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Banda rumana robó millones en cajeros de destinos turísticos de México

La estafa, ocurrida entre 2014 y 2019, podría sumar mil 200 millones de dólares, según una investigación

Escrito en NACIÓN el

Una organización criminal proveniente de Rumania ha saqueado millones de dólares a través de cajeros automáticos alterados que colocó en destinos turísticos mexicanos como Cancún, en la Riviera Maya, y en otras zonas como Puerto Vallarta, Bahía de Banderas y Baja California.

Esto de acuerdo con una investigación publicada este miércoles y realizada en conjunto por el Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP, por sus siglas en inglés), Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y la organización Quinto Elemento Lab.

El comienzo de esta operación se remonta a marzo de 2014, momento en el que la organización rumana, a través de la empresa fachada Top Life Servicios, obtuvo un contrato con Banco Multiva para instalar estos cajeros automáticos marca Intacash.

"Multiva es parte de un conglomerado operado por Olegario Vázquez Aldir, miembro de una de las familias más adineradas de México y designado en 2018 en el consejo asesor empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador", detalló la investigación.


Con estos cajeros turísticos, reveló la investigación conjunta, fueron clonadas las tarjetas de turistas para robarles dinero.

"Algunas de las tarjetas clonadas en México eran utilizadas para sacar el dinero en otros países. Los skimmers y recaudadores de la banda operaban en Indonesia, India, Barbados, Granada, Paraguay, Brasil, Japón, Corea del Sur y Taiwán", apuntó la investigación.

La estafa, continúa, se extendió hasta mediados de 2019, por lo que el monto de lo robado a través de dichos cajeros podría sumar hasta mil 200 millones de dólares.

La investigación también apunta que las autoridades de Estados Unidos, Rumania y México identificaron a Florian Tudor como presunto líder de la banda, pero el empresario ha negado estas acusaciones, argumentando que el señalamiento es porque se negó a ser extorsionado por autoridades policiacas.

Tudor, manifiesta la investigación, tiene vínculos con personas ligadas a políticos de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), así como con exgobernadores, gobernadores y secretarios de Estado.

Blanqueando las ganancias

La banda solía usar servicios como Western Union y Moneygram para blanquear su dinero en efectivo o, como en el caso de las detenciones en Barbados, para asistir a su gente en aprietos. Empleaban a gente cualquiera para enviar o recibir cantidades relativamente pequeñas de dinero y así no hacer saltar las alertas anti-blanqueo.

Eduardo Costel, de 29 años, trabajaba en la construcción de una casa cuando Rebeca Tudor, la mujer del Tiburón, se le acercó a él y a sus 10 compañeros. “Nos pidió recibir a través de Western Union algo de dinero enviado por su marido desde México ya que ella no podía recibir el montante completo, que era grande. Ella necesitaba el dinero para acabar la construcción de su casa. Aceptamos y cada uno de nosotros recibió un trozo de papel con códigos de transferencia de fondos (MTCN en inglés). Yo retiré 3.000 euros de una agencia de Western Union y cada uno de los chicos retiró entre 2.800 y 3.000 euros. Cada uno obtuvo 100 leis rumanos (unos 20 euros)”.

Ese escenario se repitió una y otra vez. El dinero llegaba a través de Western Union no solo de México, sino también desde Estados Unidos y otros países. Trabajadores, estudiantes, maquilladoras, desempleados e incluso sacerdotes fueron solicitados para retirar dinero de Western Union para la banda de la Riviera Maya.

El dinero no siempre se quedaba en Rumanía. Viorel Ciortan, 47, un sacerdote ortodoxo que fue empleado por la banda no solo recibió fondos sino que envió dinero a varios países en beneficio de los criminales.

“Tengo que decir que no me quedaba nada del dinero que recibía. Repetidamente mandaba dinero a países extranjeros. Ellos me daban el dinero y me indicaba la persona que debía recibirlo. Yo no sabía cuál era la fuente de ese dinero. Ellos me ayudaban ocasionalmente con pequeñas cantidades cuando se lo pedía”, dijo Cioran en un testimonio firmado entregado a la fiscalía rumana.

Esto era solo parte de la operación de blanqueo de dinero y, según la policía rumana, la banda continuaba enviando dinero escondido en marcos de cuadros, paquetes de DHL, escondiéndolo en autos que exportaban de un lugar a otro o simplemente cruzando fronteras con grandes cantidades de dinero.