El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, aceptó que se le extradite de Guatemala a México. Previamente calificó de infundada, ligera, vaga e imprecisa la acusación en su contra y aseguró que los oficios que presentan como prueba del supuesto desvío de recursos no fueron firmados por él, sino por otros funcionarios.
El exmandatario arribó este martes a la sede de un Tribunal de Guatemala para una nueva audiencia, luego de ser trasladado desde la cárcel de Matamoros, donde se encuentra recluido desde el mes de abril pasado.
Al veracruzano se le pudo ver con la barba crecida y, como en la audiencia previa, no se cansó de repartir sonrisas durante el proceso judicial, incluso al final se dio tiempo de despedirse de los jueces que llevan su caso, así como de los miembros de la prensa.
Javier Duarte negó todas las acusaciones en su contra, mientras que el juez Saúl Martínez indicó que de inmediato se acoge la solicitud de extradición del gobierno de México del ex mandatario veracruzano.
“He determinado allanarme para enfrentar la justicia en mi país. Acepto la extradición que el gobierno fallido está haciéndome”, dijo el exgobernador veracruzano.
Una de las imputaciones que consideró imprecisa fue el uso de un helicóptero cuando ya no era funcionario, así como la transferencia de un monto de dinero entre dos cuentas del gobierno.
En la comparecencia previa, el exmandatario estatal pidió esperar a la llegada de la solicitud de extradición para poder decidir si acepta o no dicho proceso. Si se opone, se dará inicio a una investigación para determinar si es posible enviarlo de regreso a México.
El juez a cargo de la audiencia de Javier Duarte de Ochoa solicitó al abogado Pablo Campuzano de la Mora, de origen mexicano, no participar en el proceso dado que no se encuentra acreditado ante el Colegio de Abogados de Guatemala.
Campuzano argumentó que sólo asesoraría a la defensa de Duarte, pero se le conminó a observar la audiencia desde otro lugar y limitarse a escuchar.
lrc