Científicos advirtieron que los recortes al presupuesto a laboratorios e institutos que funcionan con fondos federales son una amenaza al futuro de la investigación en México.
Un artículo publicado en la revista estadounidense Science señala que la inicialmente cálida relación entre la comunidad académica y el nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador, se enfrió decididamente.
El paquete de medidas de austeridad implementadas el 3 de mayo incluyeron una disminución de 30% de combustible para automóviles y suministros para oficinas, igualmente que una reducción del 50% en fondos para viajes internacionales y pagos a trabajadores contratados.
En campaña presidencial, López Obrador prometió apoyar la ciencia y la tecnología. Sin embargo, en los primeros meses de su mandato se ha lanzado contra de lo que llama la “burocracia dorada”, es decir, de servidores públicos que utilizan dinero público para darse una vida de lujos.
(En la comunidad científica de México permanece) una atmósfera general de pesimismo”, acusó José Luis Morán López, físico del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
“La ciencia nunca ha sido bien apoyada en México”, señala la biofísica Marcia Hiriart Urdanivia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien agrega que la situación actual “podría ser fatal”.
Las medidas de austeridad anunciadas en diciembre pasado, vinieron de la mano de un recorte de alrededor del 12% de los fondos con los que contaba el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Muchos científicos quieren que la corrupción desaparezca y apoyaron a López Obrador en la elección de hace un año. No obstante, ahora muchos de ellos se encuentran profundamente decepcionados, acusa Science Magazine.
La comunidad científica quiere ser parte del cambio y la transformación que México necesita, pero para eso, necesitamos recursos”, afirmó Fernando Fabián Rosales Ortega, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísico, Óptica y Electrónica (INAOE), instituto que ha despedido a 20 experimentados miembros de staff y recortado fondos para viajes.
Muchos científicos señalan que la reducción del apoyo provocará que los investigadores mexicanos dependan más de los apoyos extranjeros, lo que provocaría que en algún momento que emigren.
Investigadores cuestionan también el nuevo enfoque en problemas sociales que promueve Elena Álvarez-Bullya, la directora del Conacyt, quien señala que la austeridad no está diseñada para obstaculizar a científicos, sino que está dirigida a los privilegios como los bonos a los actuales y antiguos jefes de institutos de investigación.
Inicialmente, el plan de austeridad incluía una medida que marcaba como necesaria para todos los servidores, incluyendo científicos, de contar con la aprobación del presidente para viajar al extranjero.
¿Cómo se supone que el presidente firmará tu permiso para viajar a una conferencia?”, se preguntó Edna Suárez-Díaz, una bióloga de la UNAM. “Creía que se trataba de una noticia falsa”.
Después Álvarez-Buylla aclaró que esa medida sólo aplicaba a burócratas de alto nivel. “Todo estaba claro desde el comienzo”, afirmó.
Los investigadores también se han sentido afectados por el aparente desdén que el presidente López Obrador muestra hacia su trabajo, como cuando describió una “mafia” corrupta en la comunidad científica que presuntamente se aprovechaban de los recursos federales.
Lo anterior llevó a que casi 5 docenas de investigadores, organizados bajo el nombre de ProCienciaMX, escribieran una carta abierta para negar los cargos de corrupción y pidiendo un aumento en la transparencia y el apoyo a la ciencia.
A pesar de que algunos científicos reconocen que el gobierno aparentemente se retractó en el tema de los viajes al extranjero, afirman que algunos meses o años de austeridad puede afectar a la ciencia mexicana.
Si no damos la vuelta pronto, el barco comenzará a hundirse”, comentó Sabino Chávez Cerda, un físico óptico del INAOE.
cmo