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Comunidades cercanas al Tren Maya no están listas para su impacto: ONG

El proyecto detonará la expansión de agronegocios, industria, generación de energía renovable y un “tsunami” turístico e inmobiliario, según estudio

Escrito en NACIÓN el

El proyecto del Tren Maya acelerará en las comunidades de la península de Yucatán por donde pasará, el impacto que desde hace 30 años tiene en la región la expansión de los agronegocios, la industria, la producción de energías renovables y el “tsunami” turístico e inmobiliario, factores articulados por la infraestructura del transporte.

Así lo determinó el estudio El Tren Maya. Un nuevo proyecto de articulación territorial en la Península de Yucatán, elaborado por la organización GeoComunes y el Consejo Civil Mexicano de Silvicultura Sostenible (CCMSS), con base en los pocos documentos que se han dado a conocer sobre el proyecto, explicó a La Silla Rota el geólogo ambiental, Adrián Flores.

De entrada el derecho de vía podría afectar una superficie de alrededor de mil 200 hectáreas a lo largo de su trayecto, si el proyecto llegara a tener 40 metros de extensión a cada lado de donde pase el tren, explicó a La Silla Rota.

Ambas organizaciones presentaron en días recientes un visualizador sobre el crecimiento de los últimos 30 años de los factores mencionados, como la agroindustria, que incluye la producción masiva de palma de aceite, del sorgo y de la caña, además de las naves de producción avícola y agrícola.

“En cuestión de industria lo que mapeamos es la expansión de corredores industriales que se comenzaron a expandir a partir del proyecto de zonas económicas especiales, ya desaparecidas. En el tema de expansión de energías renovables tenemos ubicados todos los parques eólicos y fotovoltaicos que se han instalado, sobre todo al norte de Yucatán.

“En el tema del tsunami turístico e inmobiliario que es una de las partes más impactantes del documento se puede observar el crecimiento de ciudades como Mérida, Playa del Carmen, Cancún, y el crecimiento desde 1985 hasta 2017. Todo el proyecto de expansión de autopista, de gasoductos y líneas de transmisión eléctrica que han permitido la circulación de estos sectores en un solo proyecto territorial”, explicó.

En el caso de la expansión hotelera, la península registra la presencia de 1 mil 516 hoteles, y con la llegada del Tren habría más.

“El Tren Maya podría articular una nueva fase de expansión de estos cuatro factores en la región”.

-¿La región está preparada o no?

-Las poblaciones de la península de Yucatán no solo no están preparadas para los impactos, sino que incluso de alguna manera lo están resintiendo, hay varias organizaciones que están tratando de enfrentar este proceso y esta herramienta sirve para fortalecer esos procesos de defensa de los bienes comunes, contestó el también integrante de Geocomunes.

La herramienta muestra la deforestación sufrida en la región en los últimos 18 años; las concesiones de agua que se han otorgado a particulares; las tierras ejidales que han dejado de ser parte de los núcleos agrarios y que han sido compradas por otros sectores.

A ello se agrega un elemento: un mecanismo para financiar el Tren Maya que ya opera en las grandes ciudades, como ocurrió en la construcción del nuevo aeropuerto de Texcoco, las llamadas Fibras, (fideicomisos en bienes raíces). Se trata de una figura que es la asociación entre el propietario de la tierra e inversor que plantea hacerlos socios, lo que sería el principal mecanismo de financiamiento, ya usado en el nuevo aeropuerto, y que está previsto para el Tren Maya, aseguró.

“Yo pongo la tierra y los capitales internacionales cotizan en bolsa y se asocian con propietarios. Se mete en una mesa de negociación a representantes ejidales con estos señores y los colocan en un contexto desigual. Es peligroso que ingresen en este mecanismo, existe el riesgo de perder la tierra, es entrar a un negocio que los despojó en otros lados”, alertó el investigador.

LOS INCONVENIENTES DEL TREN MAYA

De acuerdo con el documento “El Tren Maya. Un nuevo proyecto de articulación territorial en la Península de Yucatán”, elaborado por Geocomunes y el Consejo Civil Mexicano de Silvicultura Sostenible, el tren inaugurará una nueva forma de impulsar proyectos de infraestructura regional sin contar con estudios técnicos. El documento aclara que el estudio se hizo con lo poco que se sabe del proyecto, lo incluido en la página lopezobrador.org.mx y notas periodísticas.

