EL CHAPO GUZMÁN

Cuáles son las enfermedades del "Chapo" Guzmán: esto dice su expediente

La Silla Rota obtuvo el dictamen médico del “Chapo”, realizado en un penal de Chihuahua cuatro meses antes de su extradición; revela un grave deterioro físico y mental en prisión

Créditos: Especial
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Joaquín el “Chapo” Guzmán fue el mafioso más buscado del mundo. Quizá estuvo un peldaño abajo de lo que, en su momento, representó el terrorista, Osama Bin Laden. O al menos eso fue lo que Estados Unidos hizo creer al mundo.

Nacido en el pueblito rural de la Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera pasó de ser un aprendiz de agricultor al narcotraficante más publicitado por revistas, periódicos, series de televisión. Incluso apareció en la revista Forbes como uno de los personajes más adinéranos del planeta.

Hoy, el “Chapo” se encuentra en la prisión Florence, en Colorado, Estados Unidos, tras 8 años de haber sido extraditado y con una condena de por vida a cuestas.

Parece que la “parábola” del “Chapo” ha llegado a un punto donde el hombre de 67 años de edad enfrenta su inevitable decadencia.

La Silla Rota obtuvo su dictamen médico, elaborado en un penal de Chihuahua, a 4 meses de ser extraditado a Estados Unidos.

Firmado por un perito especializado en el Protocolo de Estambul, es decir, el dictamen que detecta la tortura, este estudio da cuenta de un Joaquín Guzmán deteriorado, con pérdida de la memoria, la noción del tiempo y dificultades para hablar.

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Asimismo, presenta un movimiento involuntario en el ojo izquierdo, ataques de ansiedad y alucinaciones auditivas.

“Joaquín Archivaldo Guzmán Loera presenta en estos momentos signos físicos y síntomas que demuestran que fue y esta siendo sometido a malos tratos durante su estancia carcelaria y se denotan por la presencia de un trastorno de ansiedad generalizado y un trastorno cognitivo leve. Dichos trastornos se han controlado de forma parcial con administración de triazolam (benzodiacepina con efecto ansiolítico) sin embargo no se recomienda su uso prolongado, ademas de que se recomiéndasela sea atendido por el servicio de sicología y psiquiatría para el control de trastornos que padece”, detalló el perito, Julio César Ayuzo.

El Chapo veía a Emma solo dos veces al mes

Recientemente, familiares de los Guzmán Loera cruzaron la frontera para asentarse en Estados Unidos, todo como parte de un supuesto acuerdo con el Gobierno, pactado por un hijo del “Chapo”, Ovidio Guzmán, el “Ratón”, también preso.

Estar lejos de su familia es lo que ha deteriorado más la salud del otrora capo más perseguido de México.

De acuerdo con el documento obtenido por La Silla Rota, el “Chapo” veían a su esposa, Emma Coronel Aispuro, 2 veces al mes, pero siempre bajo vigilancia de un custodio del CEFERESO 9, de Chihuahua.

Dictamen Médico Chapo by La Silla Rota

Dos años antes de su última captura, Guzmán Loera se sometió a una cirugía para retirarle una hernia. Aparte, tomaba diferentes medicamentos contra la triglicéridemia que padecía desde hace décadas.

Todo esto le impedía correr o hacer ejercicio fuerte, lo que paulatinamente fue agravando sus padecimientos, hecho que la Marina sabía y por eso daba seguimiento a las personas que mandaban a comprar los medicamentos.

El propio “Chapo” admite durante su entrevista con el perito que ingería alcohol desde los 18 años, lo cual disparaba sus niveles de triglicéridos, causándole sueño y dolores estomacales.

Así vivía el narcotraficante más buscado de México y Estados Unidos, cuyas redes llegaban a Europa y Asía.

“Desde mi detención en Almoloya, todo se volvió un infierno"

Mientras las series de televisión lo representaban con salud y cierta estabilidad emocional, el Protocolo de Estambul que practicaron expone a un Joaquín Guzmán muy disminuido.

Esto, aunado con la dificultad para comunicarse con el exterior de la prisión donde se encuentra, en Colorado, aceleró el cambio de mando en el ya fracturado Cártel de Sinaloa

Sus hijos tomaron el control de la organización trasnacional y a la postre se pusieron en contra de Ismael, el “Mayo” Zambada, detenido el año pasado y quien de igual forma vive un proceso judicial en Estados Unidos.

Durante su entrevista, que dio origen a este dictamen, el “Chapo” Guzmán casi no hizo contacto visual con el perito.

El capo sinaloense fue revisado en rostro, garganta, dentadura, dedos, brazos y espalda.

Pese a toda la violencia que pudo haber vivido y ahora el aislamiento, el narcotraficante admitió al especialista que lo estudiaba que nunca pensó en quitarse la vida. 

Sin embargo, el propio Guzmán describe como un “infierno” su paso por Almoloya, la cárcel de máxima seguridad de México.

“Desde mi detención en Almoloya, todo se volvió un infierno, cada cuatro horas me despertaban para ponerme frente a la cámara para pasar lista. Estoy siempre vigilado, no me dejan dormir, en la celda siempre estaba la luz prendida, para ir al baño igual, siempre tenía un custodio detrás de mí.

“Nunca he padecido estreñimiento pero con esto se empezó a dar, igual para bañarme, siempre hay alguien conmigo. No me han golpeado, pero prefiero eso a que no me dejen dormir o me hagan tortura sicológica; el dolor de los golpes se va, pero esto me está poniendo cada vez más mal”, relató el “Chapo”.

Los problemas mentales que padece, acorde con lo concluido por el perito especializado, incluyen alucinaciones auditivas, pues pese a no haber nadie afuera de su celda, Guzmán Loera insiste en que puede oír a un custodio allí.

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“Desde Almoloya me dieron Triazolam para poder dormir, con eso me he sentido mejor”, señaló el otrora capo de capos, Joaquín, el “Chapo” Guzmán.