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AMLO se entrega a la verbena y al ritual del copal

Tras recibir el bastón de mando de los pueblos originarios enlista las promesas que ofrece cumplir ante la multitud

Escrito en NACIÓN el

El protocolo de San Lázaro queda atrás. El Zócalo es literalmente una verbena donde Andrés Manuel es arropado por la multitud.

Al mismo tiempo porta la banda presidencial que le confiere el poder legal y el bastón de mando de los pueblos originarios.

En el Zócalo se lleva a cabo una ceremonia ritual única, nunca antes vista, con los gobernadores indígenas.

El presidente se deja rociar de copal y recibe collares sacramentales. Luego, sin mayor problema se hinca y sigue con la ceremonia indígena.

"Ya llenaron de chingaderas al viejito", dice con cariño un ciudadano, lo que provoca las risas entre un grupo de personas.

Una mujer indígena le dice a López Obrador mientras le da el bastón de mando "queremos ser tomados en cuenta en los planes, y los pueblos entregamos nuestra confianza y compromiso".

Y agrega: "tenemos mucha esperanza de que me vivirá una transformación".

López Obrador levanta con la mano derecha con el bastón de mando y comienza el grito de "es un honor estar con Obrador", le sigue el "se ve se siente, tenemos presidente" y cierran con el "presidente, presidente".

Se dirige al micrófono y comienza con frases para conectar con los asistentes al zócalo: "no mentir, no robar y no traicionar al pueblo", "por el bien de todos primero los pobres" y "arriba los de abajo".

"Hablé en el Congreso del antiguo régimen y de la nueva política para  hacer realidad la Cuarta Transformación", dice López Obrador y arranca los aplausos de la gente.

"Lo resumo en una frase: una modernidad desde abajo y para todos", promete.

Comienza a delinear su plan de gobierno, una réplica de sus propuestas de campaña: duplicar el salario mínimo, aumentar las pensiones, becas para estudiantes, suprimir privilegios a funcionarios, el tren maya, el aeropuerto de Santa Lucía, los árboles maderables, construcción de la refinería, revocación del mandato, la Constitución Moral, y demás.

"Van 27 puntos y son 100,  me van a esperar", anuncia López Obrador, y enseguida una voz femenina responde con un "te hemos esperado 12 años".

Después de cada punto vienen los aplausos, así uno tras otro.

De pronto López Obrador aparta los ojos de su discurso e improvisa para pedir paciencia porque "nos dejaron un país en quiebra".

Sólo hay cuatro revelaciones nuevas: el avión presidencial estará al mejor postor el lunes en una sala de exhibición de la empresa Boeing para su venta; que "los combustibles sólo van a aumentar lo  que aumente la inflamación"; y que revivirá el informe en el Congreso, "yo voy a tener diálogo".

La más sorpresiva, anunció la fecha para la consulta de revocación de mandato: 1 de julio de 2021.

"Ya terminé con los 100 puntos. Unas palabras más. Los invito a que ayudemos todos a hacer realidad estos compromisos", solicitó a los asistentes.

Han pasado casi dos horas de López Obrador en el micrófono, pero nadie se mueve de su lugar.

Sin soltar el bastón de mando anuncia que además del informe anual ante el Congreso de la Unión, también realizará un informe y una revisión de los 100 puntos en el zócalo.

Y lanza las frases para que no lo dejen sólo en el gobierno: "No habrá divorcio entre pueblo y gobierno. Los necesito", "sin ustedes no valgo nada. Yo no me pertenezco"; y "primero muerto que traicionarles".

JGM