Las instalaciones de Ciudad Universitaria se preparan poco a poco para regresar a clases presenciales, sobre todo en Facultades de Química, Medicina y Filosofía y Letras, que ya se realizan trámites de manera presencial.
El campus de una de las universidades más importantes de América Latina deja ver más gente entre los pasillos y en áreas comunes, como "las islas", en donde incluso es posible ver a pequeños grupos de alumnos conviviendo.
Es el caso de unos 15 muchachos vestidos de manera informal, formados con sana distancia a las afueras de la Facultad de Medicina y escuchando, con mucha atención, a una joven con bata blanca y que porta un gafete hecho manualmente, donde se puede leer su nombre: “Yari”.
La Facultad de Medicina organiza recorridos para alumnos. (Foto: Ingrid Sánchez)
“Les recuerdo que este trabajo es un servicio social que estamos haciendo con grupos de ustedes para que conozcan la facultad. Vamos a entrar primero a la biblioteca, que estará abierta entre las 10:00 y las 19:00 horas, aunque sólo se permitirá que haya 60 personas dentro”, les explica Yari, mientras los conduce a la biblioteca de Medicina.
La joven está haciendo su servicio social en la Facultad y parte de sus actividades es dar recorridos a los jóvenes de nuevo ingreso o que hasta ahora no han podido conocer las instalaciones, porque ingresaron a la carrera durante la pandemia.
En el grupo de jóvenes está Esmeralda. Cuando entre a clases, tendrá que hacer un recorrido de una hora y 40 minutos hasta la Facultad de Medicina, pues vive en Nezahualcóyotl, sin embargo, se encuentra emocionada por entrar. “Vine a hacer unos trámites, pero no había recorrido la facultad”, dice con cierta animación. Se reconoce como una joven tímida a quien el contacto virtual le ayudó.
“Podía hablar con los demás y preguntarles cómo les había ido en las clases sin que vieran mi expresión o mi cara, podía prepararme más para ver qué responder”, explica sobre la relación con sus compañeros. A algunos los conoce, pero la amiga que ha hecho a lo largo de estos meses no pudo asistir, por lo que recorre y pone atención a Yari, que continúa explicando cómo está organizada la vida en la facultad.
“Vamos a entrar a la zona donde diseccionamos cadáveres. Eso ya no les tocó porque es para los de primer año. Al final está la conservación de uno de los cadáveres más antiguos de la facultad y la oración al cuerpo del desconocido. No le pueden tomar fotos, por favor”, explica Yari con cierto cansancio. Son las 16:00 ha estado dando esos recorridos desde las 8:00.
La UNAM establece diversos protocolos de seguridad sanitaria para el regreso. (Foto: Ingrid Sánchez)
Esmeralda reconoce que haber cursado todo el primer año de su licenciatura en línea –ingresó en 2020– pudo haber afectado un poco sus conocimientos.
“Siento que algunas materias, como histología, no las aprendí tan bien. Hay profesores que nos dijeron que cuando dieran la clase a otros años, nos van a invitar, pero depende del profesor”, explica Esmeralda, mientras observa con atención un cartel a la entrada de uno de los edificios. Del lado derecho se encuentran los laboratorios y del lado izquierdo los salones.
Explica que no está preocupada por contagiarse de covid-19, pues ya tiene las dos dosis de la vacuna Sinovac, además, le parece que su Facultad ha tomado todas las medidas necesarias para evitar los contagios.
Esmeralda está ansiosa por volver; saber que solo algunos de sus compañeros iniciarán actividades presenciales el próximo 22 de noviembre disminuye su emoción. Comenta que dividieron a su grupo de 50 alumnos en dos grupos de 25. El primer grupo es que el que regresará a clases el próximo lunes; primero la mitad y poco a poco los demás. Ella regresará hasta el 10 de enero, para la segunda parte de su segundo año.
REENCUENTROS ENTRE ALUMNOS
La emoción por volver a las actividades es compartida por dos jóvenes que se ven a unos metros de distancia y corren a abrazarse entre gritos de alegría.
“¡Desde cuándo no nos veíamos?”, le dice una de las jóvenes y la otra que la actualiza inmediatamente: ahora vive en los departamentos que se encuentran a la salida de la facultad de Economía y se le ha hecho un poco tarde para ir a trabajar en una escuela privada, donde da clases de matemáticas.
La otra joven había asistido a realizar un trámite a su escuela e iba de paso. Después de un momento de confusión, en el que intentan despedirse chocando el puño sin acercarse, gritan las dos: “¡Ay no, un abrazo!”, y se abrazan, con todo y cubrebocas.
Los cubrebocas son el común denominador en la gente que está en el campus y los usan todos: el personal de vigilancia que se encuentra a la entrada de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) , los vendedores de tacos de canasta que, como siempre, venden cuando ven que no hay personal de Seguridad UNAM y hasta los que cortan el pasto de "las islas" que, además del cubrebocas, portan careta.
Aunque la universidad aún luce vacía, todo está listo para el regreso. (Foto: Ingrid Sánchez)
“La verdad no nos han dicho cuándo regresan los chavos. Unos dicen que el 19 de noviembre, pero está difícil porque ya mero es y no nos han dicho nada”, dice Coni, una trabajadora de la FFyL que se encuentra en la entrada.
Coni revisa los celulares de los jóvenes que le enseñan que tienen una cita en Servicios Escolares. Detrás de ella se observan unos lavamanos para que las personas entren y se saniticen. Un poco más al fondo se observan las pintas feministas que existen desde el último paro de la Facultad.
El caso de Filosofía y Letras es especial; porque grupos feministas tomaron las instalaciones el 30 de octubre de 2019, según recuerda Mario, otro trabajador. De ahí, estuvo en paro hasta abril de 2020, cuando regresaron la escuela a las autoridades, pero las clases no reiniciaron pues la pandemia ya había cancelado las actividades presenciales.
Así, existen estudiantes que no han pisado su escuela desde octubre de 2019 y, en el caso de los que ingresaron en agosto de 2019 a la universidad, prácticamente no han tomado clases en la facultad.
“Ya van a sexto semestre y no han tomado clases en estos salones”, hace cuentas Rosi, la otra trabajadora que abre y cierra las puertas de la facultad mientras confirma lo que es claro a simple vista: tampoco se han reabierto las bibliotecas, ni la Biblioteca Central ni la Samuel Ramos, de la FFyL.
Solo algunas bibliotecas están abiertas, es el caso de la Facultad de Medicina. (Foto: Ingrid Sánchez)
Y aunque las autoridades de la UNAM han afirmado que se preparan para reiniciar, algunos otros integrantes de la comunidad en CU, como los vendedores de tacos de canasta, se muestran muy escépticos.
“Esto está peor que en semáforo rojo. Todavía en semáforo rojo venía más gente a comprar, pero ahora no hay nada. Las autoridades dicen muchas cosas en redes sociales, pero ni cómo creerles”, cuestiona Luis, quien se niega a dar su nombre real por miedo a sufrir represalias de las autoridades de la universidad, que prohíben que estén vendiendo de manera ambulante.
A un lado de las escuelas, todavía vacías, pasan los camiones del PumaBus, a los que se refirió Yari en su charla a los nuevos estudiantes con una advertencia.
“Los Pumabús son gratuitos, así que no le crean si alguien les dice que paguen con ''pumadólares'', porque no existen”, explicó Yari entre las risas nerviosas de los jóvenes y la abierta carcajada de una estudiante de semestres avanzados que cuenta una anécdota: “Yo le hice esa novatada a unos hace mucho”.
ACZ