La ciudad fronteriza de Tijuana, ubicada en Baja California, es la más violenta del mundo, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal.
¿Las razones?, desde años Tijuana ha sido escenario de enfrentamientos violentos entre bandas del crimen organizado. Desde los ochenta, la plaza había sido conquistada por el Cártel de Tijuana, encabezado por los hermanos Arellano Félix.
Sin embargo, la disputa personal entre los Arellano Félix y el cártel de Sinaloa; liderado por Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, e Ismael Zambada, “El Mayo”; debilitó al cártel de Tijuana, prácticamente desapareciéndolo del mapa delictivo.
Prácticamente, los primeros 15 años del Siglo XXI fueron dominados por el cártel de Sinaloa en materia delictiva.
Sin embargo, para 2015 una nueva organización emergía entre los reflectores de la prensa nacional: el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Formado por “Los Matazetas”, quienes fueron alguna vez brazo armado del cártel de Sinaloa, y “Los Cuinis”, una enorme familia con un marcado antecedente en el crimen organizado.
Poco a poco, el CJNG comenzó a desplazar de algunas plazas al cártel de Sinaloa, así como a los hermanos Beltrán Leyva, organización que se encontraba mermada también por una guerra con “El Chapo”.
De tener su bastión criminal en Jalisco y Michoacán, el CJNG se hizo del control criminal en estados como Colima, Nayarit, Guanajuato, Guerrero, Morelos y hasta Veracruz.
Estos ocho estados, según el gobierno de México, cuentan con la presencia del CJNG, sin embargo, autoridades estadunidenses detallan que en realidad son 22 de las 32 entidades del país.
Entre los estados que ignora la PGR, pero que señala la DEA, está Baja California y, en obvias razones, Tijuana, por donde cruza cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo.
¿Cómo es que “El Mencho” y compañía se hicieron de la plaza, disputarle de tú por tú a la organización de “El Chapo”?
Todo parece indicar que el CJNG hizo una alianza con lo poco que quedaba de los Arellano Félix, quienes conocen el territorio bajacaliforniano, para crear el llamado cártel Tijuana Nueva Generación (CTNG).
Medios fronterizos, tanto estadounidenses como mexicanos, han reportado esta posible alianza desde 2016. Innumerables narcomantas firmadas por el CJNG y el cártel de Tijuana en contra de los de Sinaloa comenzaron a aparecer en esta ciudad fronteriza.
Así, los de Jalisco y Baja California comenzaron a desplazar al cártel de Sinaloa, mismos que se encontraban en una disputa interna por el liderazgo de la organización tras la captura y extradición de “El Chapo”.
Héctor Manuel Morales Guzmán, apodado como “El Gallero”, es identificado como el líder del CTNG.
“El Gallero” es compadre de “El Mencho” y el único antecedente penal que cuenta es el de posesión de armas en 2012.
Según el semanario Zeta, el círculo de “El Gallero” está formado por algunos desertores del cártel de Sinaloa y exmiembros de los Arellano Félix.
Por ejemplo: Jesús Alfonso Trapero Ibarra, “Torrentegui Ramos”, expolicía municipal y exintegrante de los Arellano Félix; Jesús Rafael Yocupicio, “El Cabezón”, desertor del cártel de Sinaloa.
Sin embargo, parece indicar que no todos los miembros de los Arellano Félix estuvieron de acuerdo en unirse con el CJNG.
Mantas difundidas por presuntos miembros del cártel de Sinaloa en Tijuana aseguran que existe una célula disidente que rechaza la unión de los jaliscienses y los bajacalifornianos, creando su grupo de “resistencia” contra el CTNG.
Esta célula desertora adoptó el nombre de cártel de los Arellano Félix y, según medios locales, está liderada por José Ángel Roque García, “El Roque”, y Pablo Edwin Huerta Nuño, “El Flakito”; más su operador David López Jiménez, “El Cabo 20”.
Así, son tres los frentes de esta guerra por el control de la plaza de Tijuana: el CTNG, el cártel de Sinaloa y el cártel de los Arellano Félix.
Desde la incursión del CJNG en Tijuana y la creación del CTNG, en Baja California la violencia ha aumentado 248.83%, según datos oficiales. En tres años los asesinatos pasaron de 899, en 2015, a 3 mil 136, para el año pasado.
rgg