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Ante la falta de dinero, no les quedó remedio más que emprender

A Paulina Ramírez, la pandemia de covid-19 no la detuvo y se aventuró a abrir La Cochina Mexicana junto con su esposo y su hermana

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“En realidad sí hubo miedo, pero lo que más teníamos eran ganas de estar creciendo y eso es lo que nos está ayudando en el negocio, el echarle ganas”, enfatizó Paulina Ramírez, a quien la pandemia de covid-19 no la detuvo y se aventuró a abrir La Cochina Mexicana junto con su esposo y su hermana.

El coronavirus redujo un 80% los ingresos de esta familia. Paulina es dentista y dejó de trabajar casi tres meses, su esposo Sergio López labora en el sector turístico y también se vio afectado, mientras que su hermana Mariana Ramírez es periodista y en varias publicaciones le dijeron que ya no le podían pagar.

Esta situación hizo que las hermanas Ramírez Chávez se decidieran a poner en marcha el negocio que siempre habían soñado. Así surgió La Cochina Mexicana, en donde los clientes pueden disfrutar de pozole y cochinita pibil elaborados con la receta de la familia. Actualmente sólo tienen servicio a domicilio los sábados y domingos y las zonas donde hacen la mayor parte de las entregas son en Coyoacán y Tlalpan.

Aunque llevan menos de un mes, promocionarse en redes sociales les ha ayudado, porque tienen alrededor de 40 clientes al día. Además, los comensales los han recomendado con otras personas, así ha crecido el negocio.

“Tanto el pozole como la cochinita tienen un buen sabor y es lo que nos está haciendo diferentes en el mercado frente a otros que a lo mejor tiene el mismo producto, pero no tienen ese toque que nosotros le ponemos que es pasión, entrega, dedicación y sobre todo amor al momento de preparar los alimentos. Gracias a Dios estos tres fines de semana nos ha ido muy bien, ha ido incrementando la cartera de clientes”, destacó Sergio.

EL DINERO, EL PRINCIPAL RETO PARA INICIAR

Esta familia siempre había querido iniciar un negocio, ahora la necesidad por el impacto económico de la pandemia les dio la oportunidad de hacerlo, pero no todo fue tan fácil, ya que el principal reto fueron los recursos para comenzar.

“El principal obstáculo fue el dinero, porque la verdad tuvimos que pedir prestado a nuestros papás para poder impulsarnos. Ahora, poquito a poquito empezamos a volver a meter lo que vamos ganando”, dijo Mariana.

Enfatizaron que sus padres son una pieza clave de La Cochina Mexicana, porque siempre los impulsan y les dicen que todo va a salir bien, incluso les dan consejos y hasta se ponen en el lado del cliente para ver en qué pueden mejorar.

Al ser cuestionada sobre si tuvieron temor de animarse a empezar un negocio en plena pandemia, Paulina respondió: “Sí, muchísimo, porque al final es una inversión que estamos haciendo, a lo mejor no muy grande como en otros negocios, de poner un local o contratar empleados, pero es una inversión y ahorita en esta época lo que necesitamos es generar, no estar perdiendo”.

Mariana comentó que empezaron con pocas expectativas por la situación económica actual que ha afectado a toda la población de alguna manera, pero han tenido buena aceptación en los clientes y algunos hasta les han comprado varias veces.

“Lo que buscamos es expandir el negocio, si ya nos funcionó en un lado tenemos esa mentalidad de crecimiento, de que podamos a largo, mediano y corto plazo invitar a gente a crecer con nosotros dentro de esta marca”, enfatizó Sergio.

Aunque surgió en este contexto de crisis económica y de salud por el coronavirus, esta familia ve su negocio como un proyecto a largo plazo, les gustaría que siga creciendo y contratar empleados. “Yo sí me imagino teniendo un local, ya poder recibir a comensales y obviamente seguir con la política de servicio a domicilio”, expresó Mariana.

(MJP)