“Durante los últimos 18 años el impulso a proyectos regionales ocultó toda la información; el proyecto se hacía público en el momento en que se presentaban los estudios técnicos. Esta forma otorgaba a la sociedad civil sólo unas semanas para realizar comentarios sobre el proyecto. El anuncio del Proyecto del Tren Maya sin contar con un proyecto concreto genera incertidumbre y opacidad, pero al mismo tiempo facilita la resistencia y organización frente a un proyecto que aún puede quedarse ahí, como un proyecto”, se lee en el documento, disponible en la página http://ccmss.org.mx/VisualizadorPeninsulaYucatan/.

Uno de los efectos de la articulación ferroviaria de la península será el fortalecimiento de la expansión inmobiliaria que ya ha impactado fuertemente ciudades como Cancún y Mérida, ciudades que entre 2007 y 2018 incrementaron la superficie construida en más de 1.7 millones de metros cuadrados, seguidas de Playa del Carmen (874 mil m2), Chetumal (111 mil m2) y Campeche (59 mil m2).

LAS EXPROPIACIONES QUE VIENEN

Uno de los aspectos técnicos fundamentales para determinar los impactos socio-ambientales del Tren Maya es su velocidad. Con el proyecto del Tren Maya el gobierno pretende aumentar la velocidad por encima de 145 km/h, mientras que los grupos empresariales buscan que las velocidades superen los 175 km/h y, en algunos tramos, incluso los 200 km/h para convertirlo en un Tren de Alta Velocidad (TAV).

“El aumento de la velocidad implica la construcción de vías rectilíneas, cuyos impactos ambientales son mayores y podría significar que en algunos tramos, como el trayecto de doble vía entre Cancún-Playa del Carmen, el tren requiera la construcción de bardas de seguridad que aumentan la segregación social y la fragmentación ecológica, algo que también sucede con las autopistas”.

Incluso si se consideran velocidades más bajas, muchos trayectos que ya cuentan con derecho de vía para carreteras de 40 km/h o con líneas de alta tensión, tendrán que ser modificados: es decir, también en estos trayectos habrá expropiaciones para soportar el aumento de velocidad del nuevo tren.

“Con este discurso, las expropiaciones de tierras son enmascaradas como áreas de desarrollo que permitirían que los ejidatarios se convirtieran en socios capitalistas de los proyectos de despojo. Junto a los corredores de expropiación impulsados por las estaciones del Tren Maya, también podrían incluirse algunos proyectos de reordenamiento territorial anunciados en las imágenes de las estaciones que difundió el gobierno actual, mismas que, hasta ahora, constituyen la principal fuente de información sobre el trayecto del Tren Maya”.

PROYECTO DE INSTRUMENTALIZACIÓN NEOLIBERAL

El Tren Maya es uno de los proyectos estrella de este sexenio. Aún sin proyecto ejecutivo, su sola idea logra eclipsar la complejidad de presiones y conflictos que se acumulan en la zona de la FronteraSur-SurSureste.

“El Tren Maya no es sólo un tren, y no es (ni de cerca) maya. Pero su nombre es sugerente y se alinea bien con los supuestos objetivos del nuevo gobierno: un “desarrollo verde”, que promete repartir la abundancia y derrama económica del turismo de Cancún a todos los rincones de la Península, se lee en el documento.

“En sí mismo, el Tren Maya no es lo más relevante: es el nombre ‘comercial’ de un proyecto mucho más amplio y complejo: el Proyecto de Reordenamiento Territorial del Sur-Sureste. Se trata de un gran proyecto regional conformado por una multiplicidad de otras iniciativas (entre las que se encuentra el Tren Maya, Sembrando Vida, las Zonas Económicas Especiales (ZEE), y el corredor transístmico, hacia un objetivo de largo aliento y aún inconcluso: el control, reparto e instrumentalización neoliberal de territorios y pueblos de la península”.

El estudio plantea que por tanto el foco no debe estar solamente en el Tren Maya y sus vías, sino que debe ampliarse todo el territorio que impactará, así como a la multiplicidad de proyectos de control territorial y extracción de recursos que el mismo articulará.

JGM