CORRUPCIÓN EN MÉXICO

4T combate corrupción solo en el discurso: Fernando Nieto

En junio México cayó del lugar 11 al 12 en el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción

Andrés Manuel López Obrador ha señalado a lo largo de su gobierno que la corrupción es una herencia neoliberal que su administración combate de manera frontal.
Andrés Manuel López Obrador ha señalado a lo largo de su gobierno que la corrupción es una herencia neoliberal que su administración combate de manera frontal. Créditos: Pixabay
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El combate a la corrupción más que un tema resuelto, se ha convertido en un discurso político sin resultados concretos en la presenta administración. Esta es la conclusión de Fernando Nieto, profesor investigador del Colegio de México con especialidad en materia de temas de corrupción. A pesar de que el discurso presidencial afirma lo contrario, el experto apuntó “la realidad indica lo contrario a pesar de este optimismo”.

En general, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado a lo largo de su gobierno que la corrupción es una herencia neoliberal que su administración combate de manera frontal. No obstante, en junio México cayó del lugar 11 al 12 en el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción; aunado a ello en este sexenio resaltan algunos casos que el titular del Ejecutivo desestimó. Y hace unos días la Secretaría de Hacienda anunció la suspensión el sistema Compranet registró fallas técnicas.

En 2019 se dio a conocer el número de residencias de Manuel Bartlett, titular de la Comisión Federal de Electricidad, un caso que la extitular de la Secretaría de la Función Pública, Eréndira Sandoval, investigó. La resolución fue la exoneración del funcionario por conflictos de interés, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias.

Otro, el caso del hermano del presidente, Pío López Obrador, quien fue grabado recibiendo dinero en efectivo para uso de campañas electorales. Y el último el del hijo del mandatario, José Ramón, y la Casa Gris en Houston, Texas; un caso vinculado a la empresa Baker Hughes, la compañía petrolera que tiene contratos con Petróleos Mexicanos. Sin embargo, López Obrador descartó un posible conflicto de interés.

"UNA DISOCIACIÓN ENTRE LOS RESULTADOS Y LA REALIDAD”

Nieto explicó a La Silla Rota que la corrupción se convirtió la columna vertebral del discurso de esta administración y que, aunque se considera debe ser un elemento central de la agenda de gobierno y del debate público, la realidad es que solo es un discurso.

“El presidente habla del tema todos los días y ha dicho que es algo así como la madre de todos los males del país; por otro lado, ha dicho también que ya no hay corrupción, que las cosas ya no son como antes y creo busca cierto optimismo respecto al problema: al menos en términos discursivos".

“El mandatario repite hasta la náusea que la corrupción ya se acabó, que el problema se está resolviendo; pero, por otro lado, una terca realidad nos dice que el problema no se está resolviendo, que las medidas -si es que las hay-, no están reflejando resultados concretos; y que el problema y sus costos siguen estando ahí”.

El investigador enlistó que los indicadores que miden avances en el tema, no reflejan el optimismo discursivo. “Señalan que el problema no solo no se está resolviendo, sino que continúa ahí y en algunos casos se está agravando”, dijo. Precisó que en términos de percepción la corrupción sigue al alza cuando 6 de cada 10 mexicanos consideran ésta aun frecuentemente en nuestro país.

"Los grandes escándalos siguen sucediendo, algunos por ejemplo de personajes cercanos a la administración e incluso al presidente mismo. Hay una larga lista de casos de sospechas de corrupción, casas y otro tipo de cosas que toca al gobierno federal o sus aliados. Por otro lado, las áreas donde existe un alto riesgo de corrupción -como por ejemplo las compras públicas e industrias extractivas-, siguen siendo áreas de alto riesgo porque no se están resolviendo los problemas".

Agregó que el soborno para trámites "sigue ahí y no ha habido cambios. La medición más reciente que tenemos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mostró una baja de 1% “y esto probablemente ni siquiera se deba a acciones gubernaturas, sino a la pandemia porque las personas tuvieron menos contacto con los funcionarios públicos y por ende, a actos de corrupción”.

“UN DISCURSO POTENTE”

El académico del Colegio de México resaltó que en términos políticos el discurso de corrupción “es muy potente frente a las anormalidades que se han visto en el país, sobre todo en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Es un discurso que moviliza a la gente porque es cierto que los mexicanos reconocen en la corrupción un problema real. Lo ubican en el segundo o tercer lugar más importante del país, dependiendo de la encuesta. Y eso es porque hemos sido socializados en la lógica de que todos los problemas del país están asociados a la corrupción”.

“Pero más allá del discurso que nos hace enojar y mentar madres, esperábamos que este discurso se tradujera en esta administración porque esa fue su promesa. Que se tradujera en políticas y estrategias concretas, y sobre todo en resultados verificables. Y esto es lo que no ha sucedido".

Por el contrario, afirmó que ante la falta de resultados concretos las áreas de combate a la corrupción se encuentran estancadas. Y ejemplificó que el tema de compras públicas "donde no solo no funciona muy bien su mecanismo de compras consolidadas, sino que hemos visto sistemáticamente un aumento en las adjudicaciones directas”.

CORRUPCIÓN: EL CÁNCER DE CUALQUIER GOBIERNO

“En el fondo no hay un avance entre uno y otro sexenio”, resumió el experto. "Estamos igual, no han cambiado las cosas. Hay un esfuerzo simbólico discursivo por hablar de la corrupción y por ponerla en el centro del debate, pero al mismo tiempo los resultados no existen”.

Nieto enlistó que no hay casos judicializados, gente en la cárcel ni redes de corrupción que se estén desarticulando. “Tampoco políticas preventivas, por ejemplo, las compras públicas siguen dominadas por adjudicaciones directas y tenemos retrocesos en algunos ámbitos en materia de transparencia".

Y destacó que algunos cargos en el sector estén más apegados a criterios políticos que a la figura de servicio público de carrera.

"Algunos de los resultados que tanto ha cacareado el gobierno son marginales. Recuerdo cuando salió la exsecretaria Irma Eréndira Sandoval de la Función Pública. Presumió que habíamos mejorado nuestro ranking en medición de corrupción de transparencia internacional; el problema es que ese resultado en realidad es tramposo porque nuestro cambio fue muy marginal, cambiamos muy poquitos lugares".

Contextualizó que este cambio de lugar no significa que en México las cosas se hicieron mejor, sino que otros países están peor que México. "Estamos empantanados y creo que está administración está un poco faltando a su promesa de realmente hacer que las cosas cambien en este tema".

¿CÓMO COMBATIR LA CORRUPCIÓN?

El académico aseguró que por su complejidad la corrupción abarca desde sobornos en servicios y trámites públicos, colusión en compras públicas y nepotismo en la designación de cargos. "Tenemos que entender que estamos hablando de todas estas complejidades, tenemos que rechazar la idea de que una sola política o medida es suficiente para acabar con la corrupción. No tiene sentido eso".

Destacó además que el tema no puede resumirse en llevar políticos a la cárcel. "Me parece muy bien que lo hagan y es muy importante que se aplique el Estado de Derecho y las leyes para que un funcionario vinculado a corrupción termine en un proceso judicial; pero no vamos a salir del atolladero metiendo solamente a esos peces gordos a partir de estos casos estelares”, advirtió.

Un recuento realizado por el sitio Contra la Corrupción punto destacó recientemente 35 casos emblemáticos entre 2013 y 2018. En la lista se encuentran los exgobernadores César Duarte, Roberto Borge Javier, Javier Duarte; exfuncionarios como Rosario Robles, Emilio Lozoya y Genaro García Luna.

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La exlideresa sindical Elba Esther Gordillo que pisó la cárcel en el sexenio peñanietista; mientras que en el sexenio del presidente Vicente Fox fueron investigados personajes vinculados a la empresa Oceanografía; mientras que en el sexenio calderonista se desarrolló el caso Estafa Maestra, aunque la investigación del tema se realizó hasta el último sexenio priista.

El último caso relevante fue la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador quién anunció que el expresidente Enrique Peña Nieto era investigado por la Fiscalía General de la República ante dudas sobre la legalidad de sus ingresos.

En este contexto Nieto subrayó que, si no se resuelven las condiciones que permitieron que personas y redes de corrupción cometieron dichos actos, el problema persistirá. “Estamos confundiendo un poco las causas con los síntomas y preocupa porque esto es una tradición muy mexicana, por ejemplo, los Quinazos, los Elba Esther Gordillo. Y creemos que con un meter un personaje a la cárcel se acabó la corrupción. No es así porque las condiciones organizacionales y jurídicas que dan pie a los actos de corrupción siguen estando ahí”.

Finalmente resaltó que se debe ciudadanizar el tema para crear conciencia de que es un problema social y no solo gubernamental. "Son cambios ambiciosos que otros países han aplicado, pero de no hacerlo seguiremos viendo el problema a medias”.