El martes 12 de febrero del 2019 pasará a la historia como el día en que un jurado federal de Brooklyn, Nueva York, declaró culpable a Joaquín “El Chapo” Guzmán, por 10 cargos penales en torno al tráfico de drogas.
En específico, el fallo señala a Guzmán Loera de ser el principal operador de una empresa criminal de larga vigencia (Cártel de Sinaloa), dentro de la acusación que incluyen 26 violaciones relacionadas con las drogas, y una conspiración para cometer asesinato, de acuerdo a un informe del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
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El documento enviado por la embajada de EU en México, detalla que la sentencia de cadena perpetua que enfrentará Guzmán Loera, se determinó tras 12 semanas de juicio en el que se reunió el testimonio de 14 testigos; decomisos de narcóticos que superan los 130,000 kilogramos de cocaína y heroína; decomisos de armas que incluyen AK-47 y lanza granadas; archivos de contabilidad; mensajes de texto; videos; fotografías y grabaciones interceptadas, todos los cuales detallan la actividad narcotraficante de Guzmán Loera y sus cómplices, a lo largo de un período de 25 años, desde enero de 1989 hasta diciembre de 2014.
Las claves que llevaron al jurado a determinar la culpabilidad del capo son:
Narcotráfico
En referencia a las actividades relacionadas al trasiego de sustancias no legales, se apunta que -bajo el comando de "El Chapo"- el cártel de Sinaloa transportó decenas de miles de kilogramos de narcóticos desde Centro y Sudamérica para distribuirlas en los Estados Unidos. Entre los métodos usados por la organización para transportar las drogas se cuentan submarinos, aviones de fibra de carbono, trenes con compartimientos secretos y túneles transnacionales.
Cabe destacar que una de las mayores incautaciones de drogas que se dirigía al país vecino del norte involucró más de 7 toneladas de cocaína escondida en latas de chiles jalapeños.
Asimismo, en las grabaciones incriminantes presentadas ante el jurado, se escucha la voz de Guzmán Loera hablando sobre actos de corrupción y violencia. Las llamadas incluyeron al capo hablando en clave sobre envíos de metanfetaminas a Los Ángeles, Minneapolis, Ohio y Tucson.
Red de Comunicaciones
Durante los meses en que se extendió el juicio, se evidenció una sofisticada red de comunicaciones encriptadas con la que “El Chapo” operaba su red global de narcotráfico. Al respecto, un ingeniero en tecnología de información dijo en testimonio que recibió un millón de dólares de parte de Guzmán Loera para el establecimiento de una red que le permitiera comunicarse vía internet con sus socios en Colombia, Ecuador, Canadá y los Estados Unidos, de modo que sus llamadas no fueran interceptadas por las fuerzas de la ley o sus rivales.
Violencia del Cartel
De igual forma, se estima que el éxito del Cartel de Sinaloa se basó en el uso de la violencia para mantener su poder en su territorio de operación. Distintos cómplices declararon que Guzmán Loera ordenó a sus sicarios que secuestraran, interrogaran, torturaran y dispararan a miembros de organizaciones rivales de drogas, a veces llevando a cabo actos de violencia por sí mismos.
Armas
El Cartel de Sinaloa tenía acceso ilimitado a las armas. Un testigo mostró al jurado más de 40 armas AK-47 que fueron incautadas en El Paso, Texas, antes de que pudieran ser entregadas a Guzmán Loera en México.
Asimismo, algunos testigos identificaron fotografías de varias armas, incluidas granadas y un lanzagranadas utilizado por el Cartel de Sinaloa.
Se resalta, dentro del arsenal personal de “El Chapo”, un arma AK-47 chapada en oro y tres pistolas calibre .38 con incrustaciones de diamantes, una de ellas portaba las iniciales “JGL”.
Corrupción
En torno a la corrupción, las pruebas demostraron que los intereses del Cartel de Sinaloa eran promovidos a través de sobornos que ascienden a millones de dólares, hacia una vasta red de funcionarios gubernamentales corruptos. Desde oficiales locales, guardias de prisiones y funcionarios estatales; hasta miembros de alto rango de las fuerzas armadas, así como políticos.
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Según los testimonios, entre los beneficios se encuentran la advertencia a Guzmán Loera y a sus colaboradores sobre operativos policiacos y militares en curso, lo que permitió a la organización criminal evitar su captura en múltiples ocasiones.
En otros casos, subordinados de Joaquín Guzmán, pagaban a funcionarios para hacerse de la vista gorda en relación a las actividades ilícitas a las que se dedicaba el Cártel de Sinaloa.
Lavado de Dinero
Por último, se apunta que el lucrativo negocio de narcotráfico bajo el mando de “El Chapo” generó miles de millones de dólares en ganancias ilícitas.
En virtud de ello, se utilizaron varios métodos para lavar dinero, incluido el contrabando de efectivo de Estados Unidos a México. Una de las incautaciones más grandes fue de $1.26 millones de dólares en compartimentos ocultos en un camión conducido por el hermano de Guzmán Loera en Douglas, Arizona, registrada en el año de 1989.
Además del contrabando de efectivo, Guzmán Loera supervisó numerosas compañías fantasmas, entre ellas una empresa de jugos y otra de harina de pescado.
djh