CRÓNICAS DE NARCO

Los 60 millones que pagó Caro Quintero para huir a Costa Rica

Expedientes judiciales relatan que Caro entregó el dinero a un comandante de la Policía Judicial para huir a Caborca, Sonora

Te contamos la verdadera historia que supuestamente implicó al jefe de la entonces Policía Judicial
Caro Quintero.Te contamos la verdadera historia que supuestamente implicó al jefe de la entonces Policía JudicialCréditos: Cuartoscuro
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Doce horas después de que Enrique el “Kiki” Camarena y Alfredo Zavala Avelar, fueron asesinados al interior de una casa ubicada en Lope de Vega 881, Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”, comenzó a planear la huida.

Los informantes que tenía en la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y en la Policía Judicial, lo alertaron de lo que hasta ese momento solo se conocía: la desaparición del agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), así como del piloto adscrito a la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH).  El personal de ambas corporaciones, que tenía bajo sus servicios, le confesó que él era identificado como uno de los principales sospechosos.

El narcotraficante, señalado por los gobiernos de Estados Unidos y México como uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, inició el escape a Caborca, Sonora. Se refugió en ese municipio, desde el que coordinó las actividades ilícitas del cártel.

Durante ese periodo, regresó en distintas ocasiones a Guadalajara, ciudad en la que decidió viajar a Mazatlán, Sinaloa, donde el 17 de marzo de 1985, abordó una avioneta particular y viajó a Costa Rica, país donde fue capturado el 4 de abril de 1985.

Caro Quintero burló a las autoridades por dos meses, gracias a un viejo amigo que lo ayudó a escapar el 9 de febrero de 1985 cuando pudo ser capturado en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, Jalisco. La condición para huir fue el pago de 60 millones de pesos.

Esta narración, construida a partir de expedientes judiciales, describe parte del escape momentáneo que logró Caro Quintero después de que él, su grupo de sicarios y escoltas, tenían presente que “Kiki” y Alfredo estaban muertos.

Los testimonios de las personas detenidas, entre ellos policías, así como informantes, relatan que antes de que la avioneta despegó del Aeropuerto de Guadalajara, el entonces comandante José Armando Pavón Reyes pudo detenerlo.

LOS INFORMANTES

El mismo día en que el “Kiki” Camarena y Alfredo Zavala Avelar, fueron asesinados, el narcotraficante Rafael Caro Quintero comenzó a recibir informes de que elementos de seguridad del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, comenzaron a llegar a Guadalajara.

De acuerdo con los expedientes judiciales, la desaparición del “Kiki” fue comunicada a la entonces Procuraduría General de la República (PGR), bajo el mando de Sergio García Ramírez; al secretario de Gobernación (Segob), Manuel Bartlett Díaz; así como al de la Defensa Nacional, Juan Arévalo Gardoqui.

Caro Quintero en una fotografía de La Jornada, en 1985

Las autoridades mexicanas ordenaron a elementos de la Dirección Federal de Seguridad y del Ejército que se desplazaran a Guadalajara para ayudar en las investigaciones que realizaba la Policía Judicial de Jalisco, así como personal de la DEA que buscaba al “Kiki”.

Entre los elementos de la Policía Judicial que fue comisionada para encontrar a Caro Quintero, por la desaparición del “Kiki”, así como por una orden de captura por delitos contra la salud autorizada por un juez de Sinaloa, se encontraban: Hugo Zubieta Luna, José Marín Valadez Alvarado, Fernando Inda Chavira, Armando Pavón Reyes, Jorge Espino Quintana y Silvio Brusolo Torres.

“Desde el día primero del mismo mes (febrero) y año (1985), se daban a la tarea de localizar a Rafael Caro Quintero para cumplimentar una orden de aprehensión existente en su contra”.

LOS EMPRESARIOS

Para entender la huida de Caro Quintero, es necesario tener presente que años antes de que escapara, tras el asesinato del “Kiki” Camarena y Alfredo Zavala Avelar, el narcotraficante conoció a los hermanos Javier y Eduardo Cordero Staufert, quienes, según sus propias declaraciones ante el Ministerio Público, participaron en el lavado de dinero del capo y de la organización.

“Las declaraciones de Javier Cordero Staufert , quien esencialmente manifestó que en 1980, mediante concurso de (…) el declarante junto con sus socios (…) y  (…) , obtuvieron la concesión y con ello la apertura de la empresa (…), para lo cual adquirieron un crédito del Banco (…) por 300 millones de pesos; que en octubre de 1984 compraron el avión (…) , matrícula (…), el cual fue incluido dentro de los bienes de la empresa (…); compra que realizaron el declarante, su hermano Eduardo y (…) para desviar cualquier sospecha que pudiera existir por el uso que éstos le dieran a la aeronave, o sus nuevos socios, Rafael Caro Quintero y Ernesto Rafael Fonseca Carrillo”.

Según la declaración de Javier Cordero Staufert, incluidas en un expediente de un Tribunal Colegiado, “conoció al primero de los aludidos (Rafael Caro Quintero), desde 1982, con motivo de la adquisición de varios vehículos marca Ford; que primero iniciaron una relación de negocios y posteriormente participaron en los pequeños sembradíos de marihuana, para lo cual, aportaron tanto cantidades económicas, como vehículos, mismos que se utilizaban para transportar la marihuana”.

Los documentos judiciales también incluyen el testimonio de Eduardo, quien mencionó ante el Ministerio Público “que conocían al referido Caro Quintero desde 1982, y sabían que se dedicaba a las actividades relacionadas con el cultivo, siembra, tráfico y venta de marihuana y en algunas ocasiones de cocaína; que se asociaron con éste, para llevar a cabo operaciones de esa naturaleza, mediante aportaciones económicas y las ganancias obtenidas las invertían en negocios lícitos.

Captura de Caro Quintero en Choix, Sinaloa, en julio de 2022

“Que el declarante le (Eduardo) vendió a dicho sentenciado, aproximadamente 36 vehículos, los que se utilizaban en las actividades del narcotráfico y se aparentaban ventas a riguroso contado, para lo cual utilizaron ´prestanombres’; que la adquisición de las aeronaves fue a fin de contar con un transporte rápido, para el traslado de su socio, a los lugares donde tenía los sembradíos y a efecto de que en cualquier momento pudiera eludir a las autoridades; que en una fiesta conoció a Ernesto Fonseca Carrillo y a otras personas que se dedicaban al narcotráfico”.

La amistad de ambos hermanos con Caro Quintero, los llevó a venderles, por lo menos una avioneta directamente a él a través de terceros, la cual fue utilizada para escapar del aeropuerto de Guadalajara, según la declaración de ambos hermanos.

LA HUIDA

Horas después de que el “Kiki” Camarena y Alfredo Zavala Avelar fueron asesinados, durante la tarde del 8 de febrero de 1985, Caro Quintero, ordenó a su círculo informantes y sicarios que se trasladaran a la casa de Lope de Vega 881.

“El ocho de febrero de mil novecientos ochenta y cinco, Caro Quintero les ordenó reunirse en el domicilio de calle Lope de Vega propiedad del mencionado, donde estuvieron secuestrados Enrique Camarena Salazar y el piloto Alfredo Zavala Avelar; que al declarante (Gerardo Ramón Torres Lepe), le indicó que se retirara, pero que estuviera al pendiente porque podría necesitarlo”.

A las 11:00 de la mañana del 9 de febrero de 1985, horas después de que Caro Quintero fue informado que era buscado por las autoridades mexicanas, le marcó a Torres Lepe, a quien le ordenó que tuviera lista la avioneta, porque necesitaba huir de Guadalajara por la desaparición de “Kiki” Camarena y Alfredo Zavala.

“Fue hasta el siguiente día, alrededor de las 11 de la mañana, Quintero le indicó que se trasladara al hangar en el aeropuerto, donde tenía su avión, puesto que saldría de la ciudad y requería de protección, debido a los problemas que tenía en esos momentos, y partiría a Caborca; que aproximadamente a las trece treinta horas, arribó a dicho lugar Rafael Caro Quintero con un grupo aproximado de 15 personas”.

Las propias declaraciones de Caro Quintero, incluidas en el expediente, narran, de la propia voz del capo, como se contactó con el piloto para que alistara un plan de vuelo a Mazatlán, Sinaloa o Caborca, Sonora.

"Que en relación a la salida del aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, Jalisco , el nueve de febrero de ese año, dijo (Rafael Caro Quintero) que efectivamente le habló al capitán (…) , para que hiciera plan de vuelo, a Mazatlán o a Caborca ; que el declarante salió del domicilio ubicado en calle Lope de Vega, acompañado (…), a bordo de dos vehículos y portaban armas tipo R-15, ´cuernos de chivo’ y una pistola; que al llegar al aeropuerto, donde ya se encontraba el avión (…) de (…) propiedad del declarante y de (…) , vio que la tripulación estaba integrada por el capitán (…) y su amante, quien hizo las veces de copiloto”.

EL JEFE DE LA POLICÍA

Muchas son las historias que se han contado sobre el entonces comandante de la Policía Judicial, José Armando Pavón Reyes, sin embargo, pocas con documentos que sustenten la supuesta participación que tuvo en el escape de Rafael Caro Quintero.

De acuerdo con la narración de Gerardo Ramón Torres Lepe, quien trabajaba para “El Narco de Narcos”, momentos antes de que la avioneta partió del Aeropuerto de Guadalajara, al lugar llegó el comandante Pavón Reyes, con un grupo de agentes.

Al ver que eran superados en número, Caro Quintero pidió a las personas que tenía bajo su mando que no bajaran las armas y que se identificaran como elementos de la DFS. Por segundos, la tensión llegó al límite.

“Llegaron varios agentes de la Policía Judicial Federal, al mando del comandante José Armando Pavón Reyes, ante quienes se identificó Rafael Caro Quintero ordenándole a su gente que no bajaran las armas y que se identificaran, indicaciones que el declarante (Gerardo Ramón Torres Lepe) y (…) acataron, pues aún eran agentes de la Dirección Federal de Seguridad, de inmediato Rafael Caro Quintero se dirigió al comandante José Armando Pavón Reyes”.

Caro Quintero se identificó, con una credencial, como integrante de la Dirección Federal de Seguridad. En ese momento comenzó a hablar con el comandante.

Según la propia narración de Caro Quintero, hecha ante el Ministerio Público, el comandante le mencionó: “el grupo de ustedes secuestró a Enrique Camarena y al piloto Alfredo Zavala, él le respondió que no sabía nada de esas cosas y que ya iba de salida”.

Armando Pavón Reyes en una fotografía de La Jornada, en noviembre de 2006

Caro Quintero narró al Ministerio Público que él mismo pactó con el comandante la entrega de 60 millones de pesos para que lo dejara huir. Esa versión es corroborada con la Gerardo Ramón Torres Lepe, quien asegura que él fue la persona que entregó el dinero días después.

"Conversaron en privado, acordaron la entrega de 60 millones de pesos y finalmente le permitió a Caro Quintero y a su gente que abordaron el avión y huyeron de Guadalajara, puesto que eran buscados por las autoridades, por el secuestro y homicidio de Enrique Camarena y Alfredo Zavala que el declarante se puso de acuerdo con el jefe de grupo (…), para realizar la entrega de los sesenta millones de pesos y de ese modo dar seguimiento a las instrucciones de Caro Quintero”.

Caro Quintero abordó la avioneta que años antes compró con dinero del narcotráfico. Su huida se prolongó por dos meses, hasta que fue detenido en Costa Rica el 4 de abril de 1985, según el parte informativo que fue hecho dos días después de la detención por Florentino Ventura Gutiérrez, Jefe de Interpol México y Primer Comandante de la Policía Judicial Federal; José de Jesús Macías Ramírez, Jefe de Grupo, y los agentes de esa corporación Beremundo Viramontes Hernández, Ángel Alfredo Robles y Javier Orta Rodríguez.