El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió, por primera vez y después de años de acusar a Felipe Calderón de “agitar el avispero” con su guerra contra el narco, que cambió de opinión en cuanto a tener al Ejército en las calles en el combate a la criminalidad, sobre todo cuando se percató de lo que heredó.
“Sí, cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron, cómo enfrentar el problema de la inseguridad”, admitió López Obrador este martes 6 de septiembre, en el contexto del debate para poner a la Guardia Nacional bajo tutela de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el giño del PRI para una reforma legal que le permita a las Fuerzas Armadas estar en las calles hasta 2028.
El viraje en el discurso de López Obrador se ajusta al respaldo que recibe ahora de militantes de Morena, quienes en el pasado protestaban y se pronunciaban contra la militarización. Las redes sociales están llenas de críticas a quienes cambiaron de opinión. Como ahora López Obrador.
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“Calderón declaró la guerra, dio un garrotazo a lo tonto al avispero y nos metió a todo esto, estamos padeciendo todo eso. No había ni siquiera un plan y en vez de atender las causas quiso, de manera espectacular resolver el problema solo con el uso de la fuerza. No olvidemos que cuando declara la guerra a la delincuencia organizada van a Michoacán, a Apatzingán, donde hace mucho calor, así como en Tabasco, es Tierra Caliente. Y va vestido de militar y se pone un chaleco, que hasta le queda grande, parecía el comandante Borolas”, dijo López Obrador el pasado 23 de agosto de 2022 en Tabasco.
¿Qué lo hizo cambiar el discurso en apenas 14 días?
“Sí, cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron, cómo enfrentar el problema de la inseguridad”, ha dicho López Obrador.
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¿Cómo tomó la decisión Felipe Calderón para militarizar la guerra contra el narco?
Los hechos. El 17 de noviembre de 2006 un grupo de reos tomó rehenes en el penal de Mil Cumbres, en Michoacán y 10 abogados de oficio quedaron en manos de cuatro delincuentes, quienes estaban recluidos por los delitos de homicidio y secuestro. Su exigencia era un auto con tanque lleno de gasolina e impedir cualquier operativo policiaco. Los secuestrados serían llevados como rehenes y, según dijeron, después los liberarían.
Carlos Abascal Carranza, secretario de Gobernación de Vicente Fox, se veía preocupado. Hombre de fe religiosa dijo a periodistas. “Nos exigen ciertas condiciones o de lo contrario comenzarán a matar a los rehenes. No podemos aceptar, eso significaría entregar al Estado”, relató Abascal cuando estaba en el proceso de negociación.
Tras 27 horas se resolvió que fuerzas federales ingresaran al penal. Los secuestradores mataron a tres rehenes, y uno de los delincuentes también perdió la vida.
La tarde de ese viernes Felipe Calderón comió en Casa de Gobierno con su amigo, el entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel, quien hoy es coordinador de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Faltaban casi tres meses para la toma de protesta en la Cámara de Diputados, que fue muy accidentada. Pero las protestas en las calles que encabezó Andrés Manuel López Obrador habían amainado.
Calderón y el hoy coordinador de asesores del presidente López Obrador se enteraron en ese momento que un grupo de reos mantenía como rehenes a una decena de personas del penal de Mil Cumbres. “Las cosas en Michoacán están muy graves”, confió Cárdenas a Calderón. “Es tu tierra, el narco está cada vez peor”, dijo Cárdenas Batel, en ese momento perredista al entonces panista.
En julio de 2019 Calderón dio su versión de esa historia al periodista Ciro Gómez Leyva en su programa Ciro por la mañana en Radio Fórmula.
“El gobernador Lázaro Cárdenas, muy valientemente él había pedido ayuda a Vicente Fox, Fox nunca lo ayudó, pero Lázaro tenía un problema muy grave porque había esta captura del estado de Michoacán, entonces era la Familia Michoacana la que estaba teniendo el control de Tierra Caliente y otras partes.
“Me pide ayuda, estábamos en transición, y lo que me ha acaba de convencer es que un día gente que estaba presa de la Familia Michoacana en el penal de Mil Cumbres, en Morelia, secuestra a los propios abogados de oficio de ellos mismos, a sus propios defensores, que eran estudiantes de Derecho de la Universidad Michoacana, los secuestran y degüellan dentro del penal”, relató Calderón a Gómez Leyva.
Sin embargo, dos meses antes de los sucesos en el penal de Mil Cumbres, en la madrugada del 6 de septiembre de 2006, un comando de casi 20 hombres ingresó al bar Sol y Sombra, en Uruapan, y en la pista de baile, con la música a todo volumen, arrojó cinco cabezas humanas. Era el preludio. Cárdenas Batel lo sabía y así se lo dijo a Calderón.
El 1 de diciembre de 2006, ya en Los Pinos, Felipe Calderón ordenó desplegar al Ejército en Michoacán.
Los siguientes seis años fueron de violencia atroz, no sólo en esa entidad, sino en gran parte del territorio nacional. Miles de muertos. Calderón siempre dijo que nunca declaró la guerra al narco y que tampoco definió así a su estrategia.
La madrugada del pasado jueves 8 de agosto de 2019, cuando se relató esta historia en La Silla Rota (Michoacán y la guerra de Calderón | La Silla Rota), narcos asesinaron y regaron 19 cadáveres en las calles de Uruapan, Michoacán. Algunos fueron colgados.
El presidente López Obrador dijo que no caerá en provocaciones. Es un desafío, “pero no vamos a caer en la trampa de declarar la guerra como lo hicieron en otros tiempos”, afirmó en aquel agosto de 2019.
Hoy, Andrés Manuel López Obrador afirmó que “sí, cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron, cómo enfrentar el problema de la inseguridad”.
El día que AMLO propuso a EU la militarización de México
En 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador era candidato a la presidencia de la República, le planteó a Antonio Oscar Tony Garza, entonces embajador de Estados Unidos en México, militarizar el país, según información de Wikileaks.
El documento con fecha del 31 de enero del 2006 señala que en una reunión con López Obrador, acompañado de su asesor de política exterior, José María Pérez Gay, y su asesor económico, Rogelio Ramírez de la O, propuso como parte de la estrategia antinarcóticos, otorgarle más poder a los militares, “porque es la menos corrupta de todas las agencias de México y puede ser la más efectiva”.
De acuerdo con el archivo, el entonces aspirante presidencial por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) consideraba que este plan limitaría las acciones de la Fiscalía General de la República de México (PGR), institución a la que consideraba “demasiada corrupta”.
El plan de López Obrador proponía también acabar con la Secretaría de Seguridad Pública y poner bajo el escrutinio de la Secretaría de Gobernación al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).