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Así le “tendieron la cama” a Cienfuegos en el aeropuerto de EU

Paso a paso, Cienfuegos fue vigilado por autoridades estadounidenses cuando arribó al aeropuerto de la CDMX para viajar a Los Ángeles

Escrito en NACIÓN el

El general Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fue cazado por la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de forma tan cautelosa que ni siquiera se dio cuenta.

Desde que llegó al aeropuerto de la Ciudad de México para ir a Los Ángeles, Estados Unidos, el general fue seguido de cerca por autoridades estadounidenses, así lo relata en su columna Carlos Loret de Mola.

Antes de abordar al avión, un hombre le tomó fotos de forma discreta. Luego se subió al mismo vuelo pero en primera clase, el general y su familia iban en clase turista. 

El viaje ocurrió sin incidencias. Cuando Cienfuegos llegó a Los Ángeles durante el trámite habitual en migración y aduanas un hombre se acercó amablemente al general y su familia, les preguntó si viajaban juntos y les pidió que lo acompañaran, relata Loret de Mola.

“Aquello parecía mucho más una cortesía para quien fuera un alto funcionario, condecorado por el gobierno estadounidense, que el inicio de la aprehensión”, escribe el periodista.

La familia del general fue llevada a una sala VIP, mientras que Cienfuegos fue llevado a otra habitación donde le informaron que había una orden de aprehensión en su contra por narcotráfico. “Le habían tendido la cama”.

Cienfuegos no volvió a ver a los suyos, solo alcanzó a decir a su esposa que realizara un par de llamadas clave a gente cercana para pedir ayuda.

Un mes y tres días después, luego de la intervención del gobierno de López Obrador, Cienfuegos fue liberado y repatriado a México sin, hasta el momento. ninguna orden de aprehensión en su contra. 

Loret de Mola asegura que Luis Crescencio Sandoval fue quien convenció al presidente de rescatar al general. 

“Sería difícil pensar que Cienfuegos se hubiera coludido con el narco y Sandoval nunca hubiera sospechado. Sería difícil pensar que Cienfuegos intercambiara miles de mensajes por celular con un operador del crimen organizado sin que tuviera noticia de ello Sandoval”, escribe el periodista.

Sandoval expuso al presidente quien era, a su juicio, Cienfuegos y porque era inocente de los cargos que se le imputaban y por qué había que intervenir a su favor.

Entonces, relata Loret, López Obrador utilizó todo el capital político que acumuló con Donald Trump para rescatar a Cienfuegos. 

Intervino el canciller Marcelo Ebrard de lado de México y el fiscal estadounidense, William Barr, así como el yerno del mandatario estadounidense, Jared Kushner, de lado de Estados Unidos.

Hoy, Cienfuegos descansa en su casa con los cargos de narcotráfico en su contra prácticamente olvidados por la ley.