Primero fue el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien canceló su participación en la reunión plenaria de los senadores de Morena, a quienes lidera Ricardo Monreal. Le siguieron los demás.
A la reunión plenaria, que inició el 30 y continuará este 31 de agosto, tampoco quiso acudir el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, quien canceló su participación incluso de última hora, el mismo día de la plenaria.
No fueron los únicos. Los desaires fueron evidentes para el senador que hace unos días afirmó que es considerado como “Monreal, el traidor”, por mantener un diálogo abierto con la oposición y comentar, en reiteradas ocasiones, que hay una batalla adelantada por la candidatura presidencial de Morena para 2024.
A la reunión tampoco acudieron los representantes del gabinete de seguridad, aunque fueron convocados. En la ausencia de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad; Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa; y Rafel Ojeda, secretario de Marina, llegó Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública.
Pero entonces fueron los monrealistas quienes lo desairaron. Senadoras que abiertamente apoyaron y defendieron a su coordinador criticaron que llegara un subsecretario en el lugar de tres secretarios. El fondo es forma.
De todos los invitados solo acudieron el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier. Delante de Ebrard le preguntaron a Monreal si tenían rivalidades por la carrera hacia la presidencia de 2024.
“Nunca hemos tenido”, contestaron ambos, al mismo tiempo.
EL LIBRO DE LA CULPA
“¿Y por qué es un traidor Monreal? Porque sostiene un libro. Como en la inquisición, se abrogan el derecho a quemar y a acusar por un libro; y, sin embargo, me arriesgo y digo: vale la pena la tolerancia”.
Esas palabras las pronunció Ricardo Monreal el 23 de agosto, cuando participó en la presentación del libro El Imperio de los Otros Datos: Tres Años de Falsedades y Engaños Desde Palacio, de Luis Estrada, ex colaborador del gobierno de Felipe Calderón.
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Y así fue. El senador Félix Salgado Macedonio le reconoció a Monreal el ser “un buen coordinador”, pero le echó en cara haberse no solo presentado en el evento organizado alrededor de la obra de Luis Estrada, sino con ello dar el mensaje de ser “un contrapeso” al presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Manú me invitó a Zacatecas a presentar el libro ‘La Neta’, junto con Raymundo Cárdenas, de la izquierda, yo estaba en el PRI; y junto a Luis, periodista de aquella zona. Y en el Teatro Calderón, cometí la osadía de ir a presentar el libro, aunque defendí la posición del Presidente de la República. Eso me costó la persecución política y la exclusión para ser considerado candidato a gobernador por el PRI”.
La historia se repitió al fin, ni una coma más ni una coma menos, solo los personajes cambiaron: hoy el presidente no es Ernesto Zedillo ni el partido en el poder es el PRI; sino López Obrador y Morena.
EL DESAIRE A UNO, A DOS… A TODOS
El senador César Cravioto, ex colaborador del gobierno de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, fue más férreo en las críticas que no solo rozaron a Monreal, también a la presidenta del Senado y ex secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Cravioto defendió a los secretarios de la 4T. “Esto no es un desaire”, dijo, pero sí un mensaje hacia el grupo parlamentario. Los llamó a la reflexión y menospreció la postura crítica de Monreal sobre la iniciativa preferente que enviará López Obrador al Congreso.
“A mí no se me hizo, como persona a mí no se me hizo. El desdén es para un órgano legislativo, si el problema es conmigo que los invite a ustedes sin mí, yo no voy a la reunión que quieran ir con él, se los ofrezco, pero no tiene por qué tratar a todos igual si el pleito es conmigo”.
Ricardo Monreal respondió con firmeza que él no traicionaría sus principios y su formación académica en la UNAM y mantendría su postura sobre que la reforma a la Guardia Nacional debe ser constitucional y no de leyes secundarias. “Eso lo sabe un estudiante de primer año de Derecho”, dijo.
“No somos comparsa ni somos apéndice del Ejecutivo, sí tenemos colaboración y tenemos el mismo origen y vamos a honrar los compromisos que hizo el presidente en campaña porque somos parte del mismo movimiento, pero tenemos que actuar con pudor constitucional. Eso es lo que creo, aunque se me cuestione”.
Y LA LUCHA POR LA PRESIDENCIA
César Cravioto dijo expresamente que no iría “a otro informe de un presidente del
Senado donde "no se mencione al presidente de la República”. La aún presienta del Senado, Olga Sánchez Cordero le respondió que “la presidencia del Senado representa a todas las fuerzas políticas, no sólo a la fuerza mayoritaria”.
Los senadores de Morena se fueron, unos refunfuñando por el desaire de los secretarios de López Obrador y otros saboreando la escena. Al final, como quien se queda a recoger las mesas, se reunieron brevemente los aspirantes a suceder a Sánchez Cordero.
Luego, en un salón de la antigua casona de Xicoténcatl, Ricardo Monreal se dio cita con los cuatro aspirantes a la presidencia del Senado: Alejandro Armenta, José Narro, Gabriel García e Higinio Martínez. Dos contra dos y Morena contra Morena.
Los acuerdos no se han conseguido, esperará a Monreal y a los cuatro aspirantes una noche larga, de negociación, hasta la mañana del 31 de agosto, cuando vuelvan al ruedo y haya –posiblemente– más desaires.
Desde hace varias semanas se valoró un escenario: que Monreal asumiera la presidencia de la Mesa Directiva del Senado, lo cual confirmaron legisladores morenistas y de oposición.
Ayer, ese mismo escenario cobró fuerza nuevamente entre bancadas de oposición. Las próximas horas serán cruciales para definir qué sigue.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula, Germán Martínez, senador del Grupo Plural, afirmó que los coordinadores de las fracciones del PAN, PRI, PRD, MC y Grupo Plural concluyeron a la medianoche una reunión donde decidieron respaldar a Ricardo Monreal si rompía con Morena.