Dicha estrategia tendría que ser más clara en lo sucesivo “a partir de este ejercicio del primer informe de gobierno para distinguir de un presidente candidato de uno en funciones”, destaca Flores.

“Un candidato te puede prometer muchas cosas y te puede pedir que tengas confianza y esperanza, el presidente no te puede pedir eso”, puntualiza.

Al respecto, Estavillo resalta la importancia del principio de la transparencia. Sin embargo, comenta, en materia de seguridad, existen asuntos estratégicos que conviene no revelar, “o no en cierto momento”.

“Todavía no tenemos datos positivos y eso tardará más tiempo”, expuso el catedrático de la UAM.

OTROS ASPECTOS A MEJORAR

Un punto en el que los expertos coinciden es que la frecuencia y la duración de las mañaneras representa un desgaste de la figura presidencial.

“Hay muchas cuestiones para pensar que el ejercicio fuera más efectivo. Esto de proveer una información de calidad que creé, además, un vínculo de credibilidad frente a la población”, comenta María Elena Estavillo.

Por otra parte, la duración y la frecuencia de las mañaneras debería reducirse. Lo que puede traducirse en una mejor preparación de las ponencias.

“Pareciera que el presidente trae algunos mensajes que quiere mandar y esos sí los tiene muy claros, pero también ha ocurrido que de pronto salen temas que sí se nota que no estaban totalmente previstos, que no se traen los antecedentes, los datos precisos, y eso ha generado desinformación”, comentó Estavillo.

En adición, Gómez apunta que ante lo excesivo del formato, las mañaneras tendrían que reducirse, “pero al final del día me parece que sí abona a la libertad de expresión y rendición de cuentas y transparencia en nuestro país, con todo y sus problemas”.

“Ojalá ajustara en términos de hacerlo una vez a la semana, por ejemplo, pero me parece que no va a ir por ahí y él va a seguir con su idea de mantener el control de la agenda pública”.

“Valdría la pena ajustarla a una dinámica que pueda resultar más interesante y más productiva para la sociedad. Que le pueda aportar más a los ciudadanos. Y sí valdría la pena revisar la dinámica y el esquema, temas, información de soporte, inclusive la duración y también la frecuencia”, concluyó María Elena Estavillo.

Se trata de “un formato de más de una hora (que) no ayuda porque es complicado que alguien cuente con el tiempo de sentarse a verla y tomarse un café”, consideró Flores Sánchez.

AJ