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Así fue como Buenrostro halló la clave para "minar" a las farmacéuticas

Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda, narra cómo el gobierno federal dio solución al desabasto de antirretrovirales para pacientes de VIH en abril de 2019

Escrito en NACIÓN el

Raquel Buenrostro, como titular de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público “minó” el poder de mercado de las empresas farmacéuticas, aseguró el ex secretario de la SHCP, Carlos Urzúa.

Ello, en referencia a la solución que se dio al desabasto de antirretrovirales para pacientes con VIH reportado en abril de 2019 que afectó a más de 100 mil personas.

“Tanto en México como en Estados Unidos o en la Conchinchina, las industrias farmacéuticas tienen un gran poder de mercado (...) puede haber inclusive empresas farmacéuticas cuyo comportamiento acabe rayando en lo inmoral, al poner en riesgo vidas humanas a sabiendas” escribe Urzúa en su columna para El Universal, donde señala que algunas firmas del ramo tienen “una cultura empresarial muy agresiva cuando de ventas o acopio de medicinas se trata”. 

En cuanto a la falta de los medicamentos, Urzúa narra que aún como secretario de Hacienda, recibió en su oficina -junto con Buenrostro, hoy titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud- a “los dos mejores infectólogos mexicanos: Gustavo Reyes, en ese entonces miembro del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, y Juan G. Sierra, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición”. 

“En los hospitales públicos había ya pocos medicamentos (...) la compra de las medicinas se había complicado porque muchos de los médicos expertos en la enfermedad insistían en que debían comprarse más de treinta diferentes inhibidores del Virus de Inmunodeficiencia Humana, para poder hacer cientos de combinaciones (“cocteles”) con ellos”.

Sin embargo, continúa el ahora profesor titular del Tec de Monterrey, Buenrostro precisó que la problemática era que muy pocas farmacéuticas tenían que producir una gran cantidad de estos inhibidores, por lo que las licitaciones en torno resultaron infructuosas, al exigir las empresas un pago significativamente mayor al que se tenía presupuestado. 

No obstante, los expertos explicaron a los funcionarios que “no se requieren tantos cocteles para enfrentar los diversos cuadros de la enfermedad” y aseguraron que tanto ellos como investigadores de Brasil y de la Organización Mundial de la Salud, podían demostrar que el número de inhibidores requeridos era de un solo dígito y que casi todos ellos, excepto por dos, podían ser genéricos. 

“Recuerdo cómo, al escuchar esto, la cara de Raquel Buenrostro se iluminó de inmediato: allí estaba la clave para minar el poder de mercado de las empresas”, precisa Urzúa.

Menos de una semana después de aquel encuentro, se pudieron comprar todos los medicamentos requeridos, además de que se logró un ahorro de mil 740 millones de pesos. 

“Pero la historia no termina ahí. Habiendo comprobado la importancia de tener el consejo de médicos expertos y neutrales, la Oficialía Mayor y la Secretaría de Salud replicaron el proceso al adquirir los medicamentos para tratar a pacientes con Hepatitis C, así como a pacientes hemofílicos”, concluye.



(diego joaquín)