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Acoso, discriminación y nepotismo: el caos del programa Cátedras Conacyt

El Consejo tiene abiertos juicios laborales por despidos injustificados, 55% de ellos son de mujeres

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“Yo pienso que he vivido lo peor del sistema, que es la violencia de género, la normalización de la violencia,  que es cuando una mujer te dice tú tuviste la culpa y aguántate y hasta la mafia que hay en el sistema que se protegen entre ellos y nadie hace nada”, enfatizó Sofía, quien a mediados de 2020 fue despedida injustificadamente del Programa de Cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). 

Las mujeres representan más de la mitad de quienes han sido despedidos del Programa de Cátedras del Conacyt,  ahora Investigadoras e investigadores por México. Además de que aseguran que fue de manera injustificada, el proceso se cruzó con acoso, discriminación y violencia de género. 

La Silla Rota entrevistó a cuatro investigadoras, quienes pidieron mantener su identidad en el anonimato porque están en medio de un procedimiento legal contra el Consejo, pero relataron todos los problemas que enfrentaron al quedarse de un día para otro sin su fuente de empleo. 

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De acuerdo con el Informe de Autoevaluación del Conacyt de enero a junio de 2020, el Consejo tiene abiertos 151 juicios laborales relacionados con el Programa de Cátedras por despidos injustificados, 83 de ellos son de mujeres, es decir, el 55 %. 

El Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras Conacyt (Siintracatedras) tiene el registro de al menos 44 catedráticos despedidos, entre 2019 y 2020, y también el 55 % son mujeres. 

El Programa de Cátedras surgió en 2014 y quienes forman parte de él tienen un contrato por tiempo indefinido con el Conacyt, que los coloca en alguna institución para que desarrollen un proyecto. 

En algunos de los casos, las investigadoras recibieron vía telefónica la noticia de que les rescindieron el contrato, pero a otras les avisaron a través de correo electrónico. 

Tal es el caso de Sofía, quien en junio de 2020 escuchó sonar su teléfono, al otro lado de la línea se encontraba el ex subdirector de Evaluación y Seguimiento de Conacyt para avisarle que ya no le iban a pagar porque le rescindieron el contrato. 

La justificación fue que no aprobó la evaluación, pero el problema iba más allá, ya que quien la calificó era el mismo hombre que la hostigó sexualmente por años. Relató que el Conacyt tenía conocimiento de la violencia que sufría de parte de su superior en la institución donde estaba y nunca atendió la denuncia. 

Por el contrario, la revictimizó, porque cuando solicitó que le hicieran una segunda evaluación, quienes analizaron su caso eran personas cercanas a quien la hostigó y nuevamente le dieron resultado negativo. 

Sofía señaló que el Conacyt actuó de forma irresponsable en su caso y por eso exige que la reinstalen y le den los sueldos caídos de más de un año de trabajo perdido. 

Después de haber vivido todo esto, ella considera que para el Conacyt fue más fácil despedirla que protegerla del hostigamiento que sufrió. “Sí, definitivamente eso fue lo que optaron, ya para qué nos metemos en más problemas, mejor ya de una vez le rescindimos el contrato”, dijo.  

A MARIANA LA DESPIDIERON A SEMANAS DE TENER A SU BEBÉ 

A mediados de 2020, Mariana también recibió una llamada del Conacyt en la que le informaron que le habían dado una evaluación negativa tanto a ella como a la institución en la que estaba. 

El aviso le cayó como balde de agua fría, pues ella había cumplido con todos los requerimientos que le solicitaba Conacyt para poder continuar en el programa de Cátedras. 

La preocupación de Mariana fue mayor porque estaba solo a unas semanas de que naciera el bebé que estaba esperando. 

“Yo lo considero así (despido injustificado) por dos temas: uno, porque justo estaba en embarazo y cuando me avisan yo había metido ya mi incapacidad para el parto; por otro lado, el tema de covid, que entraba en ese momento, y por otro, el absurdo de que todas mis evaluaciones habían sido positivas, nunca hubo evaluación negativa”, destacó.

El despido injustificado afectó laboral y personalmente a la investigadora, quien contaba con Cátedras como una fuente de trabajo.

“Yo más bien digo que a mí me afectó en que justo me dejaron de pagar cuando iba a tener al bebé y es un golpe tanto a nivel financiero como a nivel psicológico porque me quedé sin trabajo. Entonces para mí ha sido muy difícil”, declaró. 

DIANA EXIGE QUE LA REINSTALEN, TRAS AÑOS DE ANGUSTIA 

“Yo creo que pedir que me regresen estos años de angustia, de todo lo que me han hecho vivir, sería lo justo, pero me conformo que se apeguen a lo legal, no pido más”, enfatizó Diana. 

Además de enfrentar que le rescindieran el contrato, ella también sufrió la agresión y la discriminación de quien le dio la noticia. Relató que cómo sus otras compañeras, le llamaron por teléfono, pero le pidieron que fuera a las oficinas. 

No quisieron decirle la razón de que la citaran, pero al llegar le informaron que ya no formaba parte de Cátedras porque no consiguió entrar al Sistema Nacional de Investigadores, esto a pesar de que otros científicos estaban en la misma situación y siguieron en el programa. 

En ese momento, “Diego Axel (López Peláez, subdirector de Evaluación y Seguimiento) me dijo renuncie, qué vergüenza que sepan que la despedimos por no quedar en el SNI, no le da vergüenza. Me sentí muy agredida, yo le dije no, si me va a despedir, despídame conforme a la ley”. 

Esta noticia derrumbó el mundo de Diana, quien había cambiado toda su vida para adaptarse a Cátedras y de pronto se encontró sin empleo, con una hipoteca y con hijos que mantener y cuidar, por lo que tardó un tiempo en recuperarse. 

Tras varios años de lucha para exigir que la reinstalen, Diana ha visto que en la lista de despidos se han sumado muchas otras investigadoras de Cátedras, por lo que cree que esta situación cruza también por un tema de género. 

“Definitivamente sí, está un poco marcada esa parte de que algunas somos madres, nunca fue una justificación para el trabajo, pero sí he visto, he vivido, que en algún sentido traemos como eso en la frente es mamá, tiene prioridades por encima del trabajo y por supuesto que sí tendría que ser lo razonable, pero sí considero que tiene que ver en esta parte que somos más mujeres despedidas que hombres”, destacó.

A Ximena también le rescindieron el contrato por no haber logrado ingresar al SNI, pero a ella le avisaron por correo electrónico. 

“Yo no lo podía creer, porque como mi evaluación fue positiva, las dieron en abril, yo di por hecho que no aplicaba la sanción por el tema del Sistema Nacional de Investigadores. Claro que me deprimí, sentí mucha angustia”, expresó. 

Explicó que en el correo que recibió el año pasado le indicaron que le llegaría una notificación a su casa, pero nunca apareció. 

Ante esta situación, ella pide “la reinstalación, porque yo de verdad estaba muy contenta, yo creo que mi desempeño ha sido bueno y tanto la institución de recepción como yo estábamos muy contentos con el trabajo”. 

*Los nombres de las investigadoras fueron cambiados a solicitud de las entrevistadas, para no afectar el proceso legal.

 

 

 

(djh)