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AMLO y Trump, del “no pasa nada” a la preocupación por covid-19

Los presidentes desestimaron el virus y ahora, con la epidemia en sus países cambian totalmente el discurso.

Escrito en NACIÓN el

El coronavirus (covid-19) ha infectado a prácticamente todo el mundo, superando un millón de infectados y las 50 mil muertes.

Actualmente, Estados Unidos es el epicentro de la pandemia con más de 230 mil casos y 5 mil 300 muertes, es decir, una cuarta parte de los infectados y más del 10% de los fallecidos a nivel mundial. 

En tanto, México ha corrido con mejor suerte, sumando apenas mil 510 casos de covid-19 y 50 muertes. 

Sin embargo, lo que une a estos países ha sido la postura de sus mandatarios, Andrés Manuel López Obrador en México y Donald Trump en Estados Unidos.

Primero, los presidentes desestimaron el virus y ahora, con la epidemia incrustrada en sus países cambian totalmente el discurso. 

El 22 de enero, un poco antes de confirmarse el primer caso de coronavirus en Estados Unidos, Trump aseguró que, ante la pandemia, todo estaba bajo control y que sólo había un sospechoso que había viajado de China.

Ya con el caso confirmado, Trump escribió en su cuenta de Twitter: "China ha estado trabajando muy duro para contener el coronavirus. Estados Unidos aprecia enormemente sus esfuerzos y transparencia. Todo saldrá bien".

El 30 de enero, los casos en tierras estadounidenses ya eran cinco, situació que Donald calificó como “un pequeño problema”.

Para el 11 de febrero, Estados Unidos ya sumaba 11 casos y Trump dijo que en abril todo se irá “milagrosamente” por el calor, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) había dicho que ningún clima afecta al coronavirus.

Por su parte, en México, el primer caso confirmado fue el 28 de febrero. Cinco días después, con cinco casos confirmados por coronavirus en el país, López Obrador llamó a la sociedad a abrazarse, pues “no pasa nada”. 

Posteriormente, Andrés Manuel utilizó el virus para criticar a sus adversarios políticos: “Ya sabía yo, van a empezar a decir que no hay información, que no se está haciendo nada, que se está menospreciando el problema, porque es hasta lamentable que quieran que nos infectemos”, dijo el 11 de marzo pasado.

Luego, el 15 del mismo mes aseguró que nada, ni las pandemias, va a dañar su proyecto de nación. 

El 18 de marzo, cuando los casos ya sumaban los 118 en México y las autoridades de la Secretaría de Salud pedían a la población evitar los contactos y aumentar la higiene para evitar el contagio, el presidente mexicano decía en su conferencia mañanera que utilizaba amuletos religiosos para protegerse del covid-19.

"''Detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo''. Pero no hay ni siquiera enemigos, son adversarios. No tengo enemigos ni quiero tenerlos”.

Y mientras la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya decidía suspender clases por el coronavirus, López Obrador siguió realizando giras por todo el país y eventos multitudinarios. 

Por si fuera poco, Andrés Manuel hacía finales de marzo aún llamaba a la población a salir y comprar en negocios locales para que la economía no se viera afectada por la pandemia. 

En Estados Unidos, fue a partir del 11 de marzo que Trump comenzó a cambiar el discurso ante el coronavirus: "Los números de hace una semana eran grandiosos, pero ahora tocamos un bache. Y tendremos que hacer algo para deshacernos de esto, deshacernos de este virus lo antes posible y de la forma más segura posible".

Luego, Washington restringió prácticamente todos los vuelos provenientes de Europa, a donde se movía el epicentro del virus. 

Fue entonces cuando el gobierno de Estados Unidos decretó emergencia nacional por el coronavirus y aseguró que se tenían avances importantes para la fabricación de una vacuna en contra del virus. 

En un par de semanas, Estados Unidos registró más casos que China de coronavirus y al poco tiempo ya se ha vuelto el epicentro de la pandemia. Su economía se ha visto golpeada y suman casi 10 millones de desempleados. 

Mientras, el discurso de López Obrador cambió hasta que fue declarada la emergencia sanitaria en el país y el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell hizo un llamado la población de cumplir las medidas para el combate al virus pues era nuestra “última oportunidad”. 

Entonces, Andrés Manuel llamó a la población a quedarse en casa y así evitar que el sistema de salud se vea rebasado por la epidemia. 

Actualmente, el presidente mantiene sus conferencias matutinas diarias y eventos por todo el país, pero sin multitudes. 

Aunque las cifras de empleo no han sido actualizadas, la tasa de desocupación -que ya iba a la baja en los últimos meses- puede atenuarse, mientras que la recesión es prácticamente un hecho.

 

(Rodrigo Gutiérrez